Elegía

El problema está en como establecer una línea clara de separación entre el debate económico y el debate político, para permitir lo primero y no lo segundo.

A medida que uno va profundizando más en según que debates se da cuenta que bajo las premisas iniciales siempre suele haber una raiz ideológica que es tan evidente para unos como falaz para otros.
Vamos que uno empiza un intento de análisis objetivo y termina considerando objetivos vitales, prioridad de los mismos y/o visiones de la vida.

Yo no tengo claro cual es el punto bajo el cual permitir según que debates que pueden entrar en ámbitos ya más personales y cuando no. Fíjense el tema de los objetivos bajo los cuales guiar nuestra inversión, hay quien se quiere forrar, hay quien busca la independencia finaciera, hay quien busca un uso racional de su dinero, hay quien se lo toma como un juego con el que divertirse y hay quien busca otras cosas.

Viendo los debates encarnizados que hay en otros sitios sobre este tema, uno se preguntaría si es buena o mala idea permitir este tipo de reflexiones. Sin embargo aquí en +D está llena precisamente de grandes reflexiones sobre el tema que incluso uno puede disfrutar teniendo unos objetivos distintos.

Al final la cuestión es no convertir algo en excesivamente personal cuando uno debería intentar ser capaz de mantener cierta objetividad. Si lo convertimos en personal precisamente es que estamos perdiendo la capacidad de análisis crítico.

Yo soy el primero que a veces me he salido de madre sobre algún tema y he tenido luego que rectificar y esperar que el destrozo no fuera excesivo. Pero no creo que sea válida la opción de vetar a la mínima cualquier tema por poder herir ciertas sensibilidades.

Si así fuera no se podría hablar ni de productos de inversión, ni de estrategias ni de casi nada, porque siempre habría alguien que se sentiría molesto por la mínima crítica sobre ello.
Si alguien ha visto o leído El Nombre de la Rosa, parte de la trama precisamente va sobre la risa y hasta que punto es razonable reirse de algo como la religión, no para burlarse de los demás, sino como mecanismo para incentivar cierta capacidad de autocrítica.

Vamos espero que en +D los escritos políticos brillen por su ausencia, pero no se hasta que punto consideraría el escrito de @CharlesLogan como mucho más político que muchas otras opiniones vertidas en según que otros hilos. Más bien lo considero un gran ejercicio de sarcasmo y de ironía y de una muestra de su capacidad para destapar debilidades que otros intentan mantener bien escondidas.

Les dejo una de sus perlas: The ecstasy of gold

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Es difícil mejorar la respuesta dada por @agenjordi . Generalmente hay temas que se sabe por experiencia que pueden generar debates incómodos, siendo la política uno de ellos.

El texto de @CharlesLogan solo puede entenderse en su verdadera magnitud cuando uno conoce al autor, su brillantez, su fino sentido del humor y su capacidad para sacar de la zona de comfort al lector para hacerle considerar puntos de vista distintos.

Entiendo que para una parte de la Comunidad pueda no ser cómodo, pero creo que a veces hay que ser capaces de ver más allá y valorar como un regalo la suerte de que alguien como @CharlesLogan invierta parte de su tiempo en compartirlo con los demás.
Créanme, que es todo un lujo.

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Se pueden tratar temas políticos prescindiendo de la ideología, tal como ha llevado a cabo brillantemente el autor de este texto. Al fin y al cabo es posible analizar hechos que nos afectan a todos sin necesidad de enfangarse como si fuéramos protagonistas del típico debate propio de la telebasura.

Además creo que no hay nada más sano para una sociedad democrática que meditar sobre lo que nuestros políticos predican y lo que luego hacen de manera particular. O las medidas que “prometen” llevar a cabo y lo que terminan haciendo. Siempre desde el respeto y la educación en las formas.

