Saludos cordiales.
Se cuenta que una fría mañana de principios de 1929, Joe Kennedy, padre del ex presidente John Fitzgeral Kennedy, charlaba de forma amigable con Pat, un humilde limpiabotas de Wall Street. Mientras éste sacaba brillo a sus zapatos, se permitió el lujo de darle el siguiente consejo al magnate: «Compre petróleo y ferrocarriles, sus acciones se van a poner por las nubes. Lo sé de buena tinta». Tan turbado quedó el patriarca del clan Kennedy que le confesó lo siguiente a su mujer nada más llegar a su casa: «Tenemos que desprendernos de inmediato de todas nuestras acciones». Su mujer, Rose, sorprendida, le preguntó que por qué. Y este le respondió: «Una Bolsa en la que un limpiabotas puede invertir y predecir no es un mercado fiable».
También se cuenta de Henry Ford, John Davidson Rockefeller…: “Cuando mi limpiabotas invierte en Bolsa yo lo vendo todo” (Rockefeller).