Me animé a leer este libro viendo las buenas críticas en Amazon. Cuando en las primeras páginas el autor asegura que este es el mejor libro de finanzas jamás escrito, es natural pensar si realmente vale la pena seguir leyendo. Calacanis dista mucho de ser un virtuoso de la pluma y el estilo del libro en ocasiones es sonrojante, pero también es cierto que normalmente no se leen los libros de finanzas por su preciosismo. Afortunadamente el contenido del libro, aunque no responda a la grandilocuente introducción, sí que tiene muchas partes interesantes y se nota la experiencia del autor en el tema.
Jason Calacanis es un emprendedor, consultor y ángel inversor norteamericano de origen griego. Se define como una persona de orígenes humildes que se ha abierto paso hasta lo más alto, a veces propinando algunos codazos por el camino. Como emprendedor su suerte ha sido dispar, pero consiguió vender una de sus startups a AOL por 30 millones de dólares, por lo que en este ámbito puede presumir de éxito.
Como ángel inversor también puede contar con aciertos como haber apostado por Uber, Tumblr y Thumbtack que le han permitido multiplicar notablemente el capital invertido.
Por tanto no le falta experiencia en el sector, y a lo largo del libro va desgranando muchas de sus experiencias para ejemplificar sus teorías de lo que debe hacer un buen ángel inversor.
En realidad el libro está destinado a un público muy concreto: aquellos que quieran dedicarse profesionalmente al angel investing y que posean un capital inicial muy elevado. Recomienda a los interesados destinar entre un 5 y un 20% del patrimonio a este tipo de inversiones, según el nivel de tolerancia al riesgo de cada uno. Considera que el capital necesario para poder invertir adecuadamente es de 500.000 $ (aunque en otras partes del libro habla de una cifra inferior, al final acaba siendo medio millón) de modo que el patrimonio del aspirante a ángel inversor debería ser como mínimo de 2,5 millones de dólares.
Dedica un capítulo a cómo empezar con un capital escaso, pero queda claro que antes o después hay que conseguir un capital como el mencionado, o bien propio o bien gestionado junto a otros inversores.
Otra condición imprescindible según él para tener altas probabilidades de éxito es afincarse en Silicon Valley. Intentarlo en otros lugares es mucho más difícil, y descarta Europa expresamente por su “socialismo y burocracia”.
En la parte inicial del libro explica las distintas rondas de financiación de una startup y las características habituales de los contratos y relaciones entre distintos inversores y fundadores.
Posteriormente trata el tema de los “Syndicates” en los que un ángel inversor líder gestiona el capital de sus socios, habitualmente con una comisión de éxito del 20%. Es favorable a estas sociedades, pero critica las de Venture Capital, con su habitual y excesiva a su juicio comisión del 2% anual más 20% sobre resultados.
En los capítulos centrales describe cómo debe trabajar un buen ángel inversor, cuándo invertir y cuándo no, cómo establecer una red de contactos, cómo relacionarse con los fundadores y por último, cuándo salir de una startup. El trabajo de ángel inversor requiere de mucha investigación y de muchas entrevistas para acabar invirtiendo solo en un pequeño porcentaje de todas las startups que pasan por los despachos.
Deja claro que la inversión en estas empresas exige al menos 7-10 años para ver rentabilidades, que la mayoría de las apuestas (en torno a un 70%) serán fallidas, que del resto la mayoría solo permitirán recuperar el dinero invertido o poco más y solo una o dos serán verdaderamente exitosas permitiendo multiplicar muchas veces la inversión inicial. Así pues, un 2-3% de las inversiones será responsable del 99% de la rentabilidad final si todo va bien.
Para apuntar a estas startups busca negocios que sean fácilmente escalables. Para él no existe comparación entre negocios hechos de ladrillos y negocios hechos de bits. Como ejemplo McDonald´s o Starbucks tardaron muchos años en extenderse mundialmente mientras que Facebook lo hizo en pocos años. Según Calacanis vivimos en una época de progreso exponencial donde la tecnología ya es y va a ser el sector dominante en nuestras vidas.
Insiste en que otra de las claves para dar con estas startups es no buscar los negocios o ideas que van a ser una revolución (es una tarea muy difícil) sino aquellos fundadores que percibe que van a triunfar, por su determinación, valentía, carisma e inteligencia.
“Angel: How to Invest in Technology Startups” es un libro recomendable tanto para los potenciales ángeles inversores como para futuros emprendedores. Para el resto puede resultar una lectura entretenida y que permite conocer cómo es el mundo de los ángeles inversores.
Me estoy leyendo el de “Lean Starup” y me leeré dentro de poco el de “Innovator Dilemma”. Siempre se puede aprender algo de otro tipo de inversores o emprendedores aunque nunca te vayan a interesar ese tipo de empresas. Parece un libro interesante.
Espero ver por aquí alguna reseña de esos libros, si es que te gustan.
Aprovecho para lanzar al aire la sugerencia de abrir una categoría de libros en el foro. Creo que así sería más fácil localizarlos que si andan dispersos por varios hilos.
Muchas gracias por la reseña.
Me quedo con estas dos ideas:
Sin duda en las antípodas de lo que se suele vender cuando se invierte en empresas/tecnologías que van a cambiar el mundo.
Esta es principalemente mi actividad profesional, tecnología y startups (aunque en mi caso siempre es B2B). Es verdad que los inversores, buenos, que conozco se suelen basar mas en la capacidad empresarial que creen observar en las futuras compañías que en lo disruptivo de la tencología o lo bueno técnicamente que sea el equipo fundador.
