Pat Dorsey tiene sus cinco claves, Joel Greenblatt tal vez sólo emplee dos en su fórmula mágica…, la mayoría tenemos nuestras propias claves. Yo escribí las mías (no me pregunten cuántas son porque no las he contado) hace más de una década, en plena crisis subprime del 2009. Con la edición de Alicia regresa a Wall Street me estuve planteando si sería conveniente ampliar mis claves, reducirlas o, tal vez, eliminarlas por obsoletas en un mundo “idealmente growth”. Ahí las tienen, no cambié ni una sola coma, finalmente concluí que tras una década de experiencia no había aprendido lo suficiente como para atreverme a cambiarlas, para bien, con ciertas garantías de éxito.
Busque sus claves, escríbalas para tenerlas siempre presentes y trate de seguir un rumbo racional, de forma disciplinada, evitando el ruido del Sr. Mercado.
Establezca un plan de inversiones a largo plazo con una visión global y unos objetivos razonables, y reequilibre la distribución de sus activos bursátiles tras tener fuertes altibajos en sus cotizaciones.
Compre acciones de compañías sólidas y con ventajas competitivas. Cómprelas a buen precio y manténgalas. Si su inversión es buena, el tiempo es su mejor aliado. Quien se conforma con ganar un dólar no merece ganar diez.
No diversifique en exceso. Diversificar reduce los riesgos, pero también puede mermar la rentabilidad. Lo bueno no abunda.
No invierta en bolsa un dinero que pueda precisar en unos pocos años. Como dice Buffett: «El plazo de tiempo idóneo de tenencia de acciones es siempre». Un auténtico inversor nunca se ve obligado a desprenderse, a precios ridículos, de sus activos bursátiles.
No especule a corto plazo. Comprar y vender reiteradamente solo enriquecerá a sus intermediarios financieros. Recuerde, un auténtico inversor siempre lo es a largo plazo, ya que un inversor a corto plazo es un especulador.
No invierta en bolsa si no es capaz de soportar, psicológica y económicamente, ver decrecer en más de un cincuenta por ciento su inversión sin caer en el pánico vendedor.
No persiga los fondos de inversión ni las acciones de moda. El mercado es cíclico: si compra los activos que más han subido en el último año, estará pagándolos caros.
La tendencia en la bolsa es su amiga hasta que deja de serlo. En general, procure no comprar tras fuertes subidas ni vender tras importantes caídas.
No invierta en función de las buenas o malas noticias de la macroeconomía y no tome decisiones arrastrado por la prensa económica ni los analistas financieros. Mantenga siempre su propio criterio y, siguiendo a Buffett, «sea temeroso cuando los demás son ambiciosos y, por el contrario, ambicioso cuando los demás sean temerosos». Las olas de pánico vendedor son siempre una buena oportunidad de compra, los mercados son cíclicos y cuando todo el mundo ha vendido suelen subir.
Pregúntese siempre cuánto cuesta y cuánto vale. «Precio es lo que pagas, valor es lo que recibes», dice Buffett. Conozca lo que compra y evalúe la rentabilidad de los fondos de inversión con un horizonte temporal de diez años o más.
No intente adivinar el futuro. No se puede predecir la evolución de la economía ni de los índices bursátiles. Sea objetivo y paciente; no invierta, siguiendo sus intuiciones, de forma emocional. Sea humilde y consciente de sus limitaciones, la prepotencia y la desmesurada autocomplacencia le harán ignorar el riesgo.
No es cierto que, a largo plazo, en bolsa siempre se gane; eso solo sucede si los valores son sólidos y se han comprado a buenos precios.
Créaselo: en bolsa, a mayor riesgo no hay más beneficio, sino más pérdida.
Compre bien y mantenga. Compre bien y desconecte. Olvídese del ruido y de las cotizaciones del mercado. El señor Mercado es maniacodepresivo. Las noticias le incitarán a comprar y vender, y en bolsa la decisión más rentable suele ser no hacer nada.
No minimice el coste fiscal de sus decisiones. El pago de impuestos, el coste de las comisiones de sus transacciones y el de mantenimiento de sus activos pueden reducir ostensiblemente su rentabilidad a largo plazo.
Cuando los índices bursátiles ronden los máximos históricos, los PER estén muy altos, la rentabilidad media por dividendos sea significativamente inferior a la de la renta fija, y se oferten un elevado número de OPV de compañías de dudosa calidad, cuando todas esas circunstancias concurran simultáneamente, sea muy prudente y selectivo en sus inversiones bursátiles, pues el riesgo es alto.
¿Quiere usted que suba la bolsa? Su respuesta solo debería ser afirmativa si piensa vender o no quiere comprar más activos bursátiles. Si, por el contrario, desea invertir más, alégrese de los descensos en los precios. Cuanto más bajen, más barato podrá comprar y más revalorizaciones futuras obtendrá. Aproveche las fluctuaciones a la baja de las cotizaciones para invertir a largo plazo. Hasta que usted no esté absolutamente convencido de que es mejor comprar a ocho que a diez, no debería invertir en bolsa. Solo quien compra barato puede vender caro.
Que tengan un buen verano.