¿Polarización o estupidez?

Recuerdo los primeros programas de “la sexta noche”, que me gustaba verlos porque se llevaban contertulios de todo el espectro ideológico y se generaban debates (y entrevistas) bastante interesantes.

Con el tiempo, acabó siendo una matraca constante en el que cada uno de ellos soltaba su arenga política a modo de monólogo y se plagó de personajes como Inda.

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Generalmente temprano, cuando todos salen de casa y me quedo frente al ordenador sin interrupciones, salvo que tenga otros compromisos o prioridades que atender.

Aprovecho también esos momentos para ponerme al día con otros contenidos que sigo: hilos de +D (como en este preciso instante😊) y varias newsletters a través de Feedly (herramienta muy recomendable para quienes sigan muchos blogs, pero no deseen recibir emails).

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https://archive.ph/VsYVH

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A mí el algoritmo “para ti” me envía cosas de estas y no me explico cómo :upside_down_face:

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La Web se fue al garete por allá los dosmiles cuando se hizo popular. Pasa con todo, cuando algo se hace popular entonces se masifica y llega toda la chusma. Desde el año 2000 que Internet no vale nada.

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Muy interesante el hilo. Creo que es una preocupación a la que bastantes le hemos dedicado algún tiempo a darle vueltas.
Yo me considero casi fuera de las RR.SS.

Nunca tuve Facebook hasta que me obligaron en el trabajo. Como era una obligación, era para trabajo y sólo me salían gatos y mujeres en bikini, no llegué ni a entender muy bien cómo funcionaba Facebook.

En cuanto a Instagram he de reconocer que fui casi uno de los pioneros. Cuando yo me lo instalé, me lo instalé porque era un sitio donde la gente a la que le gustaba la fotografía posteaba sus fotos y le daba cierto toque artístico. Los filtros eran como las aberraciones que salen al revelar carretes caducados. Luego, cuando se convirtió en una red social como cualquier otra, me quedé enganchado, como corresponde a mi generación. Hace como un año me desintoxiqué. Lo puse en la última pantalla del teléfono e hice un esfuerzo por desengancharme.

El antiguo Twitter (ni siquiera sé escribirlo, he tenido que buscarlo) nunca me lo había instalado. Me lo instalé hace como 5 años, porque me dijeron que era bueno para recibir avisos de alarma y emergencias por fenómenos atmosféricos, incendios, y etc. Nada, nunca me sirvió para eso. He de reconocer que últimamente estoy cayendo más en sus redes, pero como lo hago tan de higos a brevas, lo pillo despistado y no sabe por dónde tirarme. Eso sí, tarda unos 5 o 10 scrolls de pantalla en coger ritmo.

El resto ni las nombro, porque ni me acerco mentalmente a cosas como TikTok y demás inventos.

También me enganché a Youtube, hasta que me di cuenta de que también me ponían cosas demasiado a la carta. Ahí desactivé el historial o algo así, y ahora me sale una página de Youtube en blanco. Sigo pensando que Youtube es una herramienta perfecta, sigo acudiendo a él cuando necesito informarme, culturizarme o aprender cómo hacer alguna chapuza o invento. Creo que tiene más potencial del que se le otorga. Pero lo dicho, también me he desintoxicado.

Y una vez llegado a este punto, he empezado a hacerme otras preguntas: ¿puede ser que me esté quedando un poquito marginado a nivel social? ¿Me he convertido en un contrario a la evolución tecnológica? Y si la respuesta es sí ¿lo quiero, es bueno? No he sabido dar respuesta a estas preguntas todavía.

También estuve enganchado a los periódicos. Y ya andaba yo dándome cuenta de que algo no me cuadraba, cuando el hilo de Medios de comunicación objetivos me terminó de abrir la mente. Ahora estoy en proceso de desintoxicación de periódicos también.

En otra cosa en la que también anduve bastante enganchado fue en el Strava. Esto no sé si es la mejor de las redes sociales, o la más peligrosa de ellas. Sé de gente muy pero que muy adicta. De esto me estoy desenganchando pero por falta de tiempo para hacer deporte. Aunque no me molesta seguir todo lo activo que pueda. Para mi es la menos molesta.

Y por último, pero no menos importante, está +D. Aquí creo que ya lo he comentado algunas veces, tengo un sentimiento de culpabilidad importante. Mi sentimiento es que yo vine aquí a parasitar por un interés claro personal. Una vez tuve lo que necesitaba, cada vez visito y aporto menos. Aunque nunca tuve la sensación de aportar nada. Por lo tanto, aquí es como que encima, me siento un total parásito.

