Se está convirtiendo en una molesta costumbre, leer comentarios brillantes de ustedes, que me hacen reflexionar y plasmarlo después en forma de letra. No se quejen amigos, es su karma, merecido lo tienen.
El caso es que ayer leí de nuevo dos comentarios de @Pumuki y de @Luis1 y la maquinaria se puso de nuevo en marcha.
Divaguemos un poco juntos, si les apetece.
Primera reflexión: Tenemos lo que como masas demandamos.
El otro día me preguntaba porque en España no teníamos fondos como el de Akre, o Russo, Rochon…y no, por favor , a mi me gusta el chocolate puro, el sucedáneo de algarroba me revuelve las tripas solo con olerlo.
La cuestión no es baladí, tenemos unos fondos excelentes que yo los etiquetaría como fondos value de “reversión a la media”, que representan un estilo de gestión muy marcado, y que diría que dentro de su categoría son excelentes. Básicamente te vas donde ha habido una gran batalla, recoges a los heridos que crees que sobrevivirán, y pasados unos meses si se curan, fenomenal, y si no se curan, pues verdes las han segado. 2+8=10, de media, 5, todos contentos.
Aguantas el escarnio si te sale un dos, y sacas pecho cuando trincas un 8 y a vivir que son dos días.
He aquí, mis queridos amigos, las luces de neon. Dado que ustedes viven la mayoría en la piel de toro, y comparten genes con el que escribe, pues concordarán que a los españoles nos gusta de manera genérica la paella (o más en genérico comer), el buen vino o la sangría (beber) y los pelotazos.
Si, no se haga el estrecho. En España nos gustan así en general los pelotazos.
Y claro, la regla número uno de cualquier empresario es simple. Vende, lo que quieran tus clientes. Mucho.
Luego ya si quieren añadimos más reglas , bla, bla, bla…pero en resumidas cuentas, el gasto más importante de una empresa es no vender.
Y claro, los fondos como cualquier hijo de vecino, se adaptan a lo que demanda el mercado. Es lógico.
Miren que cosa más curiosa, que no se si les pasará a ustedes.
Ves que la apuesta de MakingValue por algo radiactivo tira como un cohete y piensas: “Tengo que comprar MakingValue”
Ves que la apuesta de MakingValue por algo radiactivo cae como un yunque y piensas: “Tengo que comprar eso radiactivo”
Ya ven, typical spanish… a este fenómeno científico le llamaremos “The Quest for The Pelotazo”
Resumen 1: No podemos negar nuestra cultura, y en un país como España, lo que nos gustan son los beneficios rápidos.
Segunda reflexión: Los marcos mentales lo son todo.
Esta parte me encanta, básicamente porque lo que queremos los inversores es buscar certidumbre en un mundo de incertidumbre, y claro…así nos luce el pelo.
Cuando le comenté a @Pumuki lo de la tesis correcta, básicamente me refería a este punto. Me explico.
Entre lo que Warren dice, y lo que Warren hace, hay una diferencia abismal.
Los mayores y más férreos defensores de cualquier teoría económica, y si , pueden meter a los austriacos en el saco , parten con unas limitaciones de tres pares de narices. Si, eso es lo que pienso.
Soros no derrotó a la libra leyendose libritos de economía. Warren no construyó su imperio, leyendo y asistiendo a clases de Graham únicamente.
A Warren le hicieron un degradado en su joven pelo con Berkshire cuando era joven, que ríase usted de las tribus urbanas de hoy en día. Como estamos entre amigos podemos decir, que le dejaron el culo como a un mandril.
Fuera de bromas, mi punto es que Warren vivió en su propia carne, lo que era invertir en un negocio basura, y decidió que a partir de ahí, Finisterre. Me juego el huevo derecho de Munger, a que le marcó más eso, que las charlas con su buen amigo.
Y todo este rollamen, para decir que el marco mental lo es todo. Tu manera de pensar, de entender el mundo, de entender el riesgo viene determinado por tu marco mental. Y esas cosas queridos amigos, no se aprenden en los libros.
Cualquiera que haya vivido el mundo de la empresa sabe, que un porcentaje alto de MBA´s son un arma de destrucción masiva.Básicamente porque creen que saben, pero realmente no tienen ni idea. Y eso es peligroso.
Dense una vueltecita por Twitter y verán la fauna y flora.
Tercera reflexión: No es posible saber de todo, todo el tiempo,
Cada vez que veo un inversor, que lo mismo sabe de life sciences, que de petroleras, que de negocios de internet, me cojo la cartera, lo miro, me hago el sueco y salgo por patas.
Y este punto lo enlazo con lo que muy bien describe @Pumuki en su acertada respuesta.
Muchos en mayor o menor medida hemos transitado esas calles. Y muchos más listos que yo, han llegado a la conclusión de que la suerte está ahí. No voy a volver con la matraca del maquillaje contable de Margaret Astor etc… porque sueno ya demasiado rallado.
Mi tercer polémico punto es que los inversores en general solo podemos aspirar a coger la melodía y a partir de ahí deducir en mayor o menor medida por donde irán los tiros. Que la mejor o menor eficiencia del acierto vendrá determinada por lo bueno que sea el marco mental que nos hemos construido.
Si has gestionado alguna vez negocios, una de las cosas que te llaman la atención es la diferencia entre los asset light y los asset heavy . En los primeros, las estructuras son ligeras, se mantienen por intangibles, y el proceso de generación de plata es muy fluido. En los segundos necesitas varios trailers de Prosegur para que el bicho se mueva y no se salga de la carretera.
Luego ya tenemos barreras de entrada, moats , ventajas competitivas de escala y un sinfín de historietas del mundillo de Mintzberg, Drucker et al.
TU marco mental es el que determina la diferencia que marca la diferencia , y eso amigo, es la línea para cuando vienen mal dadas, sobrevivas dignamente, o te quedes flotando boca abajo.
Cuarta reflexión: Nunca confuda vehemencia con seguridad.
Mi última reflexión es que hay que ir con mucho cuidado con todos los que expresamos nuestras opiniones de manera contundente, conmigo el primero. Y los gestores no se salvan. De esto sabe mucho más que yo, mi amigo @agenjordi .
Mucho cuidado, porque tan importante es medir la rentabilidad, como medir los riesgos. Y claro, de los riesgos no se acuerda nadie salvo cuando pasan. Y ahora mismo, muchos fondos están tomando unos riesgos que te ponen los pelos como escarpias.
Bueno, pues después de todo este rollo, estamos como al principio. Hemos divagado circularmente para acabar terminando con la frase de los judíos americanos, no hay ninguna comida gratis. Así que nuestro último reducto es pensar por nosotros mismos, crearnos nuestro marco mental, intentar no cegarnos con las luces de neon y agarrarnos a la certeza de que tarde o temprano, todos acabaremos criando malvas, porque todo lo demás se va a mover más que un barco en una tempestad.