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Las ideas no se respetan, se debaten, discuten y argumentan. Tampoco las personas se respetan por su condición de persona. Hay ideas y personas que no son respetables. Un tema distinto son los modales y la educación en el trato y el lenguaje. Pero el respeto implica sometimiento, reconocimiento y acatamiento… y silencio. De hecho, apelar al comodín “respeto”, es el último recurso al que recurre una persona cuando trata de imponerse y terminar con un debate cuando la vía argumentativa se ha agotado

En segundo lugar, como bien comenta @agenjordi , querer separar el análisis de la economía del análisis de la política es una ilusión. No se entienden la una sin la otra. Los grandes tratados sobre economía, desde Adam Smith, pasando Ricardo, Marx, Mises o Keynes son también tratados de política, con un gran componente ideológico. Son indisociables.

El modelo productivo español actual centrado en el sector servicios no se entiende sin el desmantelamiento de su industria en los años 80 bajo el mandato de Felipe González, en lo que se llamó “proceso de reconversión industrial”, con la venta de empresas públicas a capital privado extranjero, dentro del marco de su entrada en la CEE (hay que tener en cuenta que a mediados de los años 70, España era la décima potencia mundial industrial). El acuerdo no tácito era el de convertir a España en un país especializado en el sector terciario y mano de obra barata en el marco de la división de trabajo europea. Las repercusiones de esta decisión política son de tal calado que aún hoy el país está sufriendo sus consecuencias a nivel económico.

En tercer lugar, el análisis de la política no puede no ser personalista desde el momento en que las ideas no tienen la capacidad de autoconstruirse y son las personas quienes las promueven y llevan a cabo. Y más en un régimen partitocrático como el español en el que se vota a un cabeza de lista que puede hacer y deshacer a su antojo, y en el que los diputados están obligados a seguir la disciplina de partido en las votaciones parlamentarias.

En cuarto lugar, la economía tampoco es inmune a las ideologías. Las medidas fiscales o el modelo productivo no serán los mismos si quién los pone en práctica tiene ideas liberales o socialistas, o si es nacionalista o internacionalista.
En España tenemos una partida del presupuesto estatal dedicada a financiar un ministerio cuya base es estrictamente ideológica, como es el ministerio de igualdad. Desde el momento en que admitimos que política y economía son dos caras de la misma moneda, las ideologías políticas tienen que entrar en el análisis económico.
Tampoco a escala microeconómica y en la inversión se es inmune. Ahí tienen los criterios ESG, un concepto totalmente abstracto, sumergido en ideología, que afecta a empresas y sectores.

Uno puede si quiere obviar el tema, pero no hará que desaparezca.

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Con las ideas se pueden hacer muchas cosas, pero se entiende que en una sociedad avanzada y libre lo que no se debe hacer es imponer ideas.
Partiendo de esa premisa , y partiendo de la idea que la sociedad es diversa, si uno no debe imponer sus ideas, tendrá que aceptar que los demás tengan ideas diferentes aunque uno crea que sean equivocadas y / o perjudiciales para los intereses propios
Eso no es someterse a las ideas del otro. No estamos hablando del respeto a un superior, pongamos el caso de una jerarquía , si no como un sinónimo de aceptación a lo diferente.
Respeto de igual a igual, sosteniendo la mirada…

Teniendo todo esto en cuenta y sabiendo que el ser humano es un ser social que necesita organizarse politicamente, se tendrán que buscar reglas de convivencia.
En esta era mayoritariamente se considera que las reglas de convivencia mas avanzadas son las democráticas de voto universal.

Cuando las ideas son tan contrapuestas, política y económicamente hablando, cuando la sociedad mayoritariamente va contra tus intereses, habrá que respetar (someterse a la mayoria) sin dejar de tener tus ideas y convencer para vencer.

El problema es que ultimamente, en todo el mundo existe la tendencia a desacreditar o atacar en lo personal a aquel que encarna las ideas contrarias , dados los perjuicios que eso puede suponernos en lo personal.

El desacuerdo lleva a veces al odio, el odio a la ira y la ira al conflicto grave.

