Yo vigilaría que una cosa es el oro y otra mineras de oro.
En el segundo caso hay otros factores implicados y, según el tipo de circunstancias, les pueden terminar pasando más factura los posibles inconvenientes de ser empresas cotizadas que las ventajas de producir algo que sube de precio.
Por ejemplo si el coste de la financiación sube de forma muy brusca.
Por cierto, el año pasado a finales de junio, no les importó tener abundante liquidez antes que tener oro físico. Creo que siempre hay que andarse con cuidado cuando uno ve exceso de motivaciones ideológicas a decisiones que tal vez tienen un fondo bastante más práctico.