Tenemos un doble pronóstico; uno sobre algunas variables macro, y el segundo sobre el impacto de estas variables sobre algunos sectores.
Es un ejercicio muy complicado operar sobre estas bases y puede ser fuente de errores importantes aunque las previsiones sean acertadas, simplemente con que el timing no sea el esperado, o que los fenómenos previstos tarden más de la cuenta en concretarse.
En estos casos, el ejercicio que varias veces he sugerido, es de imaginarse que lo peor vaya a pasar en un tiempo razonablemente breve (unos meses).
Si se piensa que la propria cartera no es adecuada en esa circunstancia, probablemente habría que pensar de hacer los retoques que permitan estar más tranquilo en ese escenario u otros negativos que pudieran plantearse.
Normalmente esos retoques suelen ir en la dirección de la diversificación.
Al final nadie sabe lo que va a ocurrir, pero seguramente algún escenario negativo lo vamos a vivir y la cosa más importante es construir una cartera con la cual sepamos que podemos aguantar lo mejor posible el sufrimiento que vamos a pasar y evitar que nos obligue a tomar decisiones bajo presión, cuando las cosas se compliquen, porqué serán nuestras peores decisiones