Buenas noches, Buso
exacto, el problema vendría de la distribución. A eso me refería cuando no veía claramente cómo se podría implementar un aumento de la productividad con un número menor de cotizantes “netos”, y un número considerable de perceptores de pensiones públicas. Además, sabemos que darle a la “maquinita del dinero” como solución a los problemas genera inflación, lo cual es malo para todos.
Creo que no hay que darle más vueltas al asunto: la realidad, es la que es, y dentro de unos pocos años van a ser muchos los perceptores netos de pensiones públicas, muchos más que los cotizantes. Y eso plantea un problema.
En Catalunya tuvimos un escritor llamado Pere Calders. En uno de sus cuentos distópicos planteó la posibilidad de que un día, llegada ya una cierta edad, llamaran a la puerta para recordarte, simplemente, que tu tiempo había acabado, que ya suponías una carga inasumible para el estado. Ya me entienden.
Y cuidado, porque cuando Orwell se refirió al “Gran Hermano”, en muchos aspectos ya lo tenemos entre nosotros.
Que van a seguir existiendo las pensiones públicas, eso creo que es indiscutible (espero). Y, en mi opinión, y visto lo visto y leído lo leído, en muchos casos se van a necesitar otros ingresos.
En España no estamos acostumbrados a ver personas mayores trabajando porque la pensión pública les es insuficiente. Yo ya lo vi en Alemania en el año 2006, y no es nada agradable. Los famosos “mini-jobs”. Aquí, de momento, lo hemos podido evitar, pero cada vez con más frecuencia leemos propuestas de seguir trabajando más allá de la edad de jubilación.
Y en algún momento se tendrá que plantear para los más “jóvenes” un sistema mixto de capitalización/reparto. Me temo que mi generación va a salir perjudicada, pero es lo que hay. No hay más cera que la que arde. Dinero que un trabajador destinará de sus cotizaciones a la capitalización, dinero que se descontará del reparto para los perceptores de las pensiones.
Aunque siempre se puede posponer la solución al problema porque el coste electoral para el partido que lo plantee será alto, lo cual no arreglará nada.
Ye me dirán ustedes cómo se quieren respetar los acuerdos del famoso “pacto de Toledo” sin aumentar la presión fiscal. Y los ciudadanos, ya a estas horas, soportamos una presión fiscal nada desdeñable.
No hay una solución para este problema que no deje damnificados, pero se debería plantear ya la posibilidad a los trabajadores más jóvenes de elegir destinar parte de sus cotizaciones a la capitalización de su propia pensión, independientemente de que además sigan aportando a un plan de pensiones, si así lo desean. Y me alegraré por ellos, aunque eso suponga que mi generación se va a llevar un “disgusto”.
No estaría mal recordar, por ejemplo, que nuestros padres nunca gozaron de unos tipos de interés al 4, 5, o 6%, Eran mucho más elevados. Aunque también es verdad que firmar hipotecas a 25 o 30 años, era también impensable.
Saludos a todos ustedes.