Louis Pasteur dijo que la suerte sólo favorecía a las mentes preparadas, Puede ser, pero quiten el adverbio, de vez en cuando el mercado se apiada de inversores que, como el que les escribe, fueron amantes de inversiones en turnarounds, eludiendo la primera regla de Buffett, la de no perder dinero. En tan sólo 2 días de mercado la cotización de Kodak (KODK) ha subido de los 2 a los 33 dólares (admitan el redondeo). El rango a 52 semanas es 1,5/60 y en el intradía del 29 de julio, de 17,5/60. Con respecto al cierre del día 28, la empresa llegó a revalorizarse un 600%.
¿Y esa subida? Pues miren, al parecer Kodak Pharmaceuticals ha recibido una especie de licencia, una carta de interés de la Corporación Financiera del Desarrollo industrial de los EEUU, con un crédito asociado de 750 millones de dólares, para desarrollar fármacos escasos y estratégicos de posible utilidad, o necesarios, para controlar el COVID-19.
No piensen que voy a presumir de mi twenty bagger (x20) en sólo dos días; podría hacerlo si no hubiera comprado esas mismas acciones en 2014 a 24 dólares (-x15 abajo) y si esa subida no fuera fruto de Lakshmi, la diosa india de la fortuna. Una revalorización así no la consiguen fácilmente ni empresas tan “punteras” como NIKOLA motors, que alcanzaron los 30 mil millones con la promesa de fabricar camiones eléctricos con una tecnología todavía no desarrollada.
Recuerdo perfectamente como en la burbuja de las compañías de internet del 2000, empresas que vendían zapatos cuadruplicaban su capitalización tan sólo por añadir la coletilla “.com”. Pienso que otros dos de mis turnarounds –eternos y moribundos-, el banco griego Eurobank y Blackberry, harían bien en poner la coletilla de “Pharmaceuticals” .
Inmediatamente después de dar la orden de venta de Kodak, no pude reprimir mi curiosidad y consulté la cotización de GILEAD, con la esperanza de que si una nueva empresa farmacéutica -que tiene que empezar a desarrollar, producir y obtener beneficios con la venta de fármacos- multiplicaba x20 su cotización, otras farmacéuticas ya consolidadas, habrían por lo menos doblado el precio. Pues no, Gilead bajó un 1%. ¡Que alguien me lo explique, por favor! Quizá la explicación esté en el Síndrome FOMO. Permítanme que extraiga el párrafo textualmente de la Wikipedia:
“FOMO (del inglés fear of missing out , «temor a dejar pasar» o «temor a perderse algo») es una patología psicológica descrita como «una aprensión generalizada de que otros podrían estar teniendo experiencias gratificantes de las cuales uno está ausente». Este tipo de ansiedad social se caracteriza por «un deseo de estar continuamente conectado con lo que otros están haciendo». FOMO también se define como un miedo al arrepentimiento, que puede llevar a una preocupación compulsiva de que uno pueda perder una oportunidad de interacción social, una experiencia novedosa, una inversión rentable u otros eventos satisfactorios”.
Buen verano, mucha suerte y buena salud a todos.