El respeto y la aceptación a la perdida lleva el odio al desacuerdo y a la convivencia

El insulto y el ataque personal lleva el desacuerdo al odio.

Entiendo que esto no es contrario a la idea que no todas las ideas o personas merecen respeto, pero esto suele ocurrir cuando esas personas o ideas pretenden imponer, someter, o ir en contra de todo lo escrito anteriormente.

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No sé si esto viene a colación de la utilización que he hecho en mi comentario anterior de la palabra respeto. Por si fuera así, quería matizar que cuando mencionaba el respeto, lo hacia en alusión al respeto que siento por este foro. Por lo demás comparto y sintonizo con su comentario, de hecho no siento ningún respeto hacia una persona como el protagonista de este hilo (el que ha pasado por la peluquería) ni por sus postulados.

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Estoy totalmente de acuerdo con lo que Ud. menciona aquí, y con muchas partes de su texto, pero ésta en particular me tiene preocupado en los últimos tiempos.

El texto de @CharlesLogan me ha gustado mucho, no sólo por el enfoque que le ha dado, sino porque me ha parecido de muy buen gusto.

Sin sentirme representado por el Sr. Pablo Iglesias, reconozco que me siento incómodo cuando oigo cómo se le llama (en las primeras respuestas aparece). Lo mismo me pasa cuando oigo cosas similares sobre otros políticos. Y el problema de fondo, creo, es que se está sustituyendo los discusión política por meros insultos, descalificaciones…

Lo hemos visto en las últimas elecciones de Madrid, el debate ideológico ha brillado por su ausencia, no sólo entre los propios candidatos, sino entre la población en general.

Por último, me reconforta ver que el tono de este hilo no ha seguido el de las primeras respuestas. Creo firmemente que esta comunidad de MasDividendos se está haciendo madura. Enhorabuena señores.

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Sin que ello agrave mi sesgo de confirmación, cosa que siempre sucede cuando leo algo que me gusta, opino igual que Ud., es más, no puedo expresarlo mejor.

Sin entrar en política, hoy más sentimiento y emoción que nunca, moviéndonos sobre ciertos comportamientos sociales, existen ideas y personas que no merecen el más mínimo respeto: quien defiende o justifica la pederastia, la ablación, el esclavismo, el racismo ……………………. no cabe el dialogo, el intercambio de opiniones, sencillamente, esa persona y sus ideas no me merecen el más mínimo respeto, sin perjuicio de un comportamiento educado, no es signo de debilidad, y una despedida definitiva en el trato.

Como leí por ahí, no recuerdo donde ni a quien, el relativismo ideológico y la imbecilidad intelectual son dos vasos comunicantes.

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Su opinión de la reconversión Española, que fue tanto del sector secundario, como del primario, me aparece se aleja de la realidad histórica:

Cuando Boyer es ministro España llevaba un crecimiento negativo (-0,7%. siete años), por otra parte su paro ya era alto más del 16%, la inflación le iba a la zaga 14%. Las grandes empresas industriales perdían dinero a raudales y tenían una capacidad productiva que no tenía salida, ni era competitiva, eran tecnologías anticuadas.

Desde la muerte de Franco al ´85 desaparecieron un poco más del 50% de los bancos españoles (56).

En sus memorias Calvo Sotelo, dice que sabía que Rumasa, otros 18 bancos, estaba con sus 300 empresas a punto de quebrar.

Y hay muchas fuentes para dejar de pensar en que fue innecesario:
Una fuente
Muchos datos cuantitativos
Wiki, más bibliografia y datos

Si lo hizo Felipe González, fue porque el anterior gobierno no tenía el “respeto social” que requerían esas medidas.
Por cierto que al finalizar el mandato del Sr. González <<el paro ascendía al 23%, el déficit público al 6,7% del PIB y la deuda al 70%, los valores más altos de nuestra historia. Y como guinda del pastel, la Seguridad Social estaba en quiebra y los intereses al 20%>>, dudosamente se puede aplaudir esos tratamientos que dejan al enfermo “hecho polvo”.
El Confidencial, crítica a los gobiernos y sus gestiones de la economía.

