La posibilidad de que extraterrestres hayan visitado la Tierra es una hipótesis que muchos consideran intrigante, pero sigue siendo poco creíble desde una perspectiva científica por varias razones fundamentales, a pesar de los indicios que mencionas. A continuación, expongo ambos lados del argumento y por qué la balanza se inclina hacia el escepticismo:
Por qué es poco creíble
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Falta de evidencia empírica verificable:
No existe una sola prueba física sólida, replicable y confirmada por la comunidad científica internacional que demuestre contacto con tecnología o seres extraterrestres. Las declaraciones y restos arqueológicos no alcanzan ese estándar. -
Errores de interpretación y explicaciones alternativas más plausibles
- Líneas de Nazca, pirámides, relatos religiosos: Tienen explicaciones culturales, antropológicas y científicas que no requieren intervención extraterrestre. Suponer visitantes alienígenas suele ser una forma de subestimar la capacidad humana antigua.
- Avistamientos de OVNIs: Muchos se explican por fenómenos atmosféricos, errores de percepción, tecnologías humanas secretas, o incluso alucinaciones.
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Ausencia de patrones tecnológicos verificables
No se ha encontrado ninguna tecnología en la Tierra que claramente no pueda ser replicada, explicada o contextualizada dentro del desarrollo humano. Las supuestas naves no han dejado restos analizables con materiales desconocidos. -
Escala del universo y barreras físicas
Las distancias entre sistemas estelares son tan vastas que el viaje interestelar requeriría tecnologías y energías que, incluso teóricamente, están más allá de lo conocido. Aunque no imposible, es extremadamente improbable sin señales tecnológicas claras. -
El principio de parsimonia o navaja de Occam
Entre dos hipótesis, la que requiere menos supuestos es preferible. Explicar relatos o estructuras antiguas con procesos humanos y naturales requiere menos suposiciones extraordinarias que invocar inteligencia alienígena.
Por qué algunos consideran que sí es verosímil
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Testimonios de personas con credibilidad técnica:
Pilotos militares, astronautas o funcionarios de defensa han reportado fenómenos aéreos no identificados (UAPs) que parecen desafiar nuestras leyes conocidas. Esto no prueba visitas alienígenas, pero sí anomalías reales aún no explicadas. -
Uniformidad de mitos antiguos:
Relatos sobre “seres del cielo” o dioses que bajaron a la Tierra aparecen en culturas separadas por miles de kilómetros y años. Algunos interpretan esto como posible recuerdo ancestral de un contacto real. -
Limitaciones del conocimiento humano actual:
Argumentan que la ciencia no lo sabe todo, y que el escepticismo extremo podría cerrar puertas a descubrimientos genuinos. La historia está llena de ideas ridiculizadas antes de ser aceptadas. -
Documentos desclasificados y mayor transparencia reciente:
Gobiernos como el de EE.UU. han reconocido públicamente la existencia de fenómenos aéreos que no pueden explicar. Esto ha reactivado el debate sobre la naturaleza de esos eventos.
En particular, por una parte, pilotos, especialmente los militares, son observadores entrenados. Muchos reportes de OVNIs (o UAPs, como se les llama ahora en EE.UU.) provienen de ellos porque:
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Pasan muchas horas en el cielo, donde hay menos obstáculos visuales.
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Están entrenados para identificar aeronaves y fenómenos meteorológicos.
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Tienen acceso a radares y sensores a bordo de sus aviones.
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Casos conocidos:
- Caso Tic Tac (2004): Pilotos de la Marina de EE.UU. vieron un objeto blanco en forma de “Tic Tac” haciendo maniobras imposibles. Hay vídeo de esto, grabado por sensores infrarrojos FLIR de un caza F/A-18. Fue desclasificado y confirmado como auténtico.
- Gimbal y GoFast (2015): También grabados por cazas navales, muestran objetos acelerando o girando sin explicación clara.
¿Qué tienen en común estos casos?
- Alta credibilidad del testigo.
- Grabaciones reales, pero con baja resolución.
- Comportamientos “anómalos” pero no necesariamente extraterrestres.
Problema Aun así, no hay datos concluyentes sobre qué son. Podrían ser:
- Tecnología secreta (propia o extranjera).
- Artefactos ópticos o errores de los sensores.
- Fenómenos atmosféricos mal entendidos.
Por otra parte, los telescopios y sensores astronómicos no ha detectado ninguna prueba.
Aquí es donde el escepticismo se fortalece:
- Telescopios astronómicos no han captado OVNIs con comportamientos inexplicables. Y eso que observan enormes sectores del cielo todo el tiempo, con equipos mucho más precisos que los de un avión.
- Telescopios de rastreo como Pan-STARRS, el Very Large Telescope o incluso el telescopio espacial Hubble o el James Webb, lanzado en 2021 no han reportado anomalías en el espacio cercano a la Tierra.
- Satélites meteorológicos y de vigilancia global (como los del NORAD) escanean constantemente la atmósfera y el espacio, sin haber detectado visitas alienígenas.
- Si naves alienígenas estuvieran entrando y saliendo de la atmósfera, múltiples sistemas deberían detectarlas desde varios ángulos.
- Hasta ahora, solo los sensores militares parecen registrar esos eventos en contextos específicos, y con muchos datos aún clasificados.
A pesar del acceso generalizado a cámaras y la vigilancia global:
- No hay imágenes nítidas de alta resolución que prueben una nave no humana.
- Las grabaciones de pilotos son reales, pero muy ambiguas.
- Las redes de astrónomos aficionados y profesionales tampoco han detectado nada concluyente, y eso que son rápidos en detectar asteroides, cometas y basura espacial.
No es absurdo ni irracional explorar la posibilidad de visitas extraterrestres, pero hasta hoy no hay evidencia concluyente que supere el umbral de prueba científica. Lo más razonable es mantener una actitud escéptica pero abierta: exigir pruebas sólidas, sin descartar por completo que el universo pueda sorprendernos