Si les interesa el mundo de la relojería, uno de los mejores aficionados de este país es Santiago Tejedor, tiene la web horasyminutos.com y un canal de video en YouTube. Es un tipo serio y muy documentado y sus explicaciones no martirizan las meninges, es ameno incluso en un arte donde lo que se valora son las complicaciones. Trata todo tipo de marcas y precios, desde los 100 euros hasta el infinito, es un mundo muy peculiar pues ya saben que los clásicos en elegancia inglesa dicen que un hombre, como joya, solo puede llevar el reloj. Personalmente es un tipo que me gusta mucho, su defecto es que no se prodiga en exceso. No hagan caso de esas webs norteamericanas que solo saben hablar de Rolex, AP o Patek, son los nuevos tratantes de ganado y burros.
En cuante a lo comentado por Iguerrero, los Invicta y otras marcas por el estilo no hacen imitaciones, lo suyo es lo que denominan “el homenaje”, dando las oportunas explicaciones, entre otras, la que el propio Iguerrero nos señala, colocan su marca, es evidente que no es una falsificación. No realizaré comentarios al respecto, pero tienen ciertas críticas de los entendidos pues, evidentemente, en “el homenaje” a una determinada marca de prestigio, se simplifican los costes de fabricación, entre otros muchísimos asuntos.
Personalmente nunca he entendido al que lleva una falsificación, por muy buena que esta sea, que las hay. Una de las marcas más falsificadas es Rolex y las hay tan perfectas (y caras, te puedes comprar un buen reloj original de otra marca de menor precio) que hay que examinar el movimiento, la máquina, para saber qué es lo que estamos comprando. Puedes engañar a todo el mundo e incluso durante todo el tiempo, pero el problema es que tú sabes lo que llevas. Para eso me compro un Seiko que, por cierto, hace unos estupendos relojes y, algunos de ellos, nada baratos.
El reloj de Patek de las fotos es de la serie Nautilus, muy apreciado por los coleccionistas, pero de precios prohibitivos, Patek realiza tiradas cortas y muy espaciadas en el tiempo, por lo que sorprende ver modelos que duplican su precio en el mercado retail frente al distribuidor o casa oficial, la explicación es sencilla, no se encuentran en el mercado, se suministran a cuenta gotas. Es habitual en determinados modelos de marcas de prestigio.
¿Es una buena inversión un reloj de lujo? Todos los expertos coinciden que no, salvo concretos modelos que, por sus particularidades, se disparan en el mercado. Es pura lotería. Eso sí, una pieza exclusiva mantiene su valor en el tiempo, pero para eso hay que ser, sencillamente, rico, un capricho de 100 o 200 mil euros o incluso, millones, como el que ya comenté en su día, el Daytona de Newman, con su grabado de “Conduce con cuidado”, regalo de su mujer, se adjudicó en subasta en una decenita larga de millones.
Y dado que estoy en plan “ladrillo”, es lo que tiene el haber pasado un buen y placentero día que último leyéndoles a Uds., una confidencia de un simple aficionado a la relojería con poco conocimiento y nula sabiduría, sin falsas modestias. Hay relojes de todo tipo, materiales, diseños, complicaciones, movimientos y precios, pero si la condición exclusiva fuera “solo puedes tener un reloj en toda tu vida, no podrás disponer de otro y lo has de usar en todo momento y ocasión” tengo muy claro hoy el que compraría, tan claro que ni lo discutiría: Omega Speedmaster Moonwacht Professional, pura maravilla. Y para lo que es, a un precio adecuado para lo que ofrece, tanto en relojería como en historia, muy pocos se acercan y, a ese precio, ninguno.