En España tenemos una partida del presupuesto estatal dedicada a financiar un ministerio cuya base es estrictamente ideológica, como es el ministerio de igualdad.
(https://maldita.es/malditobulo/20201124/irene-montero-unica-ministra-igualdad-union-europea-reunion-ministros/)
Cierto que su “funcionamiento” será distinto dependiendo del signo/partido que gobierne.

Totalmente de acuerdo en la idea de que cada diputado o senador, piense decida y se moje frente a cada decisión y sea valorado por él, no por un partido de cabeza única.

¡Ah! El personaje al que se despide en el inicio me merece poco aprecio, sus opiniones o ideas si me merecen “ser miradas, atendidas o consideradas”, que es una de las 8 acepciones de la palabra respeto.

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Como es habitual siempre que se tocan temas políticos, el debate levanta pasiones que ni la Jurado en sus mejores actuaciones, pero no por apasionados que sean dichos debates significa que haya que evitarlos. Discutir con educación, respeto y caballerosidad deben ser cualidades transversales, como la admiración por un buen pincho de tortilla.

Por lo que respecta al Sr. Pablo Iglesias, les diré que es un hombre que me queda bastante lejos en cuanto a ideología política pero que cuando no se viste de político me gusta mucho escuchar. A mi juicio, intelectualmente le da mil vueltas a los líderes de los otros partidos -Sánchez, Casado, Arrimadas, Abascal- y si tuviera que elegir a alguien para ir a tomar el pincho mencionado en el párrafo anterior, sería con él. Otra historia es que mis intereses o ideas estén mejor defendidas y representadas por los demás políticos. Asimismo, los que nos situamos en el espectro derecho de la política, quizá deberíamos agradecer a Pablo Iglesias todas las incongruencias y acciones que tanto le hemos criticado porque gracias a ello hoy Podemos no es ni la la sombra de la amenaza que fue. No hace tanto tiempo, con la crisis del euro, la victoria de Syriza en Grecia, el 15-M del que hoy se cumple un año, etc, nos mirábamos a Podemos y compañía no con desdén ni esta superioridad que hoy nos gastamos con ellos sino con pavor que alcanzaran el poder, incluso se habló durante un tiempo de sorpasso al PSOE. El país estaba gobernado por un PP que única y exclusivamente se dedicaba a hacer de contable sin construir un discurso y unos valores con lo que los ciudadanos pudieran sentirse identificados más allá del Excel, de ahí que me huelo que algunos poderes económicos y altas esferas tuvieran que rescatar a toda prisa un partido como Ciudadanos, en aquel entonces esencialmente radicado -y tampoco mucho- en Cataluña, y en horas bajas pero con un líder que vestía y olía bien para ofrecer algo de ilusión a los españoles desesperanzados y cansados que no querían o no habían sucumbido aún a los cantos de sirena de la izquierda radical.

Volviendo al Sr. Iglesias, aunque antes he dicho que intelectualmente es un hombre con la cabeza bien amueblada, políticamente no ha sido muy inteligente. No al menos desde aquella noche en que irrumpió consiguiendo representación en el parlamento europeo mientras media España se preguntaba de dónde había salido ese tío. Pasó de denunciar y ocuparse de temas que preocupaban e indignaban a muchos ciudadanos (otra cosa es que las soluciones propuestas a dichos problemas fueran buenas o malas, o la demagogia que gastaba en ellos) a simplemente intentar colocar a los suyos y él mismo en tantos puestos de poder e instituciones como fuera posible sin pasar casi nunca a efectuar ningún cambio real o tomarse muy en serio la política, para limitarse a la política espectáculo y al simbolismo, no sin antes ceder a todas las chorradas del posmodernismo progre que lo alejan de la gente a la que supuestamente aspira a representar. Ahora son las niñes y todes pero para mí cambiar el nombre de un partido como “Podemos”, seco, contundente, directo y fácil de recordar por todos, por el de “Unidas Podemos” ya fue bastante significativo que ya sólo mantenía el contacto con la clase obrera por los documentales de “Callejeros”. Abro paréntesis: “Callejeros” es pura pornografía de la pobreza, exhibicionismo del desdentado y el gitano pobre pero alegre. A veces me he quedado enganchado viendo el programa, pero luego como ser humano me siento peor. Cierro paréntesis.

