Es curioso que ciertos temas que se suelen anunciar como problemáticos en la gestión pasiva desde la gestión activa, como el posible volumen y sus efectos, en realidad en muchas ocasiones son bastante más problemáticos en la propia gestión activa.
Los mismos que advierten de los riesgos de la gestión pasiva, en más de una ocasión terminan recomendando cosas o estrategias que son mucho más peligrosas. Es un gran riesgo invertir en el S&P pero te recomiendo el fondo de Espeleosín o Iturriaga.
El tema del gran volumen de dinero gestionado por según que fondos activos que puede limitar sus movimientos, suele ser habitual, cuando uno compra un fondo internacional de un gestor ya muy contrastado o gestora contrastada. Si Seilern o la gestora que sea, se decide a comercializar sus fondos en España es porque ya maneja cierto volumen de capital. Y todavía es mucho más acusado en otras gestoras mucho más grandes.
Lo que cuesta de decir es que eso presiona a la baja la probabilidad de lograr rentabilidades mejores que un índice similar. Vamos que las condiciones en las que opera el fondo han cambiado a peor dado que los aciertos van a dar menor contribución y los errores pueden terminar lastrando más al tener más dificultades para deshacer posiciones.
Tal vez la forma que este tipo de cosas afecte algo menos es que los fondos muy grandes no tengan tendencia a mover mucho la cartera. Aún así se les va a complicar entrar en acciones que en el pasado habían aportado lo suyo. El ejemplo de Fundsmith con Domino’s Pizza es muy significativo.
Sobre los mandatos dependerá del tipo de mandato. Si es un que replica exactamente el comportamiento de un fondo, hay normativas que obligan a repartir proporcionalmente para cada precio, las acciones ejecutadas entre los que siguen el mismo mandato.
No obstante si uno revisa la historia verá que casi todas las gestoras grandes han perdido demandas por algún tipo de mala praxis en este sentido. Tampoco es difícil imaginarse que a más intermediarios peor.
Igualmente el hecho de que las gestoras tengan varios vehículos, ni que uno sea fondo y otro PP, facilita que se favorezcan, si los gestores quieren, lo que les interese a ellos.
Tenemos el fondo A de la gestora con un 4% de una acción y el fondo B de la gestora con el 3% de la acción. El gestor puede argumentar lo que quiera para decidir vender ese 4% de la acción del fondo A hoy, mientras vende el 3% al día siguiente.
Por otro lado también es problemático que un fondo tenga poco tamaño. Que los gastos que van más allá de los de gestión, que son fijos, se repartan entre poco capital, pueden lastrar enormemente la comisión, como vimos el primer año de True Capital, o hacer inviable el fondo incluso siendo buena su rentabilidad como el de Opciones de Andbank.
O el acceso a poder influir o conocer ciertas actuaciones de los gestores de las empresas tampoco es igual manejando 10 millones que 10000 millones. Aunque a algunos gestores que manejan poco dinero les guste decir que tienen gran influencia en las decisiones de los dueños de ciertas empresas. Tampoco es que sea ninguna panacea lo otro.
Al final uno busca extrapolar rentabilidades pasadas en cuestiones donde el contexto puede variar de mil maneras. A veces por el comportamiento externo del mercado pero a veces por las propias circunstancias que afectan a un producto. Que un analista con algunas sugerencias de inversión muy buenas en una etapa, se termine cambiando por otro de una calidad muy inferior(y que cobra mucho menos), suele ser algo mucho más fácil que pase que no que el inversor en el producto lo sepa.