La luz tenue se desliza por el salón, en este amanecer gris en el Levante valenciano. Valencia es famosa por la luz de Sorolla, algo fácilmente distinguible cuando has estado toda la semana fuera, y vuelves a pisar el aeropuerto. Sin embargo, no siempre es así, y en días como hoy, flota en el ambiente una suave nostalgia, que uno no acaba de entender muy bien de donde viene.
Llevo algunos días preparando la charla a la que amablemente me invitó Josan, y durante todo este tiempo, he tratado de condensar algunas certezas en este maravilloso remanso de incertidumbre, como es la inversión. El resultado es bastante pobre, y la razón es que mi sensación al pensar en el conocimiento del mundo inversor, es que es una fiesta a la que normalmente no querrías haber ido, y cuando llegas te lo pasas fenomenal. Sin embargo te apuntas a la siguiente, y es un desastre absoluto. Y no porque el resultado sea malo, pues realmente disfrutas mucho, sino porque la palabra contraintuitivo es el cemento con el que se construye, y el éxito y el fracaso, se esconden por lo general en los lugares donde menos pensabas.
Un entorno en continua evolución, en el que las certezas, cuando se consolidan, se pudren y se convierten en falacias. Un mundo donde las mentiras, se camuflan con gran éxito dentro de medias verdades. Un ecosistema, donde es tremendamente fácil abusar de otros, por el mero hecho de haber llegado un poco antes a la ruta.
De algún modo, todo esto me recordaba a la casa de Stranger things, donde dos realidades paralelas convivían. El mundo en el que habitamos, y su realidad alternativa, donde los peligros se multiplicaban de manera exponencial, y donde las reglas que todo el mundo conoce no sirven para nada.
Dado que estas realidades alternativas son complejas de explicar, veamos algunas imágenes y pasajes, que quizá nos aporten algo de luz, o quizá no.
La Reina Roja.
[…] Pero, precisamente en este momento, sin saber muy bien cómo, empezaron a correr desaladas. Alicia nunca pudo explicarse, pensándolo luego, cómo fue que empezó aquella carrera; todo lo que recordaba era que corrían cogidas de la mano y de que la Reina corría tan velozmente, que eso era lo único que podía hacer Alicia para no separarse de ella; y aún así la Reina no hacía más que jalearla gritándole:
-¡Más rápido, más rápido!.
Y, aunque Alicia sentía que simplemente no podia correr más velozmente, le faltaba el aliento para decírselo.
Lo más curioso de todo es que los árboles y otros objetos que estaban alrededor de ellas nunca
variaban de lugar: por más rápido que corrieran nunca lograban pasar un solo objeto.
-¿Será que todas las cosas se mueven con nosotras? -se preguntó la desconcertada Alicia.
Y la Reina pareció leerle el pensamiento, pues le gritó:
-¡Más rápido! ¡No trates de hablar!
Y no es que Alicia estuviese como para intentarlo, sentía como si no fuera a poder hablar nunca más en toda su vida, tan sin aliento se sentía. Y aún así la Reina continuaba jaleándola: -¡Más! ¡Más rápido!- y la arrastraba en volandas.
-¿Estamos llegando ya?- se las arregló al fin Alicia para preguntar.
-¿Llegando ya?- repitió la Reina-. ¡Pero si ya lo hemos dejado atrás hace más de diez minutos! ¡Más rápido!- y continuaron corriendo durante algún rato más, en silencio y a tal velocidad que el aire le silbaba a Alicia en los oídos y parecía querer arrancarle todos los pelos de la cabeza, o así al menos le pareció a Alicia.
-¡Ahora, ahora! -gritó la Reina-. ¡Más rápido, más rápido!
Y fueron tan rápido que al final parecía como si estuviesen deslizándose por los aires, sin apenas tocar el suelo con los pies; hasta que de pronto, cuando Alicia ya creía que no iba a poder más, pararon y se encontró sentada en el suelo, mareada y casi sin poder respirar.
[…]
Esa sensación de que debes correr mucho, simplemente para mantenerte en el mismo sitio, es algo que he experimentado en diversas áreas de mi vida, y que se acentúa especialmente cuando te mueves en entornos extremadamente competitivos. En un lugar donde las leyes de Darwin son especialmente intensas, esto se convierte en el abc.
Darwin, y el maravilloso y cruel juego de la selección natural.
Existen organismos que se reproducen y la progenie hereda características de sus progenitores, existen variaciones de características si el medio ambiente no admite a todos los miembros de una población en crecimiento. Entonces aquellos miembros de la población con características menos adaptadas (según lo determine su medio ambiente) morirán con mayor probabilidad. Entonces aquellos miembros con características mejor adaptadas sobrevivirán más probablemente.
Darwin, El origen de las especies
Hay algo fascinante en todos aquellos que no reniegan de la crueldad del mundo. La civilización del ser humano, ha inoculado ciertas creencias que nos ayudan a domar nuestra parte reptiliana del cerebro.Como todos los modelos que son útiles, se ha perpetuado gracias a que todos coincidimos que es mejor mantener contenida la violencia, en lugar de abrirle la cabeza a quien te ha agraviado o dar rienda suelta a nuestros instintos más básicos.
