A este argumento se le puede dar la vuelta y decir que, si teniendo que recurrir al mercado negro, aún así las personas consumen drogas, que ocurriría en el caso de que se puedan adquirir legalmente en cualquier tienda. Es bastante razonable pensar que el hecho de dificultar su acceso disuada a muchas personas a iniciarse en esto de las drogas. No todo el mundo tiene el número de un camello en sus contactos.
Una de las virtudes fundamentales de la política es la prudencia. Si no tienes nada claro los resultados a los que puede llevar una medida política y existe la posibilidad de que uno o algunos de esos resultados sean desastrosos, la prudencia dicta que no la lleves adelante. Existe la posibilidad de que la legalización de las drogas acabe o modere su consumo? Si. Pero también existe la posibilidad contraria.
De todas formas, ya estaríamos hablando de un tema distinto. Una discusión es la legalización de ciertas drogas y otra distinta es el mercado negro (que era la discusión original sobre Silk Road).
Como usted bien comenta, e hice yo también en mi anterior post, la adicción a la drogas es en muchas ocasiones un síntoma de problemas subyacentes, tanto sociales como psicológicos. Decía Escohotado que el problema no eran las drogas sino las personas (curiosamente él mismo se reconocía adicto). Es una media verdad. Sabemos que hay ciertos compuestos que afectan especialmente a la química cerebral. En cualquier caso, esto no justificaría liberalizar el acceso. Es una falsa dicotomía. Que no sean el origen sino el síntoma del problema no se sigue que no haya ninguna razón para tratar los síntomas. De la misma forma que tratamos una fiebre alta aunque no sea más que un síntoma de una enfermedad subyacente. Claro que habría que abordar el problema en sus diversos frentes: atacar tanto los síntomas como la enfermedad. Pero de la misma forma que a una persona depresiva con pensamientos suicidas no le colocas una pistola en la mano, a una sociedad que genera bolsas de posibles adictos a las drogas no le das acceso libre a las drogas. El argumento de que legalizando las drogas la población tendría un mejor conocimiento sobre las mismas, y por lo tanto un consumo más consciente, es a mi juicio poco sostenible. A día de hoy gran parte de quienes consumen drogas entienden los riesgos a los que se someten. De la misma forma que el más que sobrado conocimiento que tienen las personas sobre los riesgos del alcohol no evita que se siga consumiendo a escalas industriales y generando problemas de adicción y accidentes relacionados con su consumo. Además, la legalización también podría producir el efecto no deseado contrario de restarle gravedad a su consumo generando una falsa sensación de seguridad.
Adicionalmente, percibo cierto patrón argumentativo de quienes sostienen la legalización de las drogas. Por lo general, cuando acabas citando una droga dura como la heroína, ya comienzan los matices e incluso directamente frases del tipo “bueno la heroína no”. Pero entonces lo único que se está haciendo es desplazar ligeramente lo que es admisible y lo que no, por lo que no se está dando solución al problema de “las drogas” en general, sino al problema de “ciertas drogas” en particular (véase el cannabis). A mi juicio, en muchas ocasiones, detrás de este discurso de legalización de las drogas en abstracto lo que existe es el interés de que se despenalice una droga en particular.