Originalmente publicado en: Por el camino largo – Arrendajo
Por el camino largo.
Uno de los episodios más sorprendentes, si no el mejor, con permiso del capítulo “Blink”, de la serie Doctor Who está protagonizado por Peter Capaldi en su novena temporada de “la nueva era del Doctor”.
Es el episodio número once (T09xE11) titulado, “Heaven sent”.
En este pasaje casi de obra teatral, Doctor Who, señor del tiempo, (ojo con posible spoiler, si no han visto el episodio pueden disfrutar del mismo y de su BSO como si de una película se tratara) es capturado y llevado a una prisión expresamente construida para él con el objetivo de sonsacarle, por sus semejantes, un secreto importante, delicado, (para sus iguales y señores del tiempo también), y sólo conocido por él.
Orgulloso y enfadado porque su compañera ha sido atacada con desenlace fatal, por los mismos que le han apresado, lejos de dar su brazo a torcer y decir nada, decide buscar la forma de escapar del laberinto en el que está preso.
Sólo le lleva 2.000 millones de años resolver y atravesar la puerta de salida y, nada más encontrar la libertad, suelta de viva voz al aire, para que le oigan, el secreto por el que podía haberse liberado en el minuto uno.
Una paradoja del tiempo, sin duda, pero cada cual recorre el camino por dónde mejor le parece. Eso hace que la emocionalidad y aquellas cosas que nos influyen a la hora de tomar decisiones hagan que todo el devenir de los sucesos que estén por llegar sean exclusivamente personales y únicos. Es la opcionalidad que tomamos en un determinado momento con la que nos sentimos cómodos y moralmente respaldados por equivocados que, luego, con el paso de los años, pudiéramos pensar que se tendrían que haber tomado de forma diferente.
Termino esta introducción, bastante sesgada por mis gustos personales, con un pasaje del cuento de los hermanos Grimm que define un segundo en la eternidad y que, el Doctor Who, repetía hablando para sí en el momento que se daba cuenta de dónde estaba metido y lo que le iba a costar salir de ahí.
Un emperador le pregunta al hijo del pastor: “¿Cuántos segundos tiene la eternidad?”. Y el hijo del pastor contestó: “Hay una montaña hecha de diamante puro. ¡Lleva una hora escalarla, y una hora rodearla! Cada cien años, un pajarito llega y afila su pico en la montaña de diamante. Cuando toda la montaña haya sido cincelada, el primer segundo de la eternidad habrá pasado”.

Camino y tiempo.
Por no repetirnos, de lo que ya se ha comentado en muchas ocasiones, en referencia al camino por el que cada cual lleva sus inversiones y el proceso para conseguir sus objetivos a medida que pasa el tiempo; la experiencia personal de cada uno tiene sus propias lecciones aprendidas. Como comenta Morgan Housel nuestras impresiones sobre las finanzas lo son todo para nosotros mismos y así entender el mundo, pero la realidad es que apenas explican nada.
En cuanto a la diversificación.
- No por tener muchos activos/fondos de inversión estamos más o menos diversificados
- No por tener muchos activos/fondos de una misma filosofía de inversión tendremos un comportamiento parecido
- A largo plazo invertido en un índice tendrás la rentabilidad media de los activos de una cartera muy diversificada menos los gastos
- A toro pasado todos los procesos observados, lógicos y racionales, que hubieran hecho que una cartera tuviera un comportamiento más eficiente y rentable son los mismos por los que probablemente, a futuro, no nos irá tan bien
- Hagamos lo que hagamos la vamos a liar. No es tan grave, con eso podemos vivir
Como se suele decir: para encontrar los errores de algo que siempre funciona en teoría ponlo en práctica. Algo que sabemos bastante bien los que nos hemos dedicado a la programación. Todo funciona en desarrollo hasta que lo pasas a productivo.
Resulta, ahora, fácil indexarse a bajo coste en mercados muy diversificados y en los que la rentabilidad a largo plazo, como se puede evaluar, por ejemplo, en los informes SPIVA va a batir al 90% de la gestión activa. Los índices, además, corren con menores gastos (razón también implicada de forma contundente en la menor rentabilidad de la gestión activa en el tiempo).
