Hay datos curiosos en la tabla. Parece que a las acciones francesas las guerras les sientan especialmente mal. Si ganando la guerra acaban así, no sé hasta dónde habrían caído si la pierden
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Bueno en la segunda guerra mundial no es lo mismo EEUU donde la guerra no llegó a su territorio más que marginalmente, de UK donde hubieron ataques fuertes aunque no fue invadida, de Francia donde fue ocupada una parte importante de la guerra.
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Desconocía totalmente ese dato. ¿En qué evidencias lo pasa? Me ha parecido muy curioso.
Y sí, siempre índices con dividendos pero en el gráfico ponían ese, servía para ejemploficar relativamente lo que propongo (mercados laterales muy prolongados).
Un abrazo!
El caso japonés de finales de los 80 es un ejemplo clásico de burbuja.
En estos casos la vuelta del activo a niveles máximos de burbuja suele ser bastante más prolongada en el tiempo dado que el nivel de sobrevaloración previo puede haber sido enorme.
Si usted espera a niveles medios en términos de valoración (unas 15 veces benficio pongamos como ejemplo aunque daría para una largo debate) una rentabilidad del 8% en un activo por poner un ejemplo, significa que si el precio ahora es de 10 dentro de 30 años debería ser, si sigue en términos parecidos en múltiplos de valoración, de unos 100,6 .
Sin embargo si el mercado se vuelve loco y dentro de 10 años está ya alrededor de 100, debería ser razonable seguir pensando que la rentabilidad de los siguientes 20 años será próxima a 0, por muchas historias que le quieran vender. Si los beneficios han crecido en términos históricos el múltiplo en lugar de 15 puede ser tranquilamente de 70 u 80.
Si siguiera una tónica similar, en 20 años estando al mismo precio, habría bajado el múltiplo otra vez a alrededor de 15.
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En dólares además ya se han superado los máximos en Japón, y en moneda local, está la cosa muy muy cerca de volver a máximos.
En una operativa DCA/YCA, igual la cosa no había ido muy mal.
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Acabo de leer el libro Factfulness de Hans Roling, autor que desconocía y he descubierto gracias a este libro, considero que es una de esas personas que hacen de este mundo algo mejor (descanse en paz).
Seguro que una gran mayoría de los foreros ya lo habrán leído porque me consta que son ustedes unos ávidos lectores y seguramente por ello derrochan tanto sentido común, sabiduría y humor inteligente.
Sin duda es un alegato al optimismo basado en datos reales y contrastados, al igual que Progreso de Johan Norberg.
Cuenta con su propia web (gapminder/dollarstreet), documentada con miles de fotografías que no hacen sino avalar los hechos que deben conducirnos hacia el optimismo y la inversión.
Pero el propio autor deja claro que las inversiones deben estar basadas en datos reales y no percepciones erróneas o prejuicios que incluso afectan a los más altos directivos empresariales. Por ello optimismo e inversión deben ir de la mano, siempre y cuando el optimismo esté basado en datos reales.
Luego ya estaría el azar, la suerte y los cisnes negros de Taleb, por lo que la conclusión que puedo sacar es que esto de la inversión es algo muy pero que muy complejo. Menos mal que tengo el privilegio de contar con +D.
Por cierto, este libro sin ser un libro de inversión, creo que trata las bases fundamentales de la misma, tales como el ser contrarian o escéptico, el ser paciente y consciente de que con tiempo y trabajo se alcanzan grandes objetivos, no ser objeto de pánicos, no actuar con precipitación y un larga serie de conceptos que siempre me he encontrado en los libros de inversión y en los distintos hilos de este foro.
En definitiva, un libro que a mi modesto entender, ya que soy novato es esto de la inversión y aprendo todos los días de ustedes, merece la pena leer y divulgar sus datos, porque todo ello nos llevará al optimismo en mayor o menor medida, y esa es la mejor vacuna contra todos aquellos que de una u otra forma quieren que creamos que cada vez todo está peor y ellos tienen la solución mágica para cambiarlo, a cambio de venderles nuestra alma.
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Aquí dejo sus referencias (sendos enlaces que ayudan al foro)
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Sobre la importancia del optimismo, me gustaría compartir mi experiencia que creo que es significativa y extrapolable a casi todo el mundo.
A pesar de ser todos diferentes, la gran mayoría de los trabajos que yo realizo, se podrían calificar como “normales”, es decir, se parecen a alguno que ya he realizado anteriormente de forma satisfactoria y de entrada, no presentan ningún elemento que me haga dudar de mi capacidad para llevarlos a cabo. Es cierto que a veces las cosas se complican, y aparece algún problema con el que no contaba de antemano, pero también lo es, que a pesar de ello, casi siempre acabo encontrando la solución al mismo.
Sin embargo, a veces ocurre que se me propone un trabajo que no veo nada claro de antemano. Uno que presenta algún elemento que me causó serios problemas en el pasado. O bien, uno con una dificultad nueva para mí y que no estoy seguro de poder superar. Vamos, lo que coloquialmente se denomina “un marrón”.
