Pues parece que la gente está empezando a ajustarse el cinturón y no gastar demasiado en anuncios:
Tengo un familiar con un negocio adquirido por medio de un préstamo a interés variable, con prácticamente toda su devolución por delante, y ciertamente se comprende que reduzca su gasto publicitario.
Si a eso le sumamos el aumento del coste de la vida a nivel personal, o de la hipoteca personal a tipo variable en caso de tenerla…
Por otro lado al final el gasto publicitario no deja de ser también una inversión. A mi me pasó con el libro de Introducción a la Inversión y lo que me gastaba en publicidad en Amazon… un período dejé de pagarla por entender que ya no merecía la pena, y las ventas empezaron a caer en picado. Es tu escaparate digital al final, si no saben que existes no te compran (dicho lo cual, entiendo que cuando el gasto financiero u otros acucian a corto plazo, lo primero es pagarlo, y se pueda tirar de reducir la inversión en publicidad).
Y además, si uno espera que el ROI de esa inversión sea menor, porque se convierte menos, o las conversiones se traducen en menores ingresos porque el cliente paga menos, o porque se han tenido que reducir márgenes por el aumento de costes… uno recorta aún más.
A ver si Montero vuelve a poner el impuesto de sucesiones y repartimos un poco la pasta de los ricos.
A todos Vds. les suena La riqueza de las naciones de Adam Smith.
Pues ahora podríamos escribir La pobreza de las naciones. No hacen falta dirigentes corruptos para arruinar un país, solo se precisa que sean cándidamente bienintencionados.
P. ej., que legislen que todos tenemos derecho a comer pollo de corral barato; entonces nadie los cría porque se pierde dinero. Cómo alternativa comeremos legumbres, pero sin usar ni insecticidas ni fertilizantes que no sean respetuosos con el medio ambiente y pagando tasas por el agua de riego y resultan caras; sin embargo, permitiremos que se importen de terceros países que no están obligados a cumplir estás normas y son más baratos.
También se pondrán trabas al uso del automóvil si no es eléctrico porque contamina, pero no se implanta una red de puntos de recarga; además los coches eléctricos reciben ayudas del Estado que la ciudadania debe pagar…
Se legisla para que el alquiler sea más barato sin aumentar la oferta…
Con un número suficiente de leyes que quieran el bien de la ciudadanía sin tener en cuenta a costa de qué se derrumba la estructura económica de un país.
No le falta razón. Aunque lo de bienintencionados igual habría que ponerlo entre comillas. Porque a veces en los debates , hay puntos ideológicos donde uno da por sentado que sus valores son mejores que los de los demás, cuando al menos es discutible.
También cuando por ejemplo en siglos pasados habían fuertes debates acerca de la esclavitud, había quien sostenía el tipo de argumento que prohibirla era una posición bienintencionada pero que iba a provocar muchísimos problemas irresolubles.
Incluso alquien como Montesquieu, claramente contrario a la misma, se manifestaba muy prudente a la hora de condenarla, precisamente para no solviantar a sus partidarios, o a los que tenían miedo que cambiara el statu quo.
Saludos cordiales.
Tampoco creo que sean bienintencionados, pero es que no hace falta que obren de mala fe. Con cabezonería, eso sí. Esta idea me la inculcó un compañero al que le pregunté si tanto habían robado los gobiernos de Argentina y Venezuela. Y me dijo que no lo sabía, pero que con gobernantes que se empeñen en llevarnos por el buen camino ya bastaba.
El mercado tiene sus leyes y se parecen más a las leyes de la física que a las del código civil. Son pertinaces; no se puede luchar contra la ley de gravedad sin paracaídas y si pretendemos no usarlo…
Bueno los debates entre los economistas sobre esas leyes no llevan ni mucho menos a un consenso sobre el funcionamiento de las mismas.
E incluso en temas donde se puede encontrar algo más de consenso, a veces en la práctica no suele gustar tener una decisión muy racional pero que va en contra de otros instintos más primarios.
No pocos responsables económicos de gobiernos, instituciones o empresas, suelen terminar diciendo, una vez ha pasado el desastre, que ya intuían el problema pero era muy difícl irse de la “fiesta”.
A este respecto:
¿Dónde lo recargamos si no tenemos plaza de aparcamiento?