Pablo Iglesias ha sido un inversor a corto plazo y le ha salido bien, como el que metió cien mil euros la criptomoneda del perro y ha alcanzado la IF, pero me temo que no ha aportado nada a quienes quería representar. La gente trabajadora entiende que la familia es lo primero, pero meter a tu novia de ministra quizá es demasiado; la gente trabajadora viste informal porque en su vida no tienen muchas ocasiones que les exijan etiqueta, pero saben perfectamente que un Ministro no puede ir en tejanos y camisa de cuadros y ser tomado en serio; la gente trabajadora entiende perfectamente que si te ganas bien la vida quieras salir de tu piso pequeño de Vallecas y mudarte a un sitio mejor, pero de ahí a saltar directamente al chalé de Galapagar quizá sea un poco excesivo.

Nunca sabremos del todo si Pablo Iglesias pretendía realmente ayudar a la gente o simplemente ha sido un aprovechado. En cualquier caso a él le ha salido bien la jugada, al menos a nivel patrimonial, y dejando el partido como lo ha dejado, los que no pensamos como él, también podemos estar contentos ya que con su retirada respiramos más aliviados que ayer. Creo que todos hemos ganado. Le deseo mucha suerte en la vida.

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Cierto también, pero aquí hay que matizar, eso lo hacen los que poseen un suficiente intelecto. El resto, mucho más habitual, recurren al insulto antes de dar por zanjado el asunto.

Y aquí surge un problema psicológico y psiquiátrico de mucha enjundia. Un servidor, experto en ambas ciencias (aporto como prueba la subscripción a la revista Mas Allá), es contrario a todas las teorías sobre la consistencia intelectual del insulto que defienden mis colegas, a diferencia de ellos soy de la opinión que el insulto es una prueba más, entre otras muchas, que quien ejercita el insulto tiene muchas posibilidades de ser tonto, es una pista a considerar.

Y es que mantener una simple conversación es un acto de gran dificultad, de las tareas más complejas que existen, me rio yo del pisto que se tiran los de caminos cuando diseñan una presa.

Has de explicar tu mensaje, tener las ideas claras, buscar las palabras, verbalizarlo leyendo de tu biblioteca, todo ello con el correspondiente teatro. Es complejo, muy complejo. Y ahora se incrementa la dificultad interviniendo otra acción, la respuesta, que has de analizar, comprender, reiniciando el primer proceso, pero agravado: has de decir lo que piensas y, adicionar el porqué consideras que el contrario está equivocado o que puntos mejorar. Y tiene toda la pinta de durar rato, a más rato incremento por acumulación del trabajo. Es cansado, muy cansado. Y si tienes por contrario a un tipo con luces, ándate con cuidado. Insisto, complejo, muy pero que muy complejo.

Cuando se llega a un estado de agotamiento, o no, unos más rápidos que otros, que en esto hay de todos los caracteres, se recurre de inmediato al insulto. Se comprime todo lo anterior en una sola palabra, el insulto, y se ahorra uno un esfuerzo mental que puede ser necesario para otros menesteres. Y si estamos de acuerdo que recurrir al insulto es por vaguedad mental, dicha vaguedad es uno de los inputs, son necesarios otros, del concepto de tonto comúnmente más admitido (es necesario utilizar lo que conocemos por un tonto medio dada las múltiples variantes de tipos).

Mis colegas no comparten mi opinión y realizan una férrea oposición, opinan que es un acto de mera negatividad en la libertad personal, como le digo, es incomprensible, yo siempre les insulto, es que no los soporto, eso si, utilizo el insulto compuesto de más de una palabra, más complejo y elaborado, con graciosas referencias a sus familiares más cercanos o, si se tercia, a su condición sexual. Lo que le digo, es incomprensible.

