Lo primero, agradecerles sus palabras en el postcad, sin más rollo adicional.
Lo segundo, señalar a Apolonio el gran principio filosófico, muy conocido por todos, que afirma que es mejor que sospechen que eres idiota a tener la seguridad, tras oírte, que lo eres, no le quepa la menor duda. No es de recibo, no lo tome a broma, que tras el trabajo de todos aparezca un memo soltando simplezas, es lo que señalan conocidos inversores muy reconocidos, cuesta mucho ganar un prestigio para perderlo en cinco minutos de charla, en mi caso no se necesita más tiempo, señalo lo de los cinco minutos por la alta consideración en la que me tengo, siempre he sospechado que treinta segundos es suficiente en mi caso. No hay falsa modestia en lo que digo, es simple protección al trabajo y conocimientos de terceros de los que me aprovecho, hay que cuidar el foro.
Si me gustaría exponer algo que me preocupa mucho. Uno, ya jubilado, desayuna por las mañanas leyendo tres diarios, un vicio nefasto, te das cuenta que, como ayer y antes de ayer, los y las idiotas siguen a lo suyo, nos rodean por todas partes, sufriendo sus ocurrencias, son eso, ocurrencias de gente descerebrada. Intentas soportar el día a día, afortunadamente, con otras distracciones que te permiten aguantar lo anterior.
Y una de estas, al menos para mi muy importante, es esperar ese momento, normalmente por la noche, en la que entras en el foro, si, si, se hablará solo de la inversión, pero ves como los compañeros razonan, exponen argumentos, dialogan, intercambian opiniones, defienden estilos, recomiendan lecturas, aportan sus experiencias y conocimientos, en fin, te das un chute de racionalidad y seriedad, en definitiva, cargas las pilas y refuerzas un armazón que te permitirá soportar el siguiente día, cuando vuelvas a leer esos tres diarios, las retahílas de noticias absurdas e idioteces a las que nos tienen acostumbrados, lo que lamentablemente seguirá siendo nuestro día a día.
Animo a los compañeros a que este foro no desaparezca, a que ayuden a su financiación, a que entre todos podamos seguir intercambiando opiniones e ideas, a evitar un día el lamentarnos que por tres miserables duros, tres miserable duros que puede aportar cada uno, no fue posible disfrutar de un oasis de serenidad y conocimientos que es muy difícil encontrar. Es más, amenazo a todos los compañeros a que si dicho día llegará me ofrezco a realizar una entrevista personal en la que, tras escucharme, cualquier aquelarre de Goya no será más que una bonita postal navideña, esa será mi venganza de la que nunca podrán recuperarse. De momento no es el caso, nadie me podrá reprochar que no lo advertí en su día.