Me han causado ustedes múltiples divorcios. No el de mi mujer, claro está —ese solo me lo puedo ganar yo—, sino el de mis ideas. Hace ya casi 7 años que me uní a la comunidad MasDividendos, y me gustaría que este post sirviera como una explicación de mi camino, así como un agradecimiento a la comunidad por abrirme tantas puertas que no habría descubierto por mí mismo.
Primer divorcio: los dividendos como única alternativa
Comencé con los famosos libros sobre dividendos, comprando acciones basándome en 2 o 3 ratios sin entender mucho más, y con el viento de cola de 2018 en adelante, lo que hacía pensar que la estrategia funcionaba. El problema surge cuando, para vendernos una estrategia, se deja la tienda impecable, pero el almacén hecho un desastre, y rezamos para que el encargado no nos pida entrar a ver cómo está todo por detrás.
Aquí se dio mi primer divorcio: entendí que no es oro todo lo que reluce. Dar un dividendo no tiene por qué ser la mejor opción para el inversor en una empresa, ya sea porque existen mejores alternativas de reinversión dentro de la misma o para evitar pasar por el peaje fiscal. También rompí con entusiasmo con las famosas listas de “aristócratas del dividendo”, que nos cuentan lo que deberíamos haber invertido hace 50 años, pero no ahora. Estas listas son como si un equipo de fútbol intentara fichar a los 10 mejores goleadores de la liga española: todos excelentes jugadores, pero la mayoría ya no están en activo y algunos, lamentablemente, ni entre nosotros.
Esto no significa que no se pueda ganar dinero, estar tranquilo o preferir los dividendos, pero primero hay que saber analizar empresas, entender sus negocios y tener algo de conocimientos de contabilidad para valorar si el dividendo es sostenible o si es un claro indicador de que el CEO prefiere evitar discusiones y seguir con una estrategia equivocada solo para mantenerse en una lista.
De esta época arrastro valores como Walgreens, 3M, Enagás… Comprados a lo que parecían buenos precios según los dividendos, pero con pérdidas significativas por no saber lo que estaba comprando.
Segundo divorcio: los mitos de la gestión indexada
Como empecé en un nicho de internet con una estrategia orientada a los dividendos, la gestión indexada era vista con malos ojos en esos círculos. Que si te comes las subidas, que si compras todo el mercado, incluidos los “patitos feos” del índice…
Aquí, el gran post de @Fabala me enseñó muchísimo. Gracias a ustedes, me di cuenta de que todas esas críticas parecían más una muleta necesaria para seguir vendiendo libros que algo real.
A partir de ahí, comencé a invertir en el Vanguard Global Total Stock EUR Acc, añadiendo un aporte mensual y, si es posible, una aportación extra cada trimestre a fondos indexados. Paralelamente, sigo aprendiendo a analizar empresas individuales e intento, como hobby y por diversificación, hacer compras específicas.
Tercer divorcio: el riesgo no es la volatilidad, sino la pérdida total de capital
Cuando uno empieza en esto de la bolsa sin experiencia, llega con la idea de comprar barato y vender caro. Entonces, se percibe el precio como un enemigo si baja justo después de comprar (lo que a mí me pasa siempre; debo tener algo mal configurado en IBRK, MyInvestor y demás), o como una confirmación de que teníamos razón si sube.
Con el tiempo, y leyéndolos a ustedes, me he dado cuenta de que el mayor riesgo no es la volatilidad, sino lo que compramos y si puede llevarnos a la pérdida total del capital.
Cuarto divorcio: el PER 15 y las “rebajas”
Recuerdo un post, creo que de Don @camacho113, donde se decía que muchas veces comprar a PER bajo puede ser lo más caro. Esta idea, aunque simple, puede parecer totalmente absurda para alguien que está empezando, porque nadie quiere comprar caro… ¿o sí?.
De mi primera cartera, que aún mantengo casi intacta, las posiciones que más se han revalorizado son justamente aquellas empresas que en su momento consideraba caras, pero que crecían con buenos márgenes y tenían unas cuentas saneadas.
Esto me recuerda a cuando creemos haber encontrado algo buenísimo en las rebajas de una tienda de ropa famosa. Aunque puede ser cierto —y hay especialistas en esto, tanto en finanzas como en antigüedades—, lo más probable es que, si está barato, sea porque nadie lo ha querido hasta ahora.
En conclusión
Me dejo muchas cosas en el tintero, pero quiero recalcar lo importante que ha sido para mí aprender y descubrir gracias a todos ustedes. Lo que he entendido en estos años es que mis ganancias han venido de seguir un proceso, mantenerlo a lo largo del tiempo y refinarlo con lo que he ido aprendiendo.
Así que, a finales de 2024, solo me queda agradecerles por tantos “divorcios” con ideas enquistadas en otros rincones de internet, y que, afortunadamente, ninguno haya pasado por el juzgado.