Es que son dos caras de la misma moneda. Para tomar decisiones de inversión, el aspecto personal de intentar definir objetivos de forma sensata y por razones personales sólidas, juega un papel muy importante.
Si uno mira sólo el aspecto inversor es fácil que intente maximizar a toda cosa sin tener en cuenta aspectos personales que igual le llevan por otros caminos.
Siempre es difícil saber que nos puede terminar aportando o no algo. En todo caso hay muchas cosas que le pueden aportar a uno y en cambio el tiempo es limitado y, en el aspecto personal, es normal que uno elija dedicarlo a unas cosas u otras.
Sin embargo yo vigilaría sobre sacar exceso de conclusiones sobre si con determinados conocimientos ya tiene suficiente para emprender ciertas acciones con una mínima garantía de éxito.
Como intentaba reflexionar en uno de mis artículos, Libertad y negacionismo, hay una peligrosa fina línea divisora entre pensar lo que uno quiere en ejercicio de su supuesta libertad y no tener en cuenta aspectos que tienen mucho de probabilístico o simplemente ver que las probabilidades reales prácticas sobre esa opinión son significativamente negativas.
Yo por ejemplo creo que hay diferencia entre que entrar a valorar compañías a fondo no aporte valor a uno por falta de tiempo o de capacidades o por tener otras prioridades, sobre que no pueda hacerlo en otras personas. Al final si uno es capaz de dedicarle su tiempo y tiene condiciones, esa mayor dedicación le pueda aportar un plus de valor que otros no vamos a tener.
Lo podemos decir sobre inversión o lo podemos decir sobre otras actividades. Por ejemplo podemos discutir lo que querramos sobre cambio climático, pero nuestras “opiniones” serán mucho menos sólidas que las que tiene alguien que ha dedicado mucho tiempo a contrastar datos y a profundizar sobre ellos. Esté en una línea o en la contraria, acierte más o menos sobre el tema,su opinión será basada en razones mucho más coherentes que la nuestra.
De hecho este suele ser uno de los problemas cuando se invierte, que se confude que los resultados acompañen sobre las razones que han hecho que lo hagan. O se parte de una postura básica simple como la indexación, pero luego ya se empiezan a hacer saltos al vacío mucho más dudosos sino se acompañan de aspectos de valoración.
Lo podemos ver por ejemplo en el caso de los dividendos. Y a estos casos es a los que se refiere @camacho113 cuando critica a hacer según que suposiciones sin estar acompañado de un conocimiento algo más profundo de valoración. Hay excelentes inversores basados en dividendos que utilizan valoraciones de un tipo u otro, como hay excelentes inversores value, growth o de otros estilos.
Sin embargo hay otra clase de inversores de estos estilos, que se dedican simplemente a extrapolar datos que no se han mirado en profundidad para sacar conclusiones que no tienen la capacidad para poder sacar. En estos casos el riesgo de terminar convirtiendo una forma razonable de invertir en una forma de incurrir en riesgos enormes, está presente.
La indexación es una muy buena estrategia si va acompañada de cierto reconocimiento de las limitaciones de uno mismo. Pero si luego se acompaña de según que otros ingredientes no es tan difícil que termine en problemas. Por ejemplo el riesgo de los Asset Allocation no se pueden eliminar indexándose como no se puede eliminar el riesgo de la gestión empresarial por parte de las directivas de turno, aunque se diversifique.
Vamos que cualquier visión de invertir en algo que termine con cierta miopía hacia los riesgos que implica, es cuestión de tiempo que dé problemas. Si no conocemos en profundidad dichos riesgos, debemos de andarnos con cuidado con sus posibles implicaciones y nos obliga a llevar una visión prudente de los mismos.