En realidad, quienes tienen unos sesgos distintos a los nuestros no son ni estúpidos ni malvados. Incluso podría ser que se acercaran más a la verdad que nosotros con los nuestros.
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En realidad, quienes tienen unos sesgos distintos a los nuestros no son ni estúpidos ni malvados. Incluso podría ser que se acercaran más a la verdad que nosotros con los nuestros.