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Estimado @SirHall, me va a permitir que le haga alguna apreciación a su comentario, con el ánimo de dar mi opinión al respecto de alguna de las afirmaciones que en él hace:

Nada que objetar al respecto, fundamentalmente porque según tengo entendido el título universitario que el señor Iglesias lo logró en base a su valía académica (a diferencia de lo que ocurre con algunos de los políticos que usted menciona). Desgraciadamente, esto no lo considero un mérito del señor Iglesias, sino un demérito del sistema político español, que acaba encumbrando al liderazgo a personas poco cualificadas para la gestión nada más y nada menos que de un país (siempre me ha maravillado que para cualquier plaza de empleo público, por insignificante que sea, se requiere algún tipo de cualificación académica, y en cambio para ponerse al mando de todos estos empleados públicos a los políticos no se les demande ningún tipo de estudio, ni de experiencia profesional, … nada, absolutamente nada).

Permítame que vuelva a discrepar, pero creo que usted generaliza. A mí personalmente me parece un personaje políticamente muy inteligente, pues fue capaz de crear un partido de la nada y llevarlo a ser la tercera fuerza política del país con 69 diputados, y después, pese a las sucesivas debacles electorales, a llegar al gobierno y convertirse él mismo en vicepresidente del gobierno, a colocar a su mujer en un ministerio creado ex profeso para este propósito, a entrar en la comisión de secretos oficiales pese a que la legislación vigente no lo permitía, a controlar la televisión pública, … otra cosa es que todo este proceso (especialmente desde que llegaron a los 69 diputados), en realidad haya sido un camino hacia la autodestrucción de todo lo que habían conseguido hasta entonces, pero me temo que en ese camino los intereses del señor Iglesias y los de Podemos dejaron de ser los mismos.

Quizá sea una cuestión semántica, pero me parece más apropiado el término especulador que el de inversor a corto plazo. Y todavía me parecería más adecuado el de hipócrita: Que finge una cualidad, sentimiento, virtud u opinión que no tiene. Y es que, bajo mi punto de vista, este es el gran debe del personaje. Uno puede tener las ideas que quiera, pero debe ser consecuente con ellas. Evidentemente, el señor Iglesias se diferencia del señor Sánchez en que no es marxista (entiéndase marxista como seguidor del gran Groucho; “estos son mis principios, pero si no les gustan tengo otros”), pero desde luego que los principios que predica en sus discursos no son los mismos que luego lleva a la práctica con sus actos. Y esto deslegitima a cualquier persona honrada. Nada que ver con otros personajes que preconizaban en España ideas parecidas a las de Iglesias, como don Julio Anguita, que podrían estar más o menos acertados, podríamos estar más o menos de acuerdo con ellas, pero que sí merecían nuestro respeto porque quien las pregonaba luego era consecuente con ellas.
No obstante, como se suele decir, se puede engañar a mucha gente durante poco tiempo, se puede engañar durante mucho tiempo a poca gente, pero es muy difícil engañar durante mucho tiempo a mucha gente. Y me da a mí que esto es lo que le ha ocurrido a nuestro personaje, aunque mucho me temo que aunque se ha cortado la coleta, va a seguir al acecho esperando el momento oportuno (que no será mañana, ni dentro de un año, pero al amparo del amigo Roures no va a tener prisa en esperarlo) de retornar a la escena política. Ojalá me equivoque, porque bajo mi punto de vista, nada bueno ha aportado al ya de por sí decadente panorama político español (ojo, me refiero al personaje, porque aunque esté diametralmente opuesto a las ideas de Podemos, sí me parece necesario que algún partido político ponga voz a este sector de la población).

En fin, espero haber contribuido a este interesante debate que se ha establecido en el hilo. Agradezco a todos los participantes en él sus aportaciones, porque me parecen todas ellas muy interesantes.

