Trataba de pensar esta tarde en sí la disrupción (ya empieza a parecerme incluso pedante la palabreja) afecta igual a todas las empresas. Y la verdad es que no tengo ni la menor idea. Supongo que un cambio drástico que afecte a buena parte de tu negocio va a hacerte daño seas quien seas.
Creo que es Dorsey el que dice que es normal que las empresas tecnológicas simplemente sean suplantadas por otras a medida que la competencia desarrolle otros productos más baratos o mejores (excepto si hay ventajas competitivas duraderas). También el que dice que el verdadero problema se da cuando una empresa no-tecnológica, que parecía gozar de verdaderas ventajas competitivas, sufre una disrupción y su foso se diluye, en un momento, como un azucarillo.
Entonces tenemos, por un lado las empresas tecnológicas muy expuestas a la competencia de otras tecnológicas y por otro las empresas más tradicionales (interesan las que no estaban expuestas a la competencia de su sector por tener “moat”) que ahora pueden estar expuestas a la irrupción de empresas tecnológicas. Esto, por otra parte, creo que está lejos de ser un fenómeno nuevo. El propio Dorsey suele poner como ejemplo el surgimiento del Nasdaq (empresa tecnológica) en los 60 y lo que supuso para las bolsas tradicionales. Supongo que algún día el coche fue una disrupción para la diligencia y ahora nadie considera a Seat una empresa tecnológica (sí a Tesla).
Entonces el dilema lo tengo en sí empresas como Google, Facebook o Microsoft (digo estas, haciendo un poco de trampa, porque son las que me gustan y porque creo que tienen moat dentro de su sector) están más o menos expuestas a cambios tecnológicos que empresas como Procter& Gamble (por decir una que ha sido una máquina de generar caja, con un montón de marcas muy potentes dentro). Bien; en un primer momento podríamos pensar que las primeras claramente están mucho más expuestas. Hay gestores muy reputados que dicen que ni les interesa mirarlas. Pues yo no lo tengo tan claro. La verdad es que no creo que un chaval en un garaje sea capaz de terminar con P&G pero tampoco creo que lo sea de terminar con Facebook (miren que Google ha intentado meterse en su negocio y no ha podido). Y ahora viene lo que mas me da que pensar: Si una empresa creada de la nada, con poco más que una cuenta en Instagram, consiguió poner en jaque uno de los productos más rentables de P&G ¿por qué no podría volver a suceder? Con esta empresa, con otras, con otras de otros sectores… Probablemente la forma más sencilla de defenderse para estas empresas sería tirar de chequera (las grandes con recursos). Pero… ¿no estarían canibalizando sus propios productos? La propia P&G ha venido variado últimamente su estrategia de publicidad, en función de los cambios en la propia publicidad, y la verdad es que me cuesta ver hacía donde va. Y son muchos Billones. Otro ejemplo de empresa muy sólida que se ha visto obligada a cambiar su estrategia es Nike. Juraron que nunca venderían en Amazon y ya lo están haciendo (que se lo pregunten a Foot Locker). Lo curioso es que todos estos cambios pueden suponer oportunidades: el comercio electrónico también permite a Nike reorientar su estrategia y vender directamente (que se lo pregunten a Foot Locker). Por lo tanto el cambio que supone el comercio electrónico será positivo para quien lo sepa aprovechar y una catástrofe para quien no sepa (que se lo pregunten a…).
Pero… ¿Qué es una empresa tecnológica en los tiempos en los que a las pizzerías (como Dominos) se las considera tecnológicas y a las Google empresas de medios? Todo se lía demasiado cuando uno se enfrenta con el mundo real donde las etiquetas se entremezclan ¿no creen?
Unas de mis empresas favoritas (las tabaqueras) es posible que creen una disrupción para cambiar su propio sector. Algo en principio peculiar pero… ¿y sí sucede? Y… ¿sí dejan de vender cigarrillos y empiezan a vender cacharros electrónicos como ya parece empieza a suceder en Japon? ¿Se convertirían en tecnológicas disruptoras? Nuevamente dudas y confusión dentro de mi cabeza.
Con los periódicos uno parece tenerlo mas claro (aunque hay quien sigue confiando en ellos) y los cambios en las TV parece que no tienen retorno (con Disney intentando copiar a Netflix). Y entonces ves gente a la que respetas comprando empresas de medios en declive y vuelven las dudas.
Para ir terminando tenemos Amazon, esa empresa que parece amenazarlo todo. El retail ha sido el primero en caer (excepto las que se han convertido en marcas como ITX: parece que las caras no estaban tan caras y las baratas no estaban tan baratas). El caso es que el monstruo crece y amenaza a los sectores más insospechados y no sé sí una Maersk (por citar una de un sector en el que yo nunca habría imaginado fuera a meterse Amazon) está preparada para aguantar el envite.
Llega un momento en el que uno no sabe sí la inteligencia artificial, de lo que se habla tanto ahora, va ser lo que fue el WhatsApp para el teléfono o si se va a quedar en un limbo como parecen haberse quedado las impresoras 3D (la tecnología que iba a cambiar el mundo y que tal vez lo cambie en muchos aspectos ahora o en unos años o en décadas). Y lo mas importante, creo que esto al final afecta tanto a la hora de comprar al nuevo que provoca el cambio como al viejo que tal vez ni se lo espere. En mi (humilde, bastante imperfecta y carente de proceso) forma de invertir ya no vale el: esto no me interesa por ser muy nuevo (incluso si no lo compro o no llego a entenderlo en lo mas mínimo).
Y lo mejor, y lo peor, de todo esto es que, en mi opinión, es algo totalmente opinable y por ello les invito a opinar.