Depende de muchas cosas que no caben en ningún excel. Si una persona sufre mucho por la volatilidad sí debería incorporar renta fija, aunque al mismo tiempo es muy posible que esta persona sufra debido a que compartimenta mentalmente su dinero entre su “cartera” (RV y RF) y la liquidez; mientras que alguien que vea su cartera como un todo quizá sufra menos. Es decir, alguien con 100.000 euros en la cuenta corriente del banco y 10.000 en renta variable, ¿es un inversor agresivo con una cartera 100% RV o un inversor ultraconservador con una cartera 91% cash, 9% RV?
Para mí el tema más importante es qué ingresos y qué gastos tiene una persona y cuáles son sus circunstancias. Le pondré un ejemplo cercano: un amigo mío y su padre ingresan prácticamente lo mismo, sólo que él tiene un sueldo y su padre, ya jubilado, una pensión. Él está viviendo con su pareja, pagando la hipoteca del piso y las letras del coche y buscando el niño dentro de poco; suponiendo que tiene dinero en el banco para cubrir sus gastos durante unos cuantos meses, me parece obvio que la cantidad que haya ahorrado para destinar a inversión no puede estar toda en renta variable, porque tiene muchos gastos fijos y si por lo que fuera perdiese el trabajo o tuviera gastos inesperados, sus ahorros podrían reducirse a la mitad o prácticamente por caprichos del mercado como suele pasar de vez en cuando, y dudo mucho que pudiera dormir por las noches. En cambio, su padre, con la casa y el coche pagados y todo hecho y pocos gastos más aparte de los suministros, la compra y la salida de los domingos a comer con su mujer, gastando bastante menos de lo que ingresa, podría tener una cartera de inversión mucho más agresiva.
Otra cosa, tabú para los americanos por aquello que cuando acaban la universidad ya uno vive en Tennessee y los padres en Florida y apenas se ven pero que no es aplicable a una cultura como la nuestra, es tener en cuenta también de qué red de protección familiar disponemos. Pepito y Juanito pueden tener exactamente el mismo sueldo de 1.200 euros, los mismos 3.000 euros en el banco y otros 3.000 en una cartera de inversión. Para el excel son iguales, pero si resulta que los padres de Pepito tienen el mismo dinero que su hijo pero los de Juanito tienen pisito en el centro de Madrid, apartamento en Jávea y 500.000 entre cuentas corrientes, acciones y fondos; podríamos concluir que Juanito puede tener la tentación lógica de invertir de forma mucho más arriesgada porque sabe que en caso que le salga mal la jugada la puede solucionar el próximo domingo con una breve charla en la cocina con mamá. También puede que Pepito no deba invertir arriesgadamente pero sea más valiente que nadie porque intenta salir de pobre a toda costa y aplica el dicho de “puerta grande o enfermería” metiéndolo todo a Ethereum. ¿Ve como las opciones son inacabables?
También hay que decir que el escenario de vivir de las inversiones que tantas veces se nos muestra en los libros y blogs de inversión hechos por americanos, ¡incluso películas! lo típico de “honey, lo hemos perdido todo porque teníamos nuestros ahorros en Kodak que es donde he trabajado toda la vida”, está sobrerrepresentado e influido por su sistema de pensiones y protección social, que nada tiene que ver con el nuestro. Poco o mucho, lo más habitual es que tengamos algún tipo de ingreso a lo largo de nuestra vida, a partir de ahí cada uno conoce sus gastos y tiene que saber qué cantidad quiere tener disponible de inmediato en la cuenta corriente y qué cantidad en inversiones. Lo demás es complicarse la vida, porque además y por muy previsores que seamos, ninguna planificación financiera ni estrategia inversora nos salvará de un episodio en qué la vida nos golpee de verdad: paro de larga duración, enfermedad o discapacidad propia grave o de un familiar, ser víctimas de un delito o estafa, etc.
A mí juicio el mayor uso que tiene la renta fija es el de evitar que el esfuerzo acumulado durante años de trabajo e inversión se pierda sustancialmente de un día a otro, pero para ello cada uno tiene que valorar a partir de qué cantidad le preocupa más perder que la motivación por ganar.