Ya comenté que yo he preferido leer antes El pasillo estrecho - Daron Acemoglu, James A Robinson que este. Y mi sensación es que son libros muy complementarios donde leyendo uno sin haber leído el otro, es fácil caer en interpretaciones que luego con la visión del otro aparecen matizadas de forma distinta de lo que uno podría interpretar en ciertos sentidos.
Sin llegar al mismo extremo, pasa un poco como con Maquiavelo y El Príncipe, que uno puede tener dudas sobre las motivaciones reales del autor, que sin embargo aparecen mucho más claras cuando uno lee otras de sus obras, como es el caso de los Discursos.