Fuente Wikipedia
El mes pasado, nos despedíamos de algunas medidas tal y como las conocíamos hasta el momento, y los patrones guardados en Paris, sufrían una revisión de los mismos tal y como eran conocidos hasta ahora. Por lo que se lee por las redes, parece que ha sido la mayor revisión en cincuenta y ocho años.
Pensando en esto, recordé los tiempos pasados, en que se usaban las varas de medir, que variaban de una región de España a otra, y por supuesto de un país a otro, con lo que imagino que las dificultades para comerciar de una manera eficiente serían mayores que en la actualidad con sistemas estandarizados.
Les cuento todo esto, pues en el mundo inversor y casi que les diría que en la vida misma, una de las mayores preocupaciones es la de medir de manera eficiente. Ya saben aquello que repetimos muchos industriales, “lo que no se mide, no mejora”, cuando abordamos problemas de eficiencia de procesos.
Les he preparado para esta mañana de diciembre, una breve analogía onírica, de las supuestas varas de medir que tendríamos a nuestra disposición los inversores. Tenemos varas muy económicas y varas costosísimas. Veamos sus características para arrojar algo más de luz sobre este curioso tema.
Las varas baratas, que están a disposición de todo el mundo, son elementos de medida muy fáciles, y muy accesibles, pero lo malo, pues ya saben que todo tiene algo malo (y algo bueno), es que fallan más que una escopeta de feria.
¿Cómo mide una vara low cost de un inversor? Muy sencillo, si el producto (empresa o fondo) que compro , sube después de comprarlo yo, es bueno, si sube mucho, es buenísimo y si se empeña en bajar…es malo, muy malo.
Fíjense en las negritas que he puesto, pues si cuando está por los suelos, lo compro yo, entonces no es tan malo, porque estoy haciendo deep value, y el proceso vuelve a iterarse, dependiendo de hacia donde enfile el rumbo del activo.
Nihil novum sub sole. Y prueba de ello la tenemos estos días con gestores que antes eran primos segundos de Buffett y ahora son vistos como juguetes rotos, que han perdido su brillante capacidad antaño merecida. También les pasa a las compañías, joyas que hasta hace unos meses eran auténticas máquinas de generar flujos de caja, ahora tras algún meneo en los profit warnings, no las quiere nadie, y las masas particulares y/o “profesionales” (que afortunadamente no campan por +D aún), las denostan y golpean como objetos inservibles.
Un amigo holandés me dijo un día, que generalmente "recibes lo que pagas" , por lo que en el Hipermercado de las varas, podemos encontrar otras un poco más caras, pero más efectivas. Estas varas llevan mucho más esfuerzo de adquirir, pero tienen la manía de no dejarse llevar demasiado por los precios, y más por los activos. Nadie es tan bueno, ni es tan malo, y en momentos de euforia, la vara te suele entregar el resultado de que el “too good to be true” es un hecho y en momentos de pánico, que “los cardúmenes inversores que entran en pánico, son buenos momentos para comer pescado”.
Por último, tenemos un tipo de vara, de precio prohibitivo, que son con diferencia, las más potentes del mercado. Son tan sumamente caras, que resulta muy difícil amortizarlas, pues además son terriblemente lentas, y por lo general, ante tal precisión y sensibilidad en la medida, un ligero movimiento arroja una lectura errónea y te lleva al punto de “los árboles no te dejan ver el bosque” ,también conocido como, “quien mucho mira, poco ve”. Aún así es cierto que cuando alguien logra dominar estas varas con destreza, es imposible hacerle sombra, pues realmente son con diferencia, las mejores del mercado. Eso si, cuesta muchos años llegar a dominarlas con maestría, y durante muchos años, retornan resultados mediocres, por el costo que lleva que se apliquen correctamente.
No hay una vara perfecta, aunque les recomiendo que se muevan entre las segundas, prácticamente al alcance de cualquiera dispuesto a pensar por si mismo y no dejarse llevar por las opiniones de las masas (generalmente sesgadas), y las terceras, que ya son de nota, y requieren de mucho tiempo de aplicación, y de tener una materia prima que no todo el mundo tiene.
Disfruten de las compras Navideñas, que se antojan interesantes, y si ven que les sobra presupuesto, pidan a los Reyes que les traigan una vara de mayor calidad. No hace falta que sea la mejor del mercado, pero sí que mejore la que han tenido y usado en 2018.
Bueno, y puestos a pedir…eviten meterse en camisas de once varas. Felices Fiestas!!