FALANGISTAS, REPÚBLICANOS Y OTROS SOLDADOS DE LA DIVISIÓN AZUL
Durante la Guerra Civil española el apoyo de Alemania e Italia fue decisivo para la victoria del régimen franquista. De este modo, al terminar la guerra Franco se vio atado a las potencias del Eje por los lazos de aliado y también por la deuda de centenares de millones de marcos alemanes por la ayuda material, militar y económica que le facilitaron Hitler y Mussolini. La situación geoestratégica era sin duda el haber más preciado para Hitler, interesado ante todo en arrebatar a los británicos el control del Mediterráneo, cuya clave era Gibraltar.
Las negociaciones comenzaron en 1940. Franco, consciente de que España no podía entrar en una nueva guerra, prometió apoyo al Führer, pero sin detalles”. Sin embargo, cuando el 22 de junio de 1941 Alemania invadió la URSS, el régimen franquista no dudó en manifestarse en apoyo a la cruzada contra “la Rusia de Stalin”.
En junio de 1941 sonó la célebre frase de “¡Rusia es culpable!”, con la que las autoridades españolas acusaban a Moscú por la Guerra Civil española y llamaban a acabar con el comunismo en aras del “porvenir de Europa”. Aprovechando estos ánimos, Franco ofrece a Hitler una división para combatir contra la URSS, pero se cuida de que solo sean voluntarios, integrados en una unidad de la Wermacht, lo cual le permite conservar la “no beligerancia” de España.
Fue una unidad de voluntarios españoles, en total formada por cerca de 47.000 hombres, que combatió junto al Tercer Reich en el Frente Oriental. Pese a que las exigencias alemanas pasaban porque el contingente estuviera formado íntegramente por soldados profesionales, se acordó al final que el grueso estuviera alimentado por voluntarios civiles –muchos de ellos opositores al régimen que se alistaron ante la posibilidad de limpiar sus antecedentes, como en el caso del director de cine Luis García Berlanga , con familia republicana–, pero comandados por oficiales experimentados del Ejército español como Agustín Muñoz Grandes o Emilio Esteban-Infantes.
Como la división no era una unidad regular del ejército español y estaba compuesta por voluntarios, militares o no, no podían usar el uniforme oficial español. Se les proporcionó así un uniforme alternativo, que usaban desde su reclutamiento en España hasta que llegaban al acuartelamiento alemán. Se componía de un pantalón y guerrera color caqui, similares a los de la Legión Española, una camisa azul con el emblema de la Falange (de donde procedió el apodo de Azul ) y una boina roja como la de los carlistas.
Una vez llegados a Grafenwöhr se les suministraba el mismo uniforme estándar que a la Wehrmacht con la tonalidad feldgrau aunque a los divisionarios españoles se les permitía lucir dos escudos con la bandera española y la leyenda ESPAÑA , en la parte superior de la manga derecha de la guerrera y en el lado derecho del casco Stahlhelm.
Un campamento militar instalado al lado del pueblecito bávaro de Grafenwöhr, a pocos kilómetros de Nuremberg, fue el centro asignado por el alto mando alemán para la instrucción de la División Azul.
Tras dar por finalizado el entrenamiento que solo duró dos meses, los divisionarios recibieron sus primeras órdenes: partir hacia Rusia para reforzar a las fuerzas alemanas. Sin embargo, se planteó un problema para la División Azul debido a que, aunque podían ser trasladados hasta Polonia en tren, se les informó de que deberían hacer a pie una distancia de casi 900 kilómetros para llegar a Smolensko, cerca de Moscú .
Las grandes batallas de la División Azul
- El primer frente en el que la División Azul combatió fue cerca de un río navegable de más de 200 kilómetros de largo, el Voljov , situado al norte de Rusia. Al final, el 7 de diciembre el general español al mando de la operación recibió la orden de retirada por parte de los alemanes.
- Los españoles no tuvieron que esperar mucho para volver a combatir, pues a los pocos días de retirarse de sus posiciones avanzadas fueron atacados por centenares de soldados rusos. Una posición española ubicada entre las localidades de Udarnik y Lobkovo fue atacada. El pelotón, que estaba al mando de un alférez, fue aniquilado y los cuerpos de sus hombres, clavados en el suelo con picos para romper el hielo. Esta gran derrota fue conocida como la tragedia de la «Posición intermedia» . Sin embargo, los españoles decidieron no dejar este suceso impune y devolvieron el envite de manos del comandante Tomás García Rebull quien, finalmente, casi aniquiló en su totalidad a la fuerza rusa. La venganza se había cumplido para estos militares. Por aquel tiempo, las bajas de la División Azul eran ya considerables, pero nada comparables con las del ejército nazi.
- El año 1942 vio el cruce del Lago Ilmen , al sur de las posiciones de la División Azul, por la recientemente creada Compañía de Esquiadores. El lago, completamente helado, fue cruzado a pie, pero con muy mala suerte, pues la trayectoria prevista tuvo que anularse ante las grietas que se abrían en el hielo. Estas dificultades provocaron que tuviera que cambiarse el itinerario inicial por uno más largo. Esto fue letal para las tropas españolas, que tuvieron que soportar una temperatura de nada menos que 52 grados bajo cero. Finalmente, tras once días de penalidades, los españoles encontraron a los alemanes, que habían podido zafarse del acoso soviético.
- Tras el frente del río Vonjov, los españoles fueron enviados hacia Leningrado para ayudar a las tropas alemanas a mantener el cerco de la ciudad, sitiada por el ejército nazi. Mediante este asedio, Hitler pretendía que la ciudad muriera de hambre al contar con más de 3.000.000 de ciudadanos.
- Pero, sin duda, la acción más valerosa de la División Azul fue la defensa de la ciudad rusa de Krasni Bor , cerca de Leningrado en febrero de 1943. 38 batallones soviéticos salieron de Kolpino, el barrio industrial de Leningrado ante el que estaba acantonada la División Azul, apoyados por unos ochenta tanques, unas 150 baterías y un número indeterminado de “organillos de Stalin”, esto es, de lanzadoras de proyectiles. El embate fue tal, que en menos de veinticuatro horas acabó con la vida de 1.125 españoles .
Más de 2.500 condecoraciones fueron concedidas a los soldados y los oficiales de la División Azul
En 2004, durante la primera legislatura presidida por José Luis Rodríguez Zapatero, el entonces ministro de Defensa José Bono incluyó en el desfile de la Fiesta Nacional a un veterano de la División Azul junto a otro de la División Leclerc justificándolo como un símbolo de la reconciliación entre los españoles que habían combatido en bandos distintos en la Guerra Civil y en la II Guerra Mundial. Desde luego, la decisión estuvo rodeada por la polémica.