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Un gobernante, un buen gobernante… cuando ejecuta una acción, del resultado no puede haber objeción, caso de haberla debe estudiarla y modificar lo modificable para que todo sea mejor.

Un político/color (alienta la división) difícilmente podrá hacer “algún día” lo anterior.

No es difícil desarrollar el trabajo de político cuando falta “educación”. Elegir un color para desarrollar un interés particular, es hacer un trabajo fácil/egoísta sin más, que hasta el más pintado puede optar, y si es listo… ya me dirás. Hace falta un intelecto de lo más peculiar para entender que no hay enemigos, sino un trabajo mirando por todos los demás, que el que se presenta voluntario, hoy día, no podrá desarrollar, ni hará… si de político quiere trabajar.

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Correcto. Por eso creo importante matizar que las ideas no merecen respeto por si mismas. Eso no es incompatible con respetar el derecho a poder exponer esas ideas. Pero son dos conceptos muy distintos. Usted lo que sostiene (y con razón) es el derecho a poder exponer sus ideas. Las ideas se debaten y argumentan. El derecho a poder expresarlas se respeta. Como comento, no hay que confundir no respetar algo con los malos modales. Yo puedo no respetar sus ideas (entendiendo “no respetar” como discutir sus ideas) manteniendo un debate educado y sin recurrir al insulto o descalificaciones.

Lo que expongo es en cierta manera la paradoja de la tolerancia de Popper, que muchas personas no entienden. Popper no sostenía que se tenía que ser intolerante con el intolerante, pues eso convierte a uno mismo en intolerante. Sino que las ideas intolerantes, antes que prohibirlas, hay que combatirlas con la argumentación y el uso de la razón. Se prohíben únicamente, tanto legal como socialmente, cuando esas ideas se acompañan del uso de la violencia física.

Como usted comenta, el ser humano necesita una forma de organización social, de contrato social entre sus partes. Hasta la fecha, en las democracias occidentales, la opción que nos parece más justa y razonable es el gobierno de la mayoría, y sin embargo no está exento de inconvenientes. Diversos autores ya han escrito sobre las limitaciones y déficits de las democracias, que no están en una carencia en su aplicación, sino que son inherentes a los propios fundamentos de las democracias.

El propio término “democracia” ya necesita de la aceptación de ciertas premisas, que, lejos de estar claramente definidas, son más bien opacas. Necesita, entre otros muchos términos, una definición clara de la idea de “pueblo”, “todos”, “mayoría”, “voluntad general” o “bien común”. Algo aparentemente tan básico requiere de una profunda reflexión si lo que se pretende es ser preciso en el análisis. En las democracias atenienses el “demos” no incluía ni a esclavos, ni a metecos, ni a mujeres y jóvenes. La historia de Estados Unidos se construye alrededor de la exclusión y la explotación de los negros. El “pueblo estadounidense” no incluía a las personas de raza negra. Es un claro ejemplo de lo que se conoce como “la tiranía de la mayoría”. Como, con la justificación de la mayoría, unos muchos pueden oprimir a unos pocos. Lo que nos conduce directamente a la falacia de asumir que la decisión mayoritaria es necesariamente la decisión correcta. Una mayoría puede perfectamente actuar en contra de sus propios intereses. Eso nos conduce a su vez a tener que definir los términos “intereses de la mayoría”, “voluntad general” o “bien común”. ¿Son términos unívocos? ¿O ambiguos? ¿Es posible diseñar unas reglas de elección que consigan agregar todas las distintas preferencias de los sujetos que la componen en una preferencia global (teorema de imposibilidad de Arrow)?

