¿El dinero da la felicidad?

Pues parece que si, o eso dice Harvard…

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Y ¿usted que opina?

Hay temas donde me parece tan interesante la opinión de según quien como supuestos estudios que lo tienen complicado para captar la complejidad inherente a la cuestión.

No, pero la pobreza tampoco.

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El dinero da libertad, y si uno es capaz de usar esa libertad para ser feliz enhorabuena. Libertad para trabajar o no, libertad para estudiar, libertad para viajar o pasar tiempo con la familia y los amigos, libertad para opinar y decir lo que realmente se piensa, libertad para ayudar a los demás y servir a la comunidad.
Dicho esto, el otro día comentando el bote del Euromillones de 160 kilos con un amigo (spoiler: no nos tocó) coincidimos en algo, y es que demasiado dinero puede ser contraproducente. Me explico, si me tocan 4 millones de euros tendría ilusión para conseguir los 5 y luego quizá los 10 millones. Invertiría o montaría un negocio y eso me mantendría activo sin quitarme un ápice de libertad.
Sin embargo, si te tocan 100 millones apenas ganas nada respecto a tener 4 millones, a no ser que quieras 10 casas, 30 deportivos y estar en 5 consejos de administración, y encima se te quitan las ganas de hacer nada productivo, pues para qué quieres tú 101 o 110 millones si ya tienes 100.

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Yo opino que hasta cubrir las necesidades básicas, si. A partir de unos ingresos de 50.000€/año según el país, es indiferente.

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Está claro que no da la felicidad completa, pero ayuda soberanamente a no tener preocupaciones financieras y solamente con eso cubres una gran parte de lo que sería la felicidad absoluta no se si me explico.
Respecto al tema Euromillones, ningún problema, creo que uno no se tiene que volver loco a la hora de colocarlo, te coges el índice de Aristócratas del Dividendo, escoges 15/20 valores y a vivir del dividendo toda tu vida. Con 160M fácilmente se le puede sacar un 4% de media que son 6,4M brutos, libres de impuestos son aproximadamente 5M al año, a vivir como un marajá y con lo que sobre (lo normal es que sobre mucho si no se hacen burradas) se reinvierte y así sucesivamente. Yo desde luego lo tengo bastante claro, ni montar negocios ni historias raras, hay que dejar que los Aristócratas hagan su trabajo, y a vivir sin preocupaciones.
Saludos!

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Exacto! La felicidad está en la Libertad!

@SirHall, montar un negocio le mantendría activo, pero me parece a mí que lo de la libertad sería al revés

“Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” (Mt 22,21)

La pregunta es capciosa ya que nada tiene que ver el dinero con la felicidad, desde mi punto de vista son dos planos completamente diferentes, “Los ricos también lloran” decía una antigua serie de televisión y los pobres se consolaban viéndola, sin un duro en el bolsillo y quizá eran felices, así con una simple serie de televisión. Alcanzar la felicidad no tiene precio, ni mucho ni poco.

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Me viene a la cabeza una frase de Woody Allen sobre el tema: “El dinero no da la felicidad, pero procura una sensación tan parecida, que necesita un especialista muy avanzado para notar la diferencia”.

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El dinero no da la felicidad. Lo que da el dinero es prosperidad. Hay personas ricas que se sienten muy infelices y personas con muy poco que se sienten felices. Como se siente cada uno depende también de si mismo y de su química cerebral, no sólo de factores externos. En cualquier caso el dinero no es un factor determinante.
Aparte de todo esto supongo que a algunos individuos el dinero les da tanta satisafacción como a otros les puede dar que les azoten, a otros por coleccionar coches antiguos o a otros vivir como bebés adultos. El ser humano es variopinto y raruno.

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El concepto “felicidad” es para mí erróneo, eso en primer lugar. Creo que en la vida hay momentos felices, pero no creo que exista un estado que se pueda llamar de felicidad.

En cuando al dinero y las inversiones en general, creo que hay que verlas como un medio, no como un fin en sí mismas. Son el medio para conseguir libertad e independencia, que es lo más valioso que puede tener una persona.

Libertad, fundamental para hacer lo que uno desea y cuando uno desea. Eso es algo que no es sustituible por bien material alguno y produce un bienestar enorme.

Independencia, que es posicionarse de forma coherente con las propias convicciones, manifestarlo de forma pública y no tener que decir lo que a uno le conviene porque podría perjudicar a su trabajo o perder clientes, etc…

El resto, es bienvenido, claro está, pero muy secundario…

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Felicidad = Realidad / expectativas

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Según algunos, hay una fórmula más sencilla:
Felicidad=Ignorancia.

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Si…por supuesto…que se lo pregunten a una ameba!!!

Jeje.

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Quien fuera ameba…De hecho los americanos llevan gastados miles de billones intentando encontrar una ameba en el espacio. Si la encuentran pobre de ella, se le acabó la tranquilidad.

No da la felicidad, en mi opinión claro,… pero es obvio que “tener dinero”, elimina multitud de factores que si son / pueden ser causantes de infelicidad…

El estudio por otra parte, da un dato curioso (y lógico) : es más feliz quien lo ha ganado / generado por si mismo que quien lo ha heredado / accedido por matrimonio etc …

P/D: si en alguna ocasión se ven Vds. en apuros por un premio con 8 ceros de euromillones, les prometo solemnemente que les ayudo a soportar el estrés monetario sobrante “gratis” :sunglasses:

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Bendita ignorancia!
Cuanto más sabe uno, más vueltas le da al coco

En alguna entrevista le he escuchado a Luis Rojas Marcos decir que también es muy importante para la felicidad un punto importante de “mala memoria”, porque, en efecto, no es muy recomendable para el bienestar mental estar contínuamente removiendo experiencias negativas del pasado. Creo que razón no le falta, así que la fórmula mejorada podría ser:

Felicidad = (Realidad / expectativas) * Capacidad de olvido :wink:

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Es que saber, saber, no hace falta saber mucho, pero si lo necesario para ser feliz. Yo, maestro de escuela, he llegado a la conclusión que si mis alumnos supieran bien el 50% de lo que viene en los programas oficiales, sabrían más y serían más felices. Veo niños que se esfuerzan en entender cómo se analiza sintácticamente una oración subordinada para aprobar un examen, y en cambio no saben resumir un texto sencillo. La cuestión reside en establecer prioridades, saber que nos hará felices, igual nos sorprende lo poco que nos hace falta.