Pleno al Quince

Cuando era niño a mi abuela le oí decir en repetidas ocasiones “la gente cuenta que va al bingo sólo cuando gana”, debido a mi juventud no entendía lo que quería decir.

Posteriormente durante mis años de instituto, con un grupo de amigos hacíamos la Quiniela, sólo era cuestión de tiempo acertar una buena quiniela, todos “sabíamos de fútbol”, este equipo seguro que gana, estos empataran porqué a los dos les conviene… definíamos la estrategia y a esperar que llegara nuestro gran domingo donde poder acertar con nuestro boleto. Como muchos de ustedes podrán suponer nunca conseguimos el pleno al 15, ni el 14… creo recordar que alguna vez acertamos 12, siempre pasaba alguna cosa, el palo, el fuera de juego, el penalti no pitado…. Guardo muy buen recuerdo de aquella época y a pesar de lo bien que lo pasamos, resulto acabó siendo una inversión deficitaria.

La semana que acertábamos 11 o 12, analizábamos los partidos en los que habíamos fallado, lamentando nuestra mala suerte, si el arbitro hubiera pitado aquel penalti….
La semana que teníamos 4 o 5 aciertos (la mayoría), admitíamos nuestro fracaso y nos centrábamos en la próxima jornada. A nadie en su sano juicio se le hubiera ocurrido alardear teniendo un boleto de 5 aciertos !!!

Desde aquellos maravillosos años hasta hoy, el mundo ha cambiado mucho, internet y especialmente las redes sociales en mi opinión han propiciado o acentuado algunos cambios en la sociedad y el comportamiento humano.

Leyendo en determinados foros de inversión y especialmente en twitter, uno ve con asombro quinielistas (inversores) que obtienen 4 o 5 aciertos (acciones que lo han hecho bien) en su boleto (carteras con 20-30 valores) exhibiendo su habilidad inversora, a la vez que buscan reconocimiento. Imagino que este tipo de comportamientos, síndrome o sesgo debe estar “bautizado” desde hace mucho tiempo, yo lo llamo el “Síndrome del Quinielista”
Cuando vean o lean sobre los aciertos de aquellos inversores (profesionales o particulares), les animo a que comprueben todo el boleto de esta temporada y si es posible también los de temporadas anteriores (track record) de esta forma podrán valorar de forma más objetiva las supuestas habilidades del Quinielista, este ejercicio les puede ayudar diferenciar probabilidad de habilidad.

Habiendo pasado ya muchos años que se apagó la voz de mi abuela, compruebo que estos comportamientos sociales se han agudizado. Si bien la gente sigue contando que sólo va al bingo cuando gana, hoy nos encontramos a quien alardea teniendo un boleto con cinco aciertos!!!

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Qué sabia era su abuela @Isma73.

He disfrutado mucho con su comentario y pienso exactamente como usted. Hay muchos vendehumos que únicamente muestran los pelotazos y esconden sus fracasos (Grave error).
Hay una frase que se utiliza mucho en este foro y que es muy adecuada para este hilo.

“El tiempo pone a todo el mundo en su lugar”

Me recuerda a un par de amigos que tengo que están enganchados a las apuestas online deportivas. Únicamente mencionan los días en los que han ganado algo, los días en los que pierden todo no existen. Aunque al menos en la inversión si se hacen cosas sensatas se acaba ganando algo, en este caso no es así porque las casas de apuestas cerrarían…

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Hace un par de días estaba viendo un vídeo en el que aparecía Pablo Fernández, profesor del IESE, especialista en valoración de empresas. En un momento determinado, estaba hablando de la rentabilidad de las inversiones y suelta lo siguiente:

“Todo profesional que se dedica a decirte en qué debes invertir… pues hombre, por definición, si supiese en qué hay que invertir y el tío acertase, pues sería billonario y no estaría perdiendo el tiempo contigo dándote consejitos”

Pues eso.

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Hola @Isma73:

Me ha gustado mucho su post

Por poner un pero. La dispersión de resultados en una Quiniela son 15^3 si no estoy equivocado, mientras que otros campos, es infinito. Vd. puede tener 14 aciertos en Quiniela que equivalen a 1 sola acción rentando a doble dígito.

Es decir, si lo miramos por el lado del resultado, una Quiniela de 14 es mejor que de 13, pero 4 acciones “pelotazo”, puede ser (o no) mejor que 5 acciones (o que 3).

De cualquier manera, entiendo su (y el de su abuela :slightly_smiling_face:) razonamiento.

