Como participante de este experimento de inversión y dado que mi posición respecto a las inversiones va a cambiar sustancialmente a corto plazo, me apetece manifestar mis circunstancias a modo de terapia personal y por si puede ser de interés para alguien.
Mi cartera familiar a fecha de hoy está así:
Amundi SP500 ESG 36%
Adarve 13%
Myinvestor Indexado Global Plan Pensiones 22%
Baelo 25%
River Patrimonio 4%
Los tres primeros fondos componen lo que llamo cartera de acumulación (RV pura) y los dos siguientes forman la cartera equilibrada (RV + otros activos). Actualmente la composición de las carteras es 71/29 y la intención a futuro era ir dando más peso a la cartera equilibrada conforme el capital fuera creciendo y fuera teniendo sentido no solo componer sino también proteger.
Pues bien, recientemente se han dado dos circunstancias que me han hecho replantearme todo, por lo menos a corto plazo:
1.- Perfil de riesgo. La composición actual de las carteras supone una distribución aproximada de 88 RV / 12 otros activos. Me estoy dando cuenta que no estoy cómodo con estas proporciones, aunque hace bien poco no tenía ningún problema. El drawdown del COVID lo llevé bastante bien y de hecho aporté más en las bajadas. Pero últimamente no puedo evitar ponerme la gorra macro y pensar en lo que puede dar de sí la renta variable en los próximos años con las circunstancias tan complejas que se vienen: subidas de tipos, inflación galopante, guerras, cuellos de botella, subida de materias primas… Mi yo macro piensa que una recesión a corto/medio plazo es inevitable y por lo tanto empiezo a no dormir bien por las noches (es un decir, de momento). Tras reflexionar bastante creo que mi perfil de riesgo ha cambiado y debería bajar la cantidad de inversión en RV para estar tranquilo.
2.- Inversión en inmueble por herencia. Mi pareja va a heredar a medias con su hermano una vivienda. Nosotros queremos ponerla en alquiler y él quiere venderla. Hemos llegado a un acuerdo y vamos a comprarle su 50% de la vivienda pero ello nos obliga a realizar un desembolso considerable para el cual tenemos que echar mano prácticamente del 100% del colchón de seguridad. Hemos pensado en solicitar una hipoteca pero somos bastante alérgicos a las deudas.
Por lo tanto se nos junta la “incomodidad” de la situación general de los mercados actual con la circunstancia, puntual, de quedarnos sin colchón de cash y por lo tanto sin margen de seguridad. Con este panorama vamos a resetear la cartera de forma considerable y vamos a bajar sustancialmente la cantidad de RV por un tiempo, seguramente hasta rehacer parte del colchón.
Tenemos la duda de qué hacer con la cartera en este impasse. Estamos barajando traspasar a fondos monetarios (lo más probable) o a fondos que replican la cartera permanente (o una combinación de ambos).
Somos conscientes de que los monetarios sólo nos traerán pérdidas (pequeñas o eso esperamos) y la cartera permanente otros riesgos distintos (o no) a los específicos de renta variable, pero en esta fase de la vida vamos a estar más tranquilos protegiendo el patrimonio que componiéndolo. La idea es hacer los cambios para antes del verano, y darnos este tiempo para pensar bien qué hacer.
Seguiré informando ya que al fin y al cabo estamos en el hilo Experimento de Inversión 2020-2029 y exponer las circunstancias de cada uno creo que puede ayudar a otros. También seguiré poniendo anualmente la situación de la cartera, aunque sea toda en fondos monetarios.
Por supuesto si desean hacer comentarios, serán más que bienvenidos.
Edito: se me ha olvidado mencionar que estoy bien contento con todos y cada uno de los fondos que componen la cartera actualmente. Mi planteamiento obedece a cuestiones completamente exógenas.