Tengo la sensación que como tantas veces hay quien culpando a los políticos de turno, quiere obviar los riesgos que tiene el tipo de inversión que quiere hacer o ya está haciendo.
No estoy diciendo que no tengan su cuota de culpa. Si alguna característica tienen los políticos es su capacidad de empeorar problemas que ya existen en lugar de solucionarlos.
No obstante creo que se tiende a comprar relatos que según que problemas no existen o son fáciles de solucionar cuando no es así.
Shiller, en el magnífico Exuberancia Irracional - Robert J. Shiller ya contaba algunos de los problemas asociados al inmobiliario como activo, de la misma forma que hablaba de los bonos o de la renta variable.
Los inversores tenemos tendencia a confundir la supuesta eficiencia del mercado. Hay tendencias que son difíciles de sostener a largo plazo. En cambio como duran lo suficiente, hay quien cree que van a durar toda la vida y son un acicate para lograr una rentabilidad mejor, que justo suele ser lo que lleva pasando los últimos tiempos.
En renta variable suele ser la subida de los múltiplos y en renta fija las bajadas de tipos de interés. El inversor termina creyéndose que eso es algo estructural cuando en realidad tarde o temprano va a cambiar notablemente de tendencia.
En la vivienda, hay situaciones de este tipo que se dan en el momento que una parte mayor del sueldo de las personas se dedica a pagar el alquiler o las personas cada vez viven en menor número de metros cuadrados. Incluso aunque pueda existir de fondo cierta tendencia estructural a ello, es cuestión de tiempo que eso presione negativamente la rentabilidad de la vivienda.
Tampoco es un problema exclusivo español. Otras grandes ciudades lo están teniendo y las propuestas de limitar alquileres, no son exclusivas de España. Hay veces que cuidado con centrarse simplemente en la óptica local, para analizar problemas con una componente más general.
En la burbuja inmobiliaria hubo quien acertó notablemente con ella, como Paramés, aunque con la limitación temporal de este tipo de aciertos, pero en cambio no fue capaz de extrapolarlo a algo mucho más global. Tampoco es que fuera sencillo de hacerlo.
Que las leyes que promulgan los políticos no funcionen para lograr disminuir el efecto de según que problemas y haya mecanismos para saltárselas, a parte de ser una constatación de que la magia no existe, tampoco es que termine siendo buena noticia para el inversor en este tipo de cosas.
Vamos que si tiene espectativas excesivamente infladas o está arriesgando de más en base a exceso de apalancamiento y similares, es mucho más probable que sea el propio mercado quien le devuelva a la realidad que una ley promulgada por el gobierno de turno. O sea el contagio de ciertos problemas sociales a otros ámbitos. La regulación sólo la ve como algo inmutable y que puede proteger de según que tipo de riesgos, alguien que no amplía su marco temporal a la hora de analizar la incidencia de según que tipo de problemas.