Interesante artículo, @jvas, como es habitual. Con este artículo y con el de “A menudo lo que te mata es lo que no ves” se aprecia un giro escéptico en su discurso. Nos viene a decir que el verdadero valor de una empresa es poco menos que incognoscible para el que no forma parte de su dirección. Me parece un pensamiento interesante, y en mi experiencia diría que la persona ajena a una empresa no sabe nada de lo que se cuece dentro, o lo que es peor, cree que sabe pero lo que sabe es erróneo.
Otro tema es si dedicándole horas de estudio sí que puede llegar a adquirir un mayor conocimiento acertado y relevante y si es así en cualquier tipo de empresa o hay algunos sectores más complicados de comprender y analizar.
Volviendo a su premisa inicial, es por ello por lo que nos dice que escoge apostar por lo más sencillo dentro de la complicación inherente al análisis y selección de empresas para una cartera de inversión. A pesar del pesimismo que destila, lejos de invertir en fondos indexados usted mismo invierte en un limitado número de empresas que conoce bien y además admira a un pequeño número de gestores cuyo nexo de unión, aparte de que no les duelan prendas en reconocer su falibilidad, es que invierten preferentemente en empresas de calidad. ¿Son precisamente esas las empresas más sencillas de valorar a las que usted alude? ¿El hecho de que tengan actualmente un moat y buenos retornos sobre el capital las hace más predecibles que el resto?
No es que yo esté convencido de lo contrario. Pero sí tengo la impresión, que no la convicción, de que a pesar de los éxitos de Buffett y Munger estas empresas que son excelentes ahora y lo seguirán siendo en el futuro no son fáciles de hallar. Hace bastantes años me leí el libro de Buffetología tratando de saber si emular al personaje en cuestión era cosa de aplicar cuatro principios. Obviamente no, y al final me quedé con la idea de que en el papel es muy fácil decir “Localice usted una empresa con crecimientos elevados sostenibles en el tiempo y haga buy & hold” y otra bien distinta acertar con la que va a seguir creciendo a los mismos ritmos diez o más años. La reversión a la media es una fuerza muy poderosa y saber qué empresas van a poder resistir durante plazos largos se me antoja complicado.
Y no podemos obviar el tema de las valoraciones. Si una empresa tiene buena imagen, crece más que la media, lo hace de forma constante y da la impresión de seguridad, ¿no va a tener demasiados novios? Dice Rochon que lo principal, antes que el precio, es la calidad del management. Pero no estaría de más recordar unas palabras de Graham:
“There is a strong tendency in the stock market to value the management factor twice in its calculations. Stock prices reflect the large earnings which the good management has produced, plus a substantial increment for “good management” considered separately”.
¿Quién tiene más posibilidades de triunfar en el largo plazo, el gestor que invierte en calidad sin fijarse demasiado en el precio o el que se dedica a recoger colillas? ¿O ninguno tiene ventaja sobre el otro?
En otro orden de cosas, no puedo evitar comentar algo respecto a la entrevista a Rochon. A los miembros veteranos de +D ya se nos conocen las neuras y la mía es el “Margin of safety”. Si dejamos de lado la palabra “Value” veo difícil encontrar algo tan manido y carente de sentido. Para un Grahamita el margen de seguridad consiste en pagar poco por el valor en libros (con los ajustes debidos). Pero al mismo tiempo tenemos a un gestor de prestigio como Rochon y nos dice que el margen de seguridad es tener la certeza de que la empresa va a cumplir con las perspectivas de crecimiento y por tanto no se van a contraer los múltiplos. O sea, fusionando los dos puntos de vista, el margen de seguridad es pagar menos de lo que se piensa que vale la empresa, bien sea por la expansión de múltiplos o bien por crecimiento de beneficios. Exactamente lo mismo que define supuestamente a la inversión value. Cuando todo el mundo cree pagar por debajo del verdadero valor, todo el mundo cree tener un margen de seguridad. Por tanto, decir que se invierte con un margen de seguridad no aporta ninguna información.
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