Que la mona se vista de seda, no significa que debajo de las leyes y convenciones sociales, todavía lata con fuerza esa naturaleza salvaje del hombre y del mundo.
De cien personas que decidan empezar a invertir ahora, sólo un pequeño porcentaje tendrá mucho éxito, otro porcentaje un poco mayor, cumplirá unos objetivos razonables, y una amplia mayoría será brutalmente despedazada, para poder mantener la cadena trófica.
Llámenme cínico o hipócrita si así lo desean, pero realmente para mi es este un mal necesario. De todos los que empiecen hoy mismo a practicar deporte, una gran parte se va a lesionar, y no por ello podemos decirles que no empiecen. Digamos que son las reglas del juego. Nadie te pide que juegues, pero si lo haces, debes conocerlas y tomar responsabilidad sobre las mismas.
La importancia del dolor.
He visto el horror… horrores que tú no has visto. Pero no tienes el derecho a llamarme asesino. Tienes derecho a matarme. Tienes derecho a hacerlo… pero no tienes derecho a juzgarme. Es imposible describir el horror en palabras a aquellos que no saben lo que verdaderamente significa. Horror, horror. El horror tiene una cara… y tú debes hacer del horror tu amigo. Horror y terror mortal son tus amigos. Si ellos no lo son, entonces son tus enemigos, a los que debes temer. Son en verdad tus enemigos.
Coronel Kurtz en Apocalypsis now
Es complicado explicarle estas palabras a alguien que empieza, pero alguien que lleve ya un tiempo, creo que se sentirá bastante reflejado con lo que dice el Coronel. Este tipo de conocimiento es básicamente vivencial. Si no lo has vivido, te sonará a chino, y nada de lo que te digan podrá hacértelo entender.
La Arcadia feliz.
A menudo, los que llevamos un tiempo invirtiendo (y disfrutando de mercados alcistas), tenemos la tentación de contrarrestar a la opinión generalizada de que la bolsa es un casino, y narramos situaciones que si bien suceden puntualmente, no son más que una parte de la historia.
Los mercados son la mejor forma de mantener el poder adquisitivo, la inflación es tu enemigo, es posible invertir de manera indolora simplemente indexándose…y un largo compendio de medias verdades, que transmiten al novicio esa sensación de que un futuro brillante, no sólo es altamente probable, sino que es una certeza.
Ni que decir tiene que la única certeza es que antes o después, llegarán los llantos y el crujir de dientes.
Sobreviviendo al campo de concentración.
“El que tiene un porqué para vivir, puede soportar casi cualquier cómo.”
“No hay nada en el mundo que capacite tanto a una persona para sobreponerse a las dificultades externas y a las limitaciones internas, como la consciencia de tener una tarea en la vida .”
Viktor Frankl. El hombre en busca de sentido
Dicho todo lo anterior. Invertir es peor que atravesar el infierno de Dante. Pero… ¿hay luz al final del tunel?
En mi experiencia vital, Camilo José Cela, tenía razón cuando decía aquello de “En España, el que resiste gana”. Generalmente, la vida va de resistir. En tu empleo, con tu familia, haciendo deporte…cualquier cosa que valga la pena, supondrá un dolor de geometría variable. Los más inteligentes y fuertes a menudo no son los que sobreviven. Lo hacen aquellos que tienen un sentido por el que hacerlo.
Viktor Frankl lo vivió en sus propias carnes.
Si no tienes la convicción real e interiorizada de que vas a atravesar las procelosas aguas del sufrimiento, y que sin menoscabo del resultado, lo vas a hacer igual, lo tienes complicado. De nuestra muestra de cien individuos, estoy casi convencido que no tendrán un éxito especialmente relevante a largo plazo más que aquellos que realmente hayan alineado la inversión como una forma de vida, y que no contemplen su vida sin la misma. Y cuidado, que esto tampoco será una condición sine qua none.
Terminando…¿Con un panorama así, vale la pena invertir?
Merece la pena igual que merece la pena montar un negocio, crear una familia, o hacer cualquier cosa que realmente quieras hacer y estés dispuesto/a a pagar el precio por ello. No es fácil, no es indoloro, pero por lo general, si has hecho las cosas medianamente bien, y conservas unas expectativas razonables, es muy fácil que cuando eches la vista atrás, aquellos años de lucha hayan sido los mejores de tu vida, que decía Freud. Como siempre, no hay una respuesta única, y cada persona será un mundo. En mi caso, la respuesta es un si rotundo.
Despedida del Dalai Lama.
La mayoría de nuestros problemas tienen su origen en el apego a cosas que erróneamente creemos permanentes.
Juzga tu éxito por lo que tuviste que renunciar para conseguirlo.
Recuerda que no conseguir lo que quieres a veces significa un maravilloso golpe de suerte.
Estas ya darían para otro post entero, de modo que mejor se las dejo para que reflexionen ustedes mismos, que ya saben que no me gusta dar consejos, pero disfruto pensando que de un modo u otro, quizá haya forzado a alguien a pensar de un modo diferente.
Disfruten del Domingo…y de la luz tenue.