Es decir, quieren ver madera de empresarios. Claro que piden ver planes de negocio y evolución tecnológica, pero como diría, es commodity. Lo tienes que tener y que no se vean estupideces en ellos, pero no es definitivo. Al igual que el famoso “pitch”, ay, que parece que son los 3 minutos (o los que sean) definitivos de tu vida para que un Business Angel te invierta…no debería ser teneido en cuenta mas allá de, ok, me has contado una buena histora, sigamos viendo de que va tu empresa.
Exacto. Es lo que dice Calacanis con otras palabras. Comenta su experiencia negativa apostando por emprendedores con talento y con buenos productos pero a los que les faltaba madera de empresario y que cuando han tenido una buena oferta laboral han abandonado el proyecto dejando en la estacada a socios e inversores.
En un entorno tan competitivo como Silicon Valley, con gigantes como Google, Apple, etc a la caza de talento y sobre todo de devorar competidores, muchos de esos emprendedores se encuentran bien pronto con jugosas ofertas para entrar en la plantilla de estas empresas. Por tanto hay que apostar por aquellos que no busquen comodidad o solo dinero, sino que sean ambiciosos y estén dispuestos a luchar para construir algo. Luego ya habría que entrar a valorar otras cualidades, como capacidad para liderar, crear ilusión y compromiso entre los que le rodean, etc.
En varios sitios he leido lo que comenta de que es mejor apostar por personas que por negocios. Ya que las cualidades del emprendedor suelen determinar el que se acabe llegando a buen puerto o no. Se puede aplicar lo mismo a cualquier ambito de la vida.
Muchas veces pienso que más que analizar negocios, lo que yo hago es analizar personas que analizan negocios, si su tesis me convence es mucho más importante que los números de la empresa (estos solo hacen de filtro necesario pero no definitivo).
Es un debate muy interesante. Hace algun tiempo estuve hablando con un business ángel y lo que comentaba es que la tasa de mortalidad era altísima, pero con que una saliese buena, ya “te pagaba la fiesta”.
Realmente no se como se puede saber si alguien tiene madera o no de empresario, sin pasar bastante tiempo con esa persona y aun estando…quizá sea muy dificil tambien.
Siempre he pensado, quizá equivocadamente, que si fuera BA, elegiria una serie de criterios , y apoyaria unos 10-15 negocios, así alguno de los pupilos pagara los platos rotos de los otros.
En fin, un tipo de inversion menos conocida pero no por ello menos recomendable.
Mmmm, un Business Ángel (dejo de usar la palabra, que no deja de ser un inversor con nombre cool) pasa mucho, pero mucho tiempo con los fundadores de las empresas que cobija.
En cuanto a cómo reconocer a esos con madera, obviamente no es fácil. A mi, y permítanme el chascarrillo, me gusta la pregunta: Antes de ésta, cuántas empresas has quebrado? Da para una buena primera conversación.
Últimamente veo muchos Mentores (otro palabro) que leen el Lean Startup y ya te dicen cómo emprender siguiendo su manual de consultor de creación de startup. En tecnología el mantra es: Ve a USA cuanto antes, da plena libertad a los empleados, posiciónate en Gartner, haz camisetas de color negro
Lo curioso es que esa gente nuna ha tenido una Pyme, que viene a ser lo mismo pero si el toque guay.
Tiene que ser un mundillo bastante interesante, especialmente la parte más mundana. A ver si se anima y nos cuenta usted más, es dificil encontrar a gente con experiencia real en este mundo tan “cool”
Sí, anímese y cuéntenos más cosas de ese interesante mundillo.
Sí, sería muy interesante viniendo de alguien que lo conoce de primera mano.
Si 10-15 acciones está muy bien para hacer una cartera de inversión me parece que con 10-15 startups se quedaría corto en cuanto a diversificación. Si a pesar de eso al final con 10-15 pilla un unicornio, espero que me invite a un buen restaurante para echarme en cara lo equivocado que estaba.
Si alguien quiere invertir en start-ups le recomiendo la serie Silicon-Valley. Si entiende el fondo del asunto en cuanto a tecnología y management, pues quizá tenga una oportundiad. El que no se entere ni de Pamplona, que se la vea y se parta la caja un rato, que entretenida es un rato.
Yo creo que es imposible invertir en tantas empresas. No tendrías tiempo material para seguirlas, ir a los consejos, asesorarlas…
Maximo 10 debe ser el tope. Uno, que es un ignorante, con tres a la vez se conforma.
Además el aspecto económico. Si diversificas tanto tu inversión, aunque sea en rondas A, tu participación será meramente pintoresca, no tendrás peso en el accionariado. Claro que puedes hacer gestión pasiva de startups y quedarte sentado. Uhm, no, no lo veo.
Ya le digo que lo más probable si lo hiciera es que tuviera que invitarle al McDonalds al haber sufrido una quiebra total, no se si rápida, pero a todas luces dolorosa
Un cazador no puede ir detrás de dos liebres. Si ya me viene justo con mi negocio y la inversión en compañías cotizadas, añadir lo que bien comenta @bgood, que lleva mucho trabajo hacerlo bien, sería un suicidio a todas luces.
Eso si, no quita que la gente que hace exitosamente eso, tenga todo mi respeto y admiración.
A día de hoy, he tirado por aquello de comprar cosas que me parecen lógicas y mantenerlas hasta que las ranas crien pelo. Y repetir. Aún así cuente con una buena invitación , que ya hace tiempo desde el último Encuentro +D!