¿Sabe qué epitafio tienen en común todas las carteras de inversión mínimamente sensatas que, de haberse mantenido, arrojarían beneficios de no haberse vendido?
This time is different.
¿Qué situaciones como la actual pueden conducir a la catástrofe? ¿Qué entiende por catástrofe? En 22 años hemos vivido un atentado terrorista en el WTC, la Gran Recesión y una Epidemia Mundial; en todos los casos el mercado mundial se recuperó de los distintos golpes recibidos y creció con fuerza. Lógicamente, ciertas empresas quebraron y otras se hicieron de oro. Leer “El origen de las especies” de Darwin puede ayudar también a inversores.
Imagine por un momento que usted hubiese comprado una cartera en el año 1999. Tras la burbuja punto.com y los atentados, vende en el punto más bajo, año 2002. Cuando en el 2005 ve que todo se va para arriba, compra; y vuelve a vender a pérdida en el setiembre de 2009, porque, literalmente, el mundo se está yendo al traste. En el año 2012 recompra porque parece que salimos del agujero; y vende el 20 de marzo de 2020 porque una pandemia mundial nos borra del mapa a todos. En setiembre de 2020 vuelve a comprar y vende de nuevo en marzo de 2022, cuando los mercados temen los efectos de la Guerra de Ucrania y una subida de los tipos de interés, la subida de los precios de la energía, etc.
Se habrá arruinado terriblemente.
Si por el contrario, hubiera comprado un ETF indexado al S&P500, al mundo, (o acciones de BRK.B o Altria o CocaCola, pero dejémoslo en índices) y hubiese tirado la contraseña de la cuenta a fin de no tocarla, hoy tendría una buena suma y habría pasado por los mismos altibajos.
Incluso si cambiamos los escenarios y usted compra barato y sale cuando todo está caro y clava el market timming (si lo consigue, hágase profesional de ello y verá cómo el dinero será la última de sus preocupaciones), tendrá que tener en cuenta que cada vez que vende con beneficios el fisco reclama parte de lo suyo.
Cuesta mucho crecer, incluso clavando el market timming, si cada vez que sale antes de un terremoto recibe una comisión de éxito del 21% llamada “Hacienda”.
En EEUU, donde la sucesión intestada no tiene la misma regulación que en ciertos países de Europa, se producen situaciones curiosas de forma repetida: las carteras de personas fallecidas superan en términos generales a las de las personas vivas.