Si de mí dependiera, renunciaría a llevarlos a cabo, a lo sumo hablaría con el cliente y le diría algo parecido a “Mire, si quiere lo intento, pero no puedo garantizarle que pueda acabarlo de forma satisfactoria por esto y esto”
Para mi desgracia, cada vez que le expongo las dificultades del trabajo a mi jefe (yo le llamo Mr.Happy) con la esperanza de que entre en razón y tenga en cuenta mis fundadas alegaciones, invariablemente me responde con tono alegre y desenfadado “No pasa nada, ya encontraremos una solución” o algo parecido.
A mí me amarga el día, a veces ni siquiera puedo dormir, buscando una solución que se me antoja imposible ¿y qué sucede el día siguiente cuando me enfrento cara a cara a la bestia?
Unas pocas veces hago el trabajo sin ninguna dificultad, la gran mayoría lo acabo bien después de superar de alguna forma lo que me parecía imposible de superar. En las rarísimas ocasiones en que efectivamente no se puede, si tengo la tentación de decirle “¿Ves? Ya te lo advertí” me muerdo la lengua porque sería injusto. Creo que su actitud es la correcta (ojalá pudiera ser yo así), y realmente es una bendición tener a gente así a tu alrededor.
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Igual su actitud de preocuparse del mismo es lo que le permite afrontar satisfactoriamente dicho trabajo.
Preocuparse de los mercados bajistas cuando se viene de mercados alcistas, suele ayudar a sobrellevarlos mejor cuando pasan, desde mi punto de vista.
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Esto que usted acaba de contar @TTAR, es casi la razón última por la que me dio por invertir, un plan B, para acabar con la ansiedad de estar con la espada de Damocles de la incertidumbre constantemente.
Es el estrés incontrolado, de no saber si al día siguiente por la mañana, podría resolver el marrón que se había presentado por la tarde-noche, y que no era moco de pavo.
Por esa extraña razón, de que por las mañanas todo se ve más claro, y que le pones ganas, al final el marrón se había controlado y sacado todo adelante. Todos felices, y medallas para los no participantes, como siempre.
El caso es que ese momento de haber resuelto algo, es efímero, y será al momento sustituido por otro marrón, el cual generará otra vez ansiedad de no saber si al día siguiente, lo podrás resolver de igual forma…
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Pues que mejor momento para no olvidar el optimismo…
Yo debo ser un optimista impenitente y creo que esta historia pondra unos cuantos puntos sobre unas cuantas “ies”. A todos los niveles, muchos caerán en la cuenta de que el mundo nunca ha sido el país de las piruletas (sobretodo en Europa), y que seguro no hay nada en la vida… Verán que el dinero no crece en los árboles como piensa mucho paniaguado y mucho animal político. Una cosa así es como una Guerra, cambia la percepción de las cosas.
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Bueno sí, la muerte y Hacienda
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Sí, sí… sí vamos a ver cosas que a estas alturas ya comienzan a ser imaginables lo que hasta hace unos días era impensable. Todo al final acaba colocándose, se quiera o no.
un saludo
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No sé lo que sucederá con el coronavirus, pero si tuviera que apostar a un solo escenario, no lo dude, voy con todo a lo que ahora sufrimos y en nada a lo que es una guerra, al menos sobre las que he leído algo, la guerra civil española y la II guerra mundial, no llego ni a la altura de un aficionado, pero le aseguro que no es, ni de lejos, el mismo escenario.
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Nunca, nunca, nunca se había visto algo parecido… Usted está habando de unas épocas que en que se venía ya de guerras permanentes, miseria absoluta, totalitarismos, revoluciones… En fin para que seguir…
Ni en 1913, ni en 1935, ni en 1938 se vivía en el país de las piruletas, la gente llevaba siglos en que lo importante era poder comer, y se limpiaba el culo con hojarasca
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Venimos del una seguridad demasiado segura para mucha gente, a eso me refiero… están en el país de la piruleta
Por eso éste uno de los pocos hilos que he creado, por eso lo hice
Fíjese bien, Ud. mismo sin saberlo se está posicionando, somos la sociedad de las piruletas y nos enfrentamos a una pandemia, mientras que la otra, perteneciente a las generaciones que tan bien describe, además, una guerra.
No olvide lo que pasó a inicios del siglo pasado, 1918, matándose en la primera gran guerra y, como postre, la mal llamada gripe española que, parece ser, trajo el ejercito norteamericano. Una autentica pandemia que afectó a medio mundo. Sencillamente, ambos elementos diezmaron la población, inenarrable.
Lo que sufrimos ahora costará superarlo, mucho, y aun precio más alto en vidas humanas y en recursos, una recesión que puede ser grave, hay muchas incógnitas, muchas y que se irán despejando, es cierto, pero aún sin conocerlas, no lo dude, sigo con mi apuesta. Entre otras razones por la que Ud. señala, una sociedad de piruletas que, tampoco dude, es mucho mejor a la otra sociedad con la que la compara.
Gracias por su respuesta.
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Esto seguro, una sociedad mucho mejor… esperemos que siga siendo así, o que incluso (de ahí la razón de mi optimismo) sea mejor que la de ahora.
A ver si aumenta el número de lectores de libros en este país, yo es lo que haría si tuviera la suerte de que me confinaran en casa y no me viera obligado a trabajar más que nunca por mis circunstancias
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