Para mí, lo peligroso de ese ejercicio que Vd. comenta, es que precisamente nos creemos fuera de serie, cuando hay otras circunstancias que forman parte del juego: suerte, psicología, etc, que no tenemos en cuenta.

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Cuando uno se desnuda publicamente y publica su cartera de inversiones destierra el síndrome del quinielista. Nadie tiene obligación de publicar sus inversiones, y menos con demasiados datos, pero para opinar, criticar, aconsajar en un foro me parece razonable hacerlo, repito, sin profundizar en cantidades ni demás datos, a fin de cuentas es muy fácil de mantener el anonimato.

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Interesante la analogía que ha puesto.

Los juegos de azar donde hay dinero de por medio, constituyen un interesante banco de pruebas donde observar determinados comportamientos. Aunque estas analogías siempre tienen sus limitaciones, a falta de poder reproducir en un entorno controlado experimentos con muchos mercados, permiten al menos observar otro tipo de situaciones con posibles elementos en común.

En primer lugar observamos en toda su extensión el papel de la aleatoriedad. Nos podemos encontrar fácilmente que alguien que una semana consigue 12-13 aciertos incluso otra consigue muy pocos. Vemos la gran cantidad de circunstancias que pueden alterar un supuesto escenario base pero sin embargo cuando los hechos terminan por darnos la razón, lo olvidamos y creemos que era predecible olvidando aquellas otras predicciones del estilo que no se han cumplido.

Dadas nuestras limitaciones para abordar multitud de escenarios, tendemos a simplificar en exceso posibles situaciones, produciendo una sensación de falsa dicotomía habitual en muchos análisis inversores. Caldo de cultivo perfecto para aquellos que les gusta moverse en el maniqueismo. Ya saben lo que he dicho muchas veces, cuando les pongan en un dilema inversor de sí A o B piensen que es posible que exista también C, D y otras opciones más.

Se confunde también la opción de acertar con la rentabilidad posible por dicho acierto. Si sacan un 13, un 14 o incluso el pleno al 15, su sensación inicial será que van a forrarse con ello. Sin embargo existe multitud de casos donde ha pasado esto y los premios no han sido importantes. Si aciertan en semanas donde la quiniela resulta de resultados excesivamente predecibles, el premio es significativamente menor que en semanas donde la cantidad de sorpresas es importante.

También han existido modas donde había gente que montaba sistemas a base de backtests pasados donde afirmaba que se podía obtener rentabilidades futuras en base a seguir ciertos sistemas. Ya pueden imaginar que no duraban tiempo excesivo una vez uno se daba de bruces con la realidad del proceso.

Otra circunstancia a observar es el poder de presión del entorno donde uno se mueve. Un entorno con varios que se habían aficionado mucho los últimos tiempos favorecía que uno se terminara aficionando a ello más de lo que igual le gustaría dedicando tiempo que habría preferido dedicar a otras aficiones. La sobreponderación del posible retorno económico de ciertas actividades ya se sabe que puede actuar como poderoso elemento distorsionador de los intereses reales de uno mismo.

Finalmente creo que es un error centrarse en exceso en si alguien concreto va a tener recompensa o no de realizar determinadas acciones. En las loterías siempre hay casos que se forran. Eso no cambia la distribución de probabilidad de que pase. No debería preocuparles si el que se forra es un conocido suyo que no les cae bien precisamente y que es alguien con una percepción de lo más sesgada de la realidad o alguien desconocido.

El éxito de alguien concreto y el sesgo de disponibilidad no debe hacernos olvidar precisamente de la importancia de analizar los riesgos asociados.
Cuando uno se centra demasiado en que a otros les vaya mucho peor para verse recompensado por las decisiones que toma, corre el riesgo que aún obteniendo un resultado de lo más razonable y plenamente satisfactorio para sus objetivos, la aleatoriedad le de una lección y se encuentre frustrado por ver que a otro conocido le ha ido mucho mejor aunque haya tomado decisiones mucho más discutibles y delicadas que las suyas.