En defensa de algunos que hemos tenido un comportamiento subóptimo a la hora de invertir por exceso de diversificación podría decirse que:
- Era imposible indexarse en España no siendo en ING a más del 1% hasta hace poco tiempo y en no más que IBEX, Eurostoxx50 y SP500
- Tratar de hacer un MSCI World, por uno mismo, suponía tener que juntar 3 o 4 fondos de gestión activa “de mala manera” y, obviamente, mucho más costoso
- Si ahora seguimos teniendo sesgo y sin mucha idea, antes menos
El sesgo de la experiencia.
Entendamos el concepto sesgo de experiencia por los acontecimientos vividos más que por el conocimiento adquirido. No sé si estoy diciendo con esto una tontería, pero espero hacerme entender. Es posible que las vivencias de cada uno creen un sesgo de conducta que, lejos de ser lecciones de vida racionales, sean acontecimientos puntuales que nublen la lógica científica a la hora de tomar decisiones. Posiblemente eso sólo se sabrá una vez uno eche la vista atrás y sean los resultados y la realidad los que quiten o pongan razón (o quien sabe si azar).
En cualquier caso como personas emocionales que somos, no siendo uno sea un robot, no es fácil desprenderse de toda esa experiencia convertida en sesgo y, desde luego, difícil de hacerla entender a alguien que no la haya vivido igual. Como dice mi buen amigo @jvas, Nadie espabila en cabeza ajena.
Creo que fue en el podcast 54 de +D con @manoloz en el que comentó que había tenido muchos fondos de inversión en su día a la hora de invertir (aquello de coleccionar fondos) y que, aún después de vender varios, seguía teniendo muchos.
A la pregunta de si sabiendo que tenía muchos FI iba a desprenderse de algunos más, la respuesta fue:
– NO. Si los quisiera reducir ya lo habría hecho.
Esto que seguramente podría resultar subóptimo o menos rentable, para algunos, entre los que me incluyo, nos parece de lo más normal. Aun sabiendo que no es lo más eficiente.
Muchas veces uno de los activos que se lleva en cartera y que, a largo plazo, sabemos se demuestra redundante, resultó que, en un momento dado puntual en el corto/medio plazo tuvo un comportamiento tan bueno o excelente que supuso, al menos en ese periodo, un supuesto acierto. Si en un determinado espacio de tiempo se compensó la volatilidad del instante de mercado, (tanto monetaria como emocional), pudiera parecer que a priori fue una buena decisión (quizás una suerte…) tenerlo.
La prima de riesgo.
Toda cartera paga un determinado precio de incertidumbre que presumiblemente tiene una relación directa con la rentabilidad. A menudo atendemos a este último parámetro por ser el que acapara toda nuestra atención por la relación directa que tiene sobre el nominal de nuestra inversión.
¿Importa la forma en la que se obtiene la rentabilidad? Tiene pinta de que sí. Es de suponer, también, que dependerá una vez más de lo que cada uno considere como riesgo.
- Puedes dormir con una cartera invertida en JNJ PG Nestlé WMT etc… y será muy improbable que al despertar, o de un momento a otro, dicha cartera se desplome un 25% (por decir algo sabiendo que todo puede ser). En una cartera invertida en BTC y/o criptodivisas (también por decir algo) si amanecemos con un +-25%, por mucho que nos inquiete, no nos sorprendería en absoluto.
- Una cartera muy diversificada sin posiciones muy grandes y similares en tamaño que obtenga una rentabilidad pareja a una cartera concentrada tendrá menos riesgo a verse afectada por un “líopardo” en caso de que algún componente de ésta tenga un desplome o cualquier evento de pérdida considerable o permanente.
A menudo muchos productos ofrecen valor añadido por la concentración de la cartera en sus mayores convicciones. En principio, y en mi opinión, no sé hasta que punto debería haber mayores o menores convicciones, sino iguales. Que alguien piense que sabe más de un área y por ello invierta en lo que conozca no deja de ser un sesgo solo ya por la omisión de no considerar otras alternativas. Aparte de que por mucho leer o mucho que guste algo ni se tiene porqué saber más, y aunque así sea, siempre puede ocurrir lo contrario a la tesis mejor elaborada.
Otra cosa será que algo aumente o disminuya de porcentaje por el devenir de la rentabilidad. Hay que tener en cuenta que por condiciones de cumplimiento de un fondo de inversión uno deba invertir por “diversificación de normativa obligada”.
