Voy seguir la recomendación de @jvas, y escribir algo sobre mi experiencia, lo cual no creo que sea ejemplo de nada, aunque a buen seguro a alguien le puede ayudar a no cometer mis mismos errores.
Aunque cuento con 34 años (un momento excelente para empezar a invertir con “raciocinio”), y conservando mis cuatro muelas del juicio todavía, no soy un neófito en esto de la inversión. Comencé cuando cumplí mi mayoría de edad, invirtiendo mis ahorros (100.000 pesetas de las de entonces), en el Banco donde trabaja mi padre. Reconozco que el único “leit motiv” fue pensar que como mi progenitor trabajaba allí, aquello tendría que ir bien, y en el supuesto de que fuera mal, pues ese sería la menor de las preocupaciones para nuestra familia, pues habría otros males mucho peores. Desde entonces he ido reinvirtiendo absolutamente todo, y además, durante la crisis de 2.008 tiré de gallardía (o de locura), para reinvertir otra vez toda mi escasa liquidez en la misma empresa. He de reconocer que salió bien, aunque quizás más por azar que por atino.
Durante este periodo he ido comprando otras compañías, y vendiendo cuando consideraba, a veces para deducir impuestos, otras simplemente por la codicia de amasar el vil metal. Sin duda, de todas las inversiones, las que mejor me han salido, han sido las que nunca vendí, para desdicha de Hacienda, aunque seamos todos menos algún motociclista ex-idolo mío. De algunas como Inditex o Apple me siento especialmente orgulloso. De otras como Repsol no tanto, aunque sigo cobrando dividendos, y aunque he perdido en valor absoluto, me valió una cena con el Presidente el día de mi cumpleaños.
Otras inversiones como OHL han sido catastróficas, aunque siempre limito el riesgo al entrar en una compañía entre 1.000 y 2.000€, de manera que si va bien continúo apostando por ella, y si no, la misma muere sola. Es sorprendente ver el crecimiento exponencial funciona tanto para arriba como para abajo…
De algunas como Blackberry, “no coment”. Supongo que se acabará escribiendo un libro sobre ello.
Algo muy valioso para mí ha sido las experiencias aprendidas de la gente que invierte y ejerce una labor didáctica en este foro, así como en el Inerte Club del Value Investing, impulsado por el archiconocido Marco. Mi agradecimiento más profundo a todos ustedes.
Este periodo de 16 años de escucha, reflexión, inversión e intrépida acción me han llevado a multiplicar por 100 aproximadamente la inversión inicial, espero poder continuar con la progresión geométrica, pues entre otras cosas, esto me permite cada vez aportar más a diversas Organizaciones Sin Ánimo de Lucro. Actualmente ya llevo más de 1 año y medio sin vender ni una sola acción, y he de reconocer, que ahora es cuando mejor me va. Es fácil aumentar la capitalización cuando partes prácticamente de 0. Lo difícil es hacer el primer millón, a partir de ahí, los demás vienen mucho más fácil. Ese es el objetivo.
Quizás alguien piense que es fácil invertir cuando a uno le sobra el dinero. Nada más lejos de la realidad, pues más bien es al contrario, en las dificultades es donde salen las oportunidades y los verdaderos hombres. Yo he trabajado como ingeniero, estado en el paro 4 años, trabajado en el Burger King, y actualmente como Export Manager en una empresa del sector químico, en todas estas fases de la vida hemos tenido que adaptarnos mi familia y yo para poder seguir reinvirtiendo aunque sea un centavo al mes. Algunas yendo a trabajar en bicicleta, otras en berlina de representación.
Les dejo con una frase del afamado Director de Cine Ridley Scott:
“¡¡No piensen, actúen!!”