Buen día Tiedra.
Permítame que me dirija a usted, pero en realidad lo que deseo es poner encima de la mesa lo que a mi entender es un error compartido por la mayor parte de la humanidad.
Me explico, es frecuente que lo humanos tendamos a universalizar nuestra realidad cotidiana. Voy a exponer algunos ejemplos no financieros. Si mañana viésemos por una avenida de nuestra ciudad a un señor con chilaba, es muy probable que esbozáramos una sonrisa, pensando que vaya estrambote. Con toda probabilidad, a la inversa en el entorno de donde fuera oriundo el mencionado, pasaría a la inversa.
Esto lo comento, porque muchas veces cuando valoramos o no la conveniencia de tener suscrito un fondo de pensiones y por qué no cotizar para una pensión pública (aquí no entro en si ésta se genera con un sistema de reparto o de capitalización, o vaya a saber con qué formula), pensamos en nosotros, orgullosos miembros de la comunidad de inversores preocupados y ocupados (una minoría mínima).
Sin embargo, los sistemas de previsión social tanto básicos como complementarios no se han configurado sólo para esas personas que desean estudiar y tomar decisiones activas de inversión de sus ahorros, sino que van dirigidos al grueso de la población.
Compruebe en su entorno próximo qué porcentaje de personas sería capaz de modo disciplinado de ahorrar y aquí incluyo a los que no pueden, a los que no pueden (dicen) y a la vez no quieren y/o simplemente a los que no quieren y de paso no hacen nada para intentar tener un criterio de cómo conducir sus ahorros hacia el mundo de la inversión.
Otro ejemplo: ¿Cuántas personas de nuestro entorno entienden que un plan de pensiones tiene como objeto complementar su pensión?
Usted, los miembros de esta comunidad y cuatro frikis somos una minoría.
Sin una pensión de Seguridad Social estaría en la indigencia una parte importante de la población de la tercera edad, y no hablemos de los gastos sanitarios necesarios para esta etapa de la vida. Haría falta repensar cómo estructurar la financiación de la población en general para esta etapa de la vida.
Ciñéndome ahora si, a fondos de pensiones y asimilables, la iliquidez es a mi modo de ver una gran ventaja para el grueso de la población, aunque reconozco que quizás para muchos masdividendendistas sea una cortapisa.