Siempre es de agradecer que se cuide la comunicación con el inversor y que se aproveche un canal como son las cartas trimestrales para intentar informarle a fondo. Luego ya todos los partícipes u otros inversores son libres de leer o no lo que se cuenta.
En este sentido creo que hay que poner en valor las cartas trimestrales de Horos que se ven hechas con mimo y no como un mero trámite desagradable, que parecen cada vez más algunas otras.
No me ha terminado de gustar que pongan la rentabilidad del trimestre y la desde su inicio en Metavalor comparadas con sus respectivos índices y en cambio comentan sus rentabilidades de inicio en Horos pero en este caso no la comparan.
En el gráfico final ponen toda la rentabilidad desde su etapa en MetaValor pero yo recomendaría poner los gráficos también exclusivamente de su etapa en Horos.
Sobre el sufrimiento del inversor en mi opinión al final es consecuencia de tener unas espectativas excesivamente infladas sobre que es la renta variable en particular y la inversión en general. Recomiendo releer El Inversor Inteligente e intentar interiorizar lo que se explica en el libro.
Es curioso como creemos que ciertos conceptos son mantras o coletillas evidentes, hasta que aparecen según que escenarios y problemas, y se nos ve en el sufrimiento como en realidad los entendemos bastante menos de lo que creemos y/o tenemos poca convicción en ello.
Al final se generan unas espectativas temporales que no se pueden cumplir. 5 años no es largo plazo y las situaciones que se dan en los mercados no siempre son favorables, ni para la renta variable en general ni para el value investing o la estrategia concreta de un gestor en particular. Hay que asumirlo como parte del proceso inversor de uno.
Tampoco uno debería vincular en exceso su éxito personal con la inversión. Aunque la parte financiera de la vida de una persona es importante hay otras cosas importantes. Por eso se sufre también en exceso en según que escenarios.
Algo que he visto en varias cartas de gestoras españolas value es una referencia a lo complicados que han sido este últimos tiempos, haciendo referencia a la peor pandemia que ha sufrido la humanidad.
A mi a veces me entran las dudas si los inversores en general, y según que gestores, cuando ponen gráficos de largo plazo de la renta variable, se han revisado con algo de profundidad las condiciones bajo las cuales se han dado esos gráficos.
Con la poca perspectiva temporal que tenemos ahora mismo, al menos de momento, cuesta creer que la gravedad de la situación vivida el último año, desde el punto de vista financiero, sea del mismo grado que la vivida en 2008. Por no hablar del marco de la primera mitad del siglo pasado con dos guerras mundiales y con un periodo entre guerras complicadísimo.
Como he comentado otras veces, la poca probabilidad de según que tipo de episodios, para el que realmente es inversor a largo plazo, no significa que no le toquen vivir algunos de ellos. Más bien lo contrario. Si algo pasa sólo cada 20/25 años pues a un inversor que invierta durante 50 años le van a tocar dos situaciones de esas gravísimas. Vamos que tenemos una probabilidad elevada que nos toque. Si encima consideramos también otras situaciones que pueden derivar en gravísimas pero que se quedan en algo graves pues la cantidad se incrementa notablemente.
Como inversores, más que sufrir más de la cuenta por ello, deberíamos ya planteárnoslo como inconvenientes a tener presentes y saber como gestionar desde el punto de vista de decisiones a tomar (o no tomar) y desde el punto de vista emocional. Negar los inconvenientes o vender sólo las ventajas que comporta tomar según que decisiones, no hace que uno se enfrente mejor a ellos. Más bien lo que lo hace es ser consciente de ello cuando se toman las decisiones.
De poco sirve que se vendan conceptos como independencia financiera, rentabilidades futuras,etc. si no queremos asumir los problemas que pueden comportar este tipo de decisiones.
Para ser inversor a largo plazo, value o de otro tipo, no necesita uno ser necesariamente estoico, católico, austriaco (de escuela económica) u otro tipo de forma de entender la vida, la inversión o lo que sea, aunque no dudo que haya a quien le pueda venir bien serlo (a otros igual les viene bien no serlo).
Más bien lo que se necesita es intentar ser consciente de los riesgos y/o inconvenientes que tiene lo que hace y a partir de aquí intentar afrontarlo.
No sé si en estos casos precisamente el gestionar dinero ajeno y depender profesionalmente de ello complica más la gestión de estos episodios. Una cosa es ver en un 2008 que te cae la cartera un 50% y otra es añadirle encima que pase de gestionar un determinado dinero a pasar a gestionar sólo una quinta parte de ese dinero o incluso una décima parte.
Tal vez peco de no recordar precisamente que la situación personal puede agravar gestionar esas situaciones y hace que a la hora de afrontarlas puede ser necesario que personas actúen de forma distinta o condicionen en cierta manera su exposición a ellas de forma distinta. Aquí a veces nos equivocamos creyendo que todos los que venden en según que circunstancias se equivocan saliendo en el peor momento. Igual su error fue entrar en exceso ante una situación personal que se podía terminar complicando más de la cuenta.