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Buenos días a todos,
Visto que el último libro no levantó mucho interés (Lecciones de liderazgo creativo), he decidido doblar la apuesta y traerles “La mente de los justos”, de Jonathan Haidt.
Quizás se desvía un poco de la temática habitual del foro, pero creo que nos puede aportar tanto que he me permitido añadirlo a la biblioteca de +D; de hecho, lo guardaré en el estante junto con “Pensar rápido, pensar despacio”, hacen buena pareja.
Jonathan, psicólogo moral, nos presenta un recorrido por la naturaleza e historia humana, tratando de exponer las claves para comprender la política, la religión y el ascenso del ser humano hasta el dominio planetario. Las líneas maestras del libro se estructuran en tres grandes capítulos:
La intuición viene primero, el razonamiento estratégico después.
En este capítulo merece la pena resaltar del modelo del juico moral basado en “el jinete y el elefante”. Básicamente, viene a decir que la mente está divida en dos partes, un jinete (procesos controlados) y un elefante (procesos automáticos). La intuición (el elefante) viene primero y es la principal causa del juicio moral, y el razonamiento estratégico (el jinete) sucede a ese juicio para construir justificaciones post hoc.
Reconozco que este modelo mental me ha resultado muy similar al de los dos sistemas propuesto por Kahneman.
Aplicación práctica: Si desean cambiar la opinión de alguien sobre un problema moral o político, lo primero que tienen que hacer es hablar con el elefante. Si les piden a la personas que crean algo que trasgrede sus intuiciones, estas dedicaran sus esfuerzos a encontrar una razón para dudar de vuestro argumento.
La moralidad es mucho más que justo e injusto.
En este capítulo nos describe la moralidad como la combinación de cinco (o seis) fundamentos (Teoría de los Fundamentos):
- Cuidado / Daño: Nos hace sensibles a los signos de sufrimiento y necesidad.
- Equidad / Engaño: Nos hace querer rechazar o castigar a los tramposos.
- Lealtad / Traición: Nos hace querer herir, aislar o incluso matar a quienes traicionan a nosotros o a nuestro grupo.
- Autoridad / Subversión: Nos hace sensibles a los signos de rango o estatus.
- Santidad / Degradación: Permite conferir a objetos valores irracionales y extremos, que son importantes para mantener unidos a los grupos.
Me ha llamado la atención como expone y justifica que la moralidad de la izquierda (demócratas) sólo activa dos fundamentos / receptores del “gusto” (Cuidado y Equidad), mientras que la moralidad de la derecha (republicanos) involucra un paladar más amplio, que incluye Lealtad, Autoridad y Santidad.
La moralidad une y ciega.
Resumiendo, en este capítulo defiende que la selección natural funciona en dos niveles: a nivel individual y a nivel grupal (la colmena). Quizás es el capítulo que más me ha sorprendido, por lo que les dejo algunas ideas interesantes.
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Sobre el liderazgo (y la psicología de la colmena): Liderazgo transaccional, motivar a los empleados “egoístas” a actuar de la manera que la empresa desea, frente a liderazgo transformacional, el cual aprovecha nuestra naturaleza de colmena que puede activar el orgullo, la lealtad y el entusiasmo entre sus empleados. Estas características del liderazgo transformacional generan más capital social: los lazos de confianza ayudan a los empleados a trabajar a un coste menor que los empleados de otras empresas. Por ello, es beneficioso crear entornos que deslicen los controladores un poco más cerca de la posición de la colmena.
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El fascismo es la psicología de la colmena llevada a términos grotescos.
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Sobre la felicidad: Los seres humanos somos criaturas condicionales de la colmena, somos 90% chimpancé y 10% abeja: tenemos la capacidad (en circunstancias especiales) de transcender el interés propio en algo más grande que nosotros mismos, llamando a esta habilidad el interruptor de la colmena. Alcanzamos nuestras mayores alegrías en eses breves momentos de tránsito al mundo sagrado, en los que nos convertimos en una parte del todo. Identifica ese interruptor de la colmena a esos momentos en los que hacemos algo al unisono con un grupo de gente o nos encontramos en medio de la inmensidad de la naturaleza.
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Sobre la religión: Las prácticas rituales que los nuevos ateos destacan como costosas, ineficientes e irracionales resultan ser una solución a uno de los problemas que enfrentan los humanos: la cooperación sin parentesco. Los dioses y las religiones, en suma, son adaptaciones a nivel grupal para producir cohesión y confianza.
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Sobre la política: La genética explica entre un tercio y la mitad de la variabilidad entre las personas en relación con sus actitudes políticas. Ser educado en un hogar liberal o conservador representa mucho menos. En cualquier caso, lo innato (los genes), no significa no maleable, sino organizado con antelación a la experiencia; los genes guían la construcción del cerebro en el útero pero es sólo el primer borrador, el cual es revisado por las experiencias.
El libro está escrito con precisión y claridad. Aunque es ameno, la lectura requiere concentración y recomendaría leerlo pausadamente. Quizás el capítulo introductorio puede atascarse, considérenlo como una especie de “prueba”, si la pasan, están preparados para su lectura.
Espero que les guste.
Un saludo y muchas gracias.
Tiberio