También he notado lo de la polarización y lo de la irritación. Recuerdo que de joven no era una persona que viviera permanentemente irritado. Y hubo un momento en que noté que los demás me veían irritado y yo también me veía. Noté estar muy politizado. Y sí, también me pasó con Federico, que cuando lo escuchaba las primeras veces, sólo notaba que estaba enfadado. Y luego me enganché a él y me hacía estar enfadado por lo mismo que él se enfadaba.

El problema que he encontrado es que, en los días en los que vivimos, cuando m e veo en la puerta de embarque del aeropuerto, esperando, no pasan más de 30 segundos de “aburrimiento” sin echar la mano al bolsillo y sacar la pantallita del entretenimiento. Siempre se me viene a la cabeza una imagen de mi mismo, cuando estaba en la universidad, haciendo tiempo en la estación de autobuses, para volver al pueblo. No hacía nada. Esperar, mirar a la gente, las papeleras, el techo de la estación y darle vueltas al bisel del reloj a modo de tic nervioso. Creo que antes sabíamos aburrirnos. Hoy ya no sabemos. Incluso los hay que han nacido en la era en la que no se comprende qué era eso, o qué valor a título personal puede tener el saber “aburrirse” sin más.

Y aun sigo con la misma pregunta: ¿y si me desintoxico de todo, en qué me convierto? ¿Me veré obligado a ponerme un sombrero de papel de aluminio?

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Yo lo que no termino de entender es porqué es mejor estar mirando a la papelera o al techo en vez de sacar el movil y ponerte a leer un artículo o ver un video de un tema que te interese.

Ya allá cada uno con la calidad de los temas.

A mí por ejemplo lo que me resulta tristísimo es pasar el tiempo mirando en instagram o en facebook las fotos que suben los demás.

Lo único negativo que le veo al uso del móvil para matar el tiempo es que te genere ansiedad o malestar el día que no puedes hacerlo.

Siempre se me viene a la mente la frase aquella de “la gente inteligente habla de ideas, la gente común habla de cosas y la gente mediocre habla de gente”.

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No digo que sea mejor, ni siquiera que sea bueno. Pero para mí sí que es importante el “saber aburrirme”.

No me malinterprete, me encanta absorber información. Pero esos momentos de aburrimiento, bien gestionados a nivel mental, para mi son momentos de divagación, de creatividad, de ensoñamiento. Y todo ello me genera una sensación de autonomía y de libertad. De no depender de esa pantallita para poder dejar volar la imaginación y disfrutar del “aburrimiento”.

Tal vez sólo sea la precuela al sombrerito de aluminio :joy:

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El tema es que el cerebro no se oxigena y no reflexiona. No solo hay que meterle información como si no hubiera un mañana a la cabeza, sino que de alguna manera tenemos que procesar la información y que de verdad nos empape.

Esto:

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Por supuesto. En mi caso esos momentos suelen ser cuando voy conduciendo (la mitad d elas veces voy oyendo podcasts y la otra mitad en silencio), cuando voy en la moto o en la bici. Y si, son fundamentales.

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Me han recordado ustedes a un un artículo que leí, ya perdido en mi memoria, en el que hablaban del considerado primer reality show:

Se trataba de filmar a los miembros de una familia durante todo el día, obviamente tuvo consecuencias psicológicas catastróficas, la exigencia de que en el día a día pasaran cosas llamativas por parte de la televisión y el no dejar tiempos muertos para que los protagonistas descansaran acabó haciendo mella y varios hijos acabaron con ataques de ansiedad y problemas de insomnio.

Aparte, las consecuencias sociológicas de como querían mostrar los productores a cada persona en pantalla, pero eso aquí no aplica, lo traía por el tema de que el cerebro necesita tiempos de alternar entre diferentes modos y la realidad es que el día a día en casi su totalidad es hacer cosas en modo automático.

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En el tema de Twitter se ve muy claro como cada nicho de marketing político tiene sus cuentas asociadas y están ahí para crearte el mayor shock posible para que odies a los otros y te olvides de reclamar sobre cosas que te afectan y son problemas para ti y los tuyos.

El mundo ahora mismo va de hacer que la gente juegue a las damas encima del monopoly. Crear nichos identitarios por encima de la razón, el debate y los acuerdos. Las redes sociales son solo un medio para esto, pero pasa lo mismo en televisión, o lleva pasando durante siglos en periódicos.

La gran diferencia es que en vez de tener que esperar 8h entre los noticiarios o 24h entre el semanal o 7 días al dominical a uno le ofrecen contenido al instante lo que lo hace adictivo a más no poder.

Lo curioso es que esto no está limitado a la política, pasa lo mismo si sigues deportes, videojuegos o incluso métodos de inversión. El algoritmo se encarga de encontrarte algo por lo que estar enfurecido, y mientras tanto el que juega al monopoly en vez de a las damas ya ha dado 3 vueltas al tablero.

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