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Me ha gustado mucho su texto. Entre otras cosas porque soy quinielista. Aunque se trate de un juego de apuestas (azar?) creo que es el menos aleatorio de todos y responde a una especie de patrón. Hago la combinación con un programa (megaquin) y desde la temporada pasada aplico una especie de estrategia indexada, aunque suene raro.
Complicado de explicar y más con el teclado de un teléfono. Me he quedado alguna vez a uno o dos goles de un premio de cinco cifras. Pero mi objetivo es alcanzar uno de seis cifras, sé que es muy difícil, pero no imposible. La cantidad que invierto es muy baja (siempre lo mismo, 20€ por jornada con partidos de primera y segunda con mis padres y una tía, lo que son 20€ al mes por cabeza. Ellos tiran por su cuenta el dinero todos los años con la primitiva y la lotería de Navidad) y quien sabe, quizás algún día se alineen los astros. Además lo disfruto bastante, por lo que los 5€ a la semana creo que están bien invertidos. Y aunque no llegue ese gran premio, a menudo salen premios menores que sumados hacen que las últimas temporada nos hayan salido prácticamente a coste cero.

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Yo conocí ese programa y otros de su estilo. Reducciones, patrones de repeticiones, etc. Había un foro en internet y se formaban peñas.
Yo algunas temporadas he hecho algunas, pero no entiendo nada de fútbol.
Si que juego al cupón de la ONCE y alguna bonoloto. Muy pequeñas cantidades y no a diario. En el primer juego fui vendedor, eso también influye.

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Yo una de las lecciones que saqué de El Cisne Negro de Taleb es que igual que uno está expuesto de manera involuntaria a “cisnes negros” negativos uno debe tratar de exponerse a aquellos cisnes negros que pueden tener efectos positivos, y que te toque la lotería es uno, y desde entonces tengo programada una primitiva semanal aleatoria, y eso es todo lo que gasto en juegos de azar. 52€ al año, que dado que un 10% aprox caen en reintegro acaban siendo unos 47€ o 48€. Expuesto estoy. Otra cosa es que lo normal es que no me toque jamás, pero el gasto habrá sido pequeño.

Ahora bien, si me tiene que tocar, prefiero una primitiva con 6 cifras a gastar dinerales en lotería de Navidad que si te toca el Gordo sigues siendo pobre… :wink:

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Tengo la misma estrategia, salvo porque mis números son elegidos, pero la base es la misma, 52€/año de pérdida limitada y ganancias poco probables pero “ilimitadas”

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Eso es. Lo de las cifras aleatorias lo hago para evitar que si alguna semana la cuenta se queda sin saldo y no se ejecuta la apuesta (que no es tan raro, teniendo en cuenta que la recarga es cada mucho tiempo) pueda tener la tentación de mirar el resultado temiendo que haya salido “mi combinación”. Todas las semanas aleatoria, y así no tengo que pensar en ese tema. Pero entiendo también a quien prefiere tener una combinación elegida y siempre la misma. Al final es lo mismo.

Cada vez me gusta menos el fútbol y más la quiniela. Es más, he dejado de ser socio de mi equipo de toda la vida por el trato de terrorista que recibe uno al entrar al campo (ni un botellín de agua se puede llevar uno al campo). Ya no veo los partidos por la tele y es cuando mejores resultados estoy obteniendo en la quiniela. Quiero decir, resultados consistentes, aunque no toque premio siempre tengo varias columnas de 9 u 8 independientemente de que haya salido quiniela cara o barata. Y creo que el planteamiento inversor (el proceso) ha tenido mucho que ver en ello. Si algún día doy con la tecla escribiré un libro al respecto.

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Está visto que para analizar una realidad, existen muchos puntos de partida para argumentar los mismos hechos. Loterías, deportes, aficiones, trabajos …

Tengo claro que las premisas que uno da como ciertas sin contrastarlas, producen lo que lucidamente/sensatamente comenta en la mayoría de sus opiniones. Un error que se comete por una gran mayoría (¿la totalidad?) como es no cuestionar desde el principio cualquier método de inversión y por tanto empezar la escalera desde una posición más avanzada, creyendo narrativas y así avanzar más deprisa de lo aconsejable, sin pulir malos hábitos personales, hace que a la postre surjan las dudas y problemas que propiciaran las malas decisiones… en todo. Que importante tener razonado e interiorizado que el enemigo principal es uno mismo, para seguir con el desconocimiento. Adquirir conocimiento sin cuestionarse uno mismo es un mal proyecto.

Querer sacar provecho de esta empresa en vida… que trabajo. Querer ganar dinero y dejar de ser avaricioso… que reto. Ser lo razonablemente inteligente para además disfrutarlo compartiéndolo…

La vida… desandar lo andado para coger un camino más apropiado, una y otra vez, y otra… para al final llegar a la conclusión de que el día que “todos estén mejor que yo”, que todos pensemos así, ese sera un gran día. Seguramente, ese momento no es propicio para La Empresa, por eso el interés de crear A y B… existiendo C y D…

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