Es un debate siempre interesante el de los regímenes políticos. A comentar que es uno de los principales debates filosóficos desde siempre.
A veces nos quejamos que otros no tienen cultura financiera y yo no diré que nos falta conocimiento de este ámbito pero sí que diré que leerse a algunos pensadores históricos, suele aportar una profundidad en el análisis de ciertas cuestiones que a uno de entrada se le escapa.
Las debilidades de la democracia son evidentes pero no crean que los principales defensores de este sistema eran precisamente soñadores, más bien eran personas con un carácter pragmático notable. Recomiendo en este sentido leer Del espíritu de las leyes de Montesquieu y a Maquiavelo pero no sólo la obra famosa, El príncipe, sino especialmente Los Discursos.
De hecho cualquiera que sienta verdadero aprecio a la democracia por su carácter práctico y no por supuestos ideales, será ya por definición muy escéptico sobre las posibilidades reales de un régimen tipo el comunista para lograr algunos objetivos que dice tener sin comprometer otros de forma tremendamente dañina.
Uno de los problemas habituales con los que hay que lidiar en democracia es la habitual atracción que sienten muchas personas por un régimen autoritaria que sea de su cuerda ideológica antes que por un régimen democrático, aunque con deficiencias, que no sea de su cuerda ideológica.
Aquí el carácter pragmático nos debería hacer ver que tan importante como el fondo son las formas en democracia. Y que precisamente tendemos a ser soñadores cuando pensamos que un régimen autoritario de nuestra cuerda ideológica no va a terminar siendo posiblemente peor a largo plazo que un régimen democrático.
El argumento de que la multitud vota en base a sus intereses particulares y con poca visión de largo plazo o cosas difícilmente sostenibles a la larga, también ha sido un habitual a lo largo de toda la historia de la democracia. El problema suele ser que los que lo utilizan en realidad también toman malas decisiones en base a sus intereses o en base a su visión del mundo, que creen la correcta, pero tal cosa suele ser también bastante más discutible a largo plazo.
Cuando alguien está convencido de conocer a fondo que es lo mejor para todos, tiene la sensación que dejar opinar y votar a todos, puede ser un problema. Cuando uno está bastante menos seguro igual prefiere que todo el mundo pueda opinar/votar y que se tome la decisión teniendo en cuenta a todos y no sólo los que creen que llevan razón absoluta.