- Un acierto o error, tanto de tesis o probabilístico, en una acción de mucho peso puede llevar a un fondo de inversión a batir o perder rentabilidad frente a un índice. El riesgo que se corre por la parte negativa en una o pocas ocasiones pudiera no compensar todos los aciertos posteriores en un tiempo, quizás, no recuperable. Los aciertos, o circunstancias del mundo azaroso que nos rodea, también pudieran dar la sensación de que se van a volver a repetir en el tiempo
Los que recuerden 2008 y estuvieran invertidos en fondos de inversión (algo que sólo recordarlo parece que cualquier caída de estos días de Ómicron parezca un juego de niños) sabrán de la fama que obtuvo Carmignac Patrimoine al ser un fondo que no cayó durante 2008. Eso le dio fama, suscripciones, y un resultado un tanto peculiar, por no decir poco esperado a futuro para sus partícipes. De esos que compras cuándo han ido bien y sólo lo vuelven a hacer bien cuándo los has vendido 😊
Ponderación.
El peso que damos a nuestra cartera desde luego es gestión del riesgo, si hablamos del riesgo desde el punto de vista de proteger un determinado nominal. La inflación la dejamos para luego.
En la experiencia, que alguna vez se ha comentado, no es lo mismo invertir 1000€ que 100.000€
Si tienes o ahorras un capital “pequeño” se podrá invertir al 100% en RV corriendo riesgos muy limitados tanto por la cantidad invertida, como por la capacidad que un inversor tendría de poder rehacer su cartera nuevamente en un corto espacio de tiempo.
La idea de que SÓLO TENEMOS UN DISPARO para conseguir nuestro objetivo se hace más latente cuándo, después de tantos años alcistas para los mercados y llegados a un determinado tamaño en la inversión, la cuestión del porcentaje a invertir pueda ser relevante.
Una cartera de 300.000 Euros (por poner un número más o menos elevado) invertida en RV y que tenga en un momento dado una caída superior al 20%, como que cuesta vía ahorro volver a rehacer la cantidad a medio plazo. A medida que la cartera se haga mayor en capital menor será el control de reposición que tendremos sobre ella llegado el caso.
– ¿ Por qué invertir el 100% del capital de si después de años de rentabilidad positiva con una parte de dicho capital ya es más que suficiente para cumplir un objetivo siempre que no haya cosas raras? @agenjordi ha comentado esta idea de forma directa e indirecta en sus escritos, podcast y su forma de invertir desde que le sigo
Si hay alguna contingencia en un momento de drawdown en ese tiempo la liquidez acumulada cumplirá varias funciones. Tendríamos capital disponible tanto como para aportar en momentos interesantes de mercado (si así se estima), como tener un capital fuera de la volatilidad bursátil que permite, por si se necesita disponer del mismo en algún momento, salvaguardar la parte invertida en el porcentaje que sea, sin tener que sufrir un estrés financiero o… emocional.
Inflación.
Aparte de lo que se ha comentado en innumerables ocasiones de que a cada cual le va la inflación según las circunstancias personales de cada uno, no es fácil tener y ponderar este indicador de forma general. Mucho menos al ajustar nuestras carteras de inversión.
No aplica el mismo ahorro de costes que supone el teletrabajo para el que vivía lejos de su puesto de trabajo, tenía que hacer muchos kilómetros diarios y echar mucho tiempo para ir y volver, que al que vivía con su oficina al lado de casa y ahora tiene que poner su bolsillo el coste, cada vez más elevado, de la luz.
Permitan la libertad de contar una historia y reflexión personal.
Durante 1992, año de Expo de Sevilla y Olimpiadas en España, siguieron unos años de crisis y de bajón en precios inmuebles que no se notaron mucho en términos nominales porque por entonces la devaluación de la peseta hacía que el 50% de bajada de precios fuese para los alemanes, franceses e ingleses que venían a comprar en la playa a buenos precios.
Por aquellos tiempos un conocido de confianza vendió su vivienda por un módico precio que oscilaba los 20 millones de las antiguas pesetas.
Durante el tiempo en el posteriormente tuve la mayor parte de mi cartera invertida en Bestinver (más de una década más tarde…) no podía evitar hacer ese famoso ejercicio de capitán a posteriori “Si hubiera invertido lo que me gaste en discos LP durante toda la…” tengo ahora claro que => no hubiera disfrutado de la música como lo hice.
