Buenas noches apreciados foreros de +D.
Desconozco la razón exacta (quizás ego, melancolía, necesidad…), pero hoy me ha dado por plasmar y compartir algunas reflexiones íntimas en términos de inversión. Si bien unos pocos foreros ya me conocen, permítanme cometer la extravagancia de comentar algo sobre mi persona.
Soy un inversor novel, pues tan sólo llevo diez años en esto. Es importante remarcar que lo digo completamente en serio. Me considero un principiante, y por si fuera poco, en esta última década me he limitado a disfrutar del que ha sido, en general, un prolongado mercado alcista. Podríamos estar de acuerdo en el hecho de que he tenido fortuna, pues comencé en un gran momento. Lamentablemente, el pírrico capital con el que humildemente me inicié no me ha permitido unas grandes revalorizaciones en términos absolutos. Hablando claro, sigo siendo pobre.
La inversión es, según mi punto de vista, más que un proceso para generar una mayor capacidad de consumo futuro. Es una forma de ver el mundo intrínsecamente ligada a mi forma de ser y un conjunto de actitudes y valores: ahorro, moderación, paciencia, disciplina, templanza, sacrificio, optimismo; un esfuerzo por reducir el apego a lo material y valorar lo que realmente es importante: disfrutar de los seres queridos y construir un porvenir mejor para ellos.
Pues bien, tras ese par de lustros invirtiendo en bolsa (de nuevo, ese tiempo es poco significativo en los mercados financieros), he podido observar que los mejores resultados los he obtenido al mantener durante años buenos negocios comprados a precios atractivos. Lo sé, no estoy revelando ningún conocimiento nuevo. A pesar de ello, reconozco que me ha costado casi una década acabar de definir mi estilo de inversión. Opino que adoptar las implicaciones psicológicas y conductuales correctas no es tan sencillo, y el debatir con personas con mayor experiencia y conocimientos, así como la propia reflexión, me han conducido a este punto.
Desde mis inicios he invertido a través de fondos (la antigua Bestinver) y de acciones seleccionadas por mí mismo (las primeras fueron KO y SAN). Como tenía unos ciertos conocimientos de contabilidad debido a mi formación académica, inmediatamente sentí atracción por el análisis fundamental y nunca he utilizado el análisis técnico ni sandeces del estilo. Sin embargo, a pesar de ello, no me salvé de invertir en SAN. Un año o dos más tarde me di cuenta que era un error invertir en empresas que son excelentes para los directivos, pero no para el accionista.
Paulatinamente incrementé mi peso en fondos (seguí con Bestinver), y la cartera de acciones propias mantuvo un peso relativo bajo respecto al total. Gracias a la lectura de libros de inversión, revisión de muchos estados financieros y experimentación propia en la selección de empresas, adquirí la confianza suficiente para comenzar a escribir en el ámbito de las finanzas, y entré en la antigua Unience. Allí, conocí un buen puñado de ilustres foreros que acabaron por conducirme a +D.
Antes realizaba en este foro comentarios y escritos más relacionados con la inversión y el análisis fundamental, pero con el tiempo, he acabado escribiendo tonterías. Me agrada contar pequeñas historias estúpidas y, afortunadamente, he caído en la cuenta de que hay una serie de foreros que cubren el aspecto de la formación mucho mejor de lo que yo lo haré jamás: @jvas, @MAA, @agenjordi, @DanGates, @Emgocor, @JordiRP, @Helm, @dblanco, @quixote1 y muchos otros que me dejo en el tintero (no quiero importunarles con alertas de email). Una vez escuché comentar a @JordiRP que se sentía en la obligación de ayudar y formar a otros, pues de la misma manera le habían ayudado a él. Me impactó en gran medida su generosidad y compromiso, y es sin duda fabuloso que esta comunidad quede en manos de personas así. Sus celebérrimos excels se deben haber compartido más que las revistas Playboy de los 90.
Pero prosigamos. Aunque a veces no lo parezca, en muchas ocasiones escucho a las personas. Puede que en un primer momento niegue sus opiniones, ya que en general me cuesta más aceptar que estoy equivocado a superar mis prejuicios. Pero hay sentencias de terceros que se quedan almacenadas en mi buffer interno, y más tarde o más temprano, salen a la palestra y mi escaso seso las mastica con vehemencia.
Hará algo más de un año, gracias a @dblanco pude ponerme en contacto con unos cuantos inversores que se autodenominan Nothingers . Pese a que acudí con mi armadura de análisis fundamental, forjada con ventas a precios objetivos y Value Investing del bueno, de forma sibilina fui interiorizando algunas ideas y afirmaciones que comenzaron a modificar pensamientos que creía férreos e indelebles. Se rebeló ante mí una manera de proceder más acorde a mi forma de ser y a mis circunstancias personales.
Gracias en gran parte a @psicofinan he comprendido que con una diversificación adecuada en excelentes negocios comprados a precios razonables, y especialmente, mediante la capacidad de aguantar, tengo el 95% del trabajo hecho. Observé que no necesitaba realizar innumerables screeners para encontrar la próxima oportunidad, hacer un correcto timming del ciclo, encontrar otra microcap abandonada o al nuevo gestor superestrella. No. Debo centrarme en buscar negocios extraordinarios, construir una cartera de 25, 30 o más empresas de estas características adquiridas a precios sensatos, realizar aportaciones y aguantar cual espartano en las Termópilas. Sí, sí, de nuevo lo sé. Me ha costado bastante pillarlo. Es lo que tiene ser duro de mollera.
Por primera vez en todos estos años me siento capaz de dar cada vez más peso a mi cartera de acciones propias. Cuando reflexiono acerca de ello, sólo puedo dar las gracias a @dblanco y a los Nothingers en general por hacerme mejor. Puede que al final, este post no sólo vaya de ansias de protagonismo, sino también de agradecimiento. Mi mayor virtud puede haber sido rodearme de personas mejores que yo. Como no tengo mucho que decir, simplemente escribo.
Me he esforzado por realizar una especie de introspección. Por examinar si esta deriva viene causada por la adscripción a la moda del crecimiento y la etapa alcista de este tipo de inversión. Pero he llegado a la conclusión crítica de que no. No es una cuestión de modas o bandazos en la estrategia. Ha venido para quedarse, al fin. Y si la vida me lo permite, se quedará largos años. Soy consciente que podría crear una cartera indexada, estrategia claramente ganadora. Pero también deseo disfrutar del camino y ser accionista de grandes negocios, cosa que me entusiasma. Aunque no lo parezca, no todo es batir a un índice.
[…]
It matters not how strait the gate,
How charged with punishments the scroll,
I am the master of my fate;
I am the captain of my soul.
William Ernest Henley