Se lo explico brevemente.
Era un personaje que, sin dudar de la veracidad de sus afirmaciones en materia de inversión, hizo mucho dinero con un concreto fondo relativamente vilipendiado hace un tiempo y que, como sucede algunas veces, se dio la vuelta dando alegrías a todos sus “coparticipes”. Espero y deseo, esto es dicho sin ningún tipo de broma, haya disfrutado de jugosas revalorizaciones.
Creo que en la vida real era maquinista de trenes de largo recorrido, con carácter férreo (por lo anterior), impasible al desaliento, nos remarcaba machaconamente diversos conceptos de su forma de operar.
Que era un value y daba lo mismo en lo que invirtieran sus gestores, el argumento no era otro que si algo lleva por título la palabra “value” pues es “value” y punto. No iba descaminado el tipo, porque uno siempre invierte en lo que supone hay valor, ahora bien, eso es una cosa y otra es que, estando en un porcentaje elevado en empresas de materias primas, incluso inversión directa en ellas, siga negando la mayor, señalando insistentemente que ello era así por ser el “value” del momento. Bien pensado hasta la Coca Cola puede ser “value” si hay valor.
Por ser “value” el tipo, su reloj con el que medía el tiempo no era igual al del resto de mortales. No se el modelo que usaba, si de cuerda, automático, a pilas, solar o atómico, solo le daré un dato, invertido un dinero en un fondo, se sentía molesto si el gestor pasaba a saludarle no habiendo transcurrido un plazo mínimo de cinco años, como le diera datos antes de transcurrir una década nos mostraba su cabreo. Eso sí, parece ser tenía línea directa con afamados gestores con los que tomaba pastas y té pero, por lo anterior, seguro que hablaban de cuestiones místicas y no mundanas.
Tenía lo que he venido a llamar el “sesgo de reafirmación contraria”, lo he visto en numerosos foros y de variada temática, lo trato más profundamente en mi libro titulado “¿La inversión en plastilina es ser plasta o value?” En breve resumen, consiste en realizar variadísimas preguntas, de todo tipo y condición, obteniendo múltiples respuestas que son, a su vez, replicadas, se trate de lo que se trate, con un “Soy value y por el camino del largo plazo nos encontraremos”.
Finalmente, aunque en este foro no se acostumbra a hablar de política sospecho, en atención a su avatar, que fue uno de los fundadores de Convergencia i Unió, ya sabe, aglutinaba diversas ramas, democristianos, nacionalistas, derecha, centro, independentistas, catalanistas y él como representante del “value”, sector mineras en el Ripollés.
Y era un tipo educado, lo que se agradece.