No pocas veces he pensado lo que hubiera pasado si el capital de dicho inmueble se hubiera invertido en dicha gestora de inversión dado que la venta se hizo en tiempos de inicio de Bestinver. Algo no posible porque por entonces dicha gestora comenzaba y nadie en la familia conocía ni del fondo ni de invertir más allá de comprar «unas Matildes», cédulas hipotecarias y depósitos a doble dígito de rentabilidad (al compás de los tipos de interés).
Alguna vez que en ciertos círculos económico-amistosos comentando a modo de fantasía financiera lo que hubiera pasado si alguien hubiera invertido 10/20 millones de pesetas al inicio de Bestinfond, me encuentro con la puntilla de: “Pero a eso le tienes que descontar la inflación y la fiscalidad”.
Y claro… Estamos hablando de que se tendrían actualmente unos 3/5 Millones de Euros y poco más que me entra la risa hacer cálculo alguno. Con la cuarta parte ya me han visto…
Tengo claro el poder de compra de lo que se compraba en los años 90 con 20 millones de pesetas y tengo claro lo que se puede obtener con 3-5 millones de Euros hoy en día. El que quiera calcular el peso de la inflación en su cartera está libre de hacerlo y quedarse tranquilo.
Como diría mi amigo @arturop “No sé lo que es la inflación, pero la reconozco cuándo me afecta”.
El CAGR y el anclaje.
Más que la rentabilidad anual compuesta de una cartera, en mi caso, lo que tengo en cuenta con el tiempo y lo que me importa es el total de lo que obtienes por tus propios medios (salario, inversión, ahorro, lotería, etc). El resto es como el que juega a la PlayStation.
No veo lógico, pero que tire la primera piedra el que no lo haya hecho, que se hagan cálculos de rentabilidad anual contando sólo lo invertido cuándo lo que se invierte no es el 5% de un patrimonio y éste no sobrepasa, (con todos los respetos) pocos miles de euros. Así luego salen los 20% anualizados de algunas carteras…
Por lo que he visto durante los años:
- Todos queremos tener un buen CAGR, esa tasa anual compuesta tan molona
- Todos los que seguimos la cartera diariamente hacemos nuestro el máximo importe que hayamos visto y realizamos, aunque sea de cabeza, cálculos de pérdidas y ganancias poco menos que frustrantes. Algo que, sin duda, es un cansancio mental totalmente innecesario
En cierta ocasión calculé la rentabilidad de mi cartera en un nuevo Excel estupendo con todas mis inversiones en fondos de inversión. Tal era la emoción de tener todo ordenado, calculado y vistoso que al medir la rentabilidad acumulada durante los años, se me fue la cabeza y,por error, calculé la rentabilidad media. Todos tenemos un pasado (vísteme despacio que tengo prisa).
Muy contento por ver que la rentabilidad anual era muy superior al 10% anual la decepción vino una vez percatado de la realidad. Obviamente la rentabilidad real, que ni tan mal, se asemejaba más al 10% y parecida a ciertos índices en los que ya invertía.
Sin anclajes se aplaca mejor el entusiasmo efímero de una falsa buena noticia con el de la justa realidad.
Si uno tiene una cantidad final en la suma de sus inversiones financieras y eso es lo irrefutable (es un número, una cifra, un escalar inapelable); lo ideal será que se haya obtenido con la menor rentabilidad. Menos habrá que pagar a Hacienda llegado el caso.
Si uno llega a su objetivo y descubre después de los años que su rentabilidad es cercana a CERO, es posible que se tenga que replantear lo que ha hecho, pero ya se ha llevado sobre un 20% de ganancias emocionales si pensaba que tenía que pagar por ellas.
Desde hace mucho tiempo el cálculo de mi rentabilidad anual es la suma de todas mis cuentas a 31 de diciembre del año y comparo con la suma de lo mismo al año siguiente. No sé si es lo más correcto o no. En cualquier caso, me da igual y lo considero una curiosidad. Lo que hay es lo que hay, lo mejor que puedo hacerlo, independientemente de la rentabilidad.
Por no extenderme más en este artículo panfletario me despido como lo hizo el Doctor Who en el episodio antes comentado en el que una vez libre le dice a un niño que pasa cerca de él para que lleve un mensaje a sus captores:
“Diles que sé lo que han hecho y que voy para allá. Y si te preguntan quién soy diles, que he venido por el camino largo”.
Pasen unas felices Fiestas de Navidad y cuídense mucho. Sin duda la mejor inversión es su salud y la de los suyos. El resto de las cosas es, a medida que pasa el tiempo, totalmente accesorio.