Entiéndase que no estoy dando por hecho que usted da por buenas esas premisas, sino que cuando hablamos de democracias o mayorías es fácil caer en posturas fundamentalistas. Tampoco estoy diciendo que las democracias sean las únicas formas de organización social con contradicciones. Pero, a diferencia de otras formas de organizaciones políticas como las monarquías, oligarquías y tiranías, de las cuales todos más o menos entendemos sus vicios y limitaciones, pocos entienden los propios límites de las democracias modernas. Algo curioso teniendo en cuenta que los considerados como sus padres fundadores, los atenienses, ya exponían sus críticas al modelo del gobierno de todos. Hay que recordar que Aristóteles (aunque era meteco, pues nació en Macedonia) consideraba la Democracia como la forma degenerada de la República. Y el mismo Sócrates, en boca de Platón en La República, ya expone sus dudas respecto a la democracia comparando el gobierno de una sociedad con la navegación de un barco. Para Sócrates el proceso de votación es una habilidad, no un instinto, y, por lo tanto, como toda habilidad, necesita de formación, educación y práctica.

Gracias por los datos que aporta. Es cierto que España estaba pasando por una crisis estructural, en gran parte debido lógicamente al proceso de transición democrática. El sector industrial estaba anquilosado. Sin embargo, eso no justifica en absoluto el desmantelamiento industrial que sufrió el país. Recuerde las palabras del ministro de economía del gobierno de Felipe González, Carlos Solchaga: “¿Qué hay de malo en que nos convirtamos en un país dedicado a los servicios?”. La decisión de desindustrializar el país no fue una decisión coyuntural (deshacerse de las empresas deficitarias), sino estructural, un cambio en el modelo productivo. Fue algo premeditado y planificado. Había formas de sanear el sector industrial sin tener que hacer una enmienda a la totalidad.

En ningún momento quiero dar a entender que España sea el único país con un sesgo ideológico en sus políticas. De hecho, a mi juicio, es una condición que comparten todas las democracias europeas y occidentales, y es algo que se promueve directamente desde los organismos supranacionales.

Un saludo

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Estimado @Grossbaum, la lectura de sus escritos me produce varias consecuencias:

  1. Necesito consultar las corrientes, pensamientos, pensadores, que cita. Gracias por ello, la cultura es ese alimento del que tomaría otro plato.

  2. Produce en mi un deseo de emulación; a veces lo expreso como sana envidia, una de las acepciones de la RAE: <<2. f. Emulación, deseo de algo que no se posee.>>, mi deseo es que Vd. mantenga o aumente sus posesiones, y yo trataré de ir aprendiendo.

  3. Agradecimiento por el tiempo dedicado a responder, agradecido porque disienta y razone esa discrepancia, con extensión y profundidad.

Gracias, maestro.

Fue una decisión estructural, aceptado, ¿Cuál es la polaridad del resultado?¿positiva o negativa?
El resultado de cualquier camino alternativo es imposible de conocer, al menos en este universo, y la valoración, como poco, delicada.

Y gracias de nuevo, por ayudar a reflexionar sobre alternativas:

¿Seguro?



El nivel de desaparición de empleo en España y en otros países europeos, a mi me parece similar:

Me va a permitir un “ramalazo” pesimista, de poco sirve prepararse para luchar la anterior guerra que se luchó.

¿Qué forma de gobierno es preferible? ¿Y aún lo preguntáis? —contestará inmediatamente cualquiera de mis jóvenes lectores—.
¿No sois republicanos? —Republicano soy, en efecto, pero esta palabra no precisa nada. Res pública es la cosa pública, y por esto quien ame la cosa pública, bajo cualquier forma de gobierno, puede llamarse republicano. Los reyes son también republicanos.
¿Sois entonces demócrata? —No.
¿Acaso sois monárquico? —No.
¿Constitucional? —Dios me libre.
¿Aristócrata? —Todo menos eso.
¿Queréis, pues, un gobierno mixto? —Menos todavía.
¿Qué sois entonces? —Soy anarquista.
Pierre-Joseph Proudhon: ¿Qué es la propiedad?

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Preparénse…no va a quedar un impuesto sin subirse, aqui no se va a salvar nadie…

Eso si por un lado estos dias se anuncia subida brutal de cuotas a autonomos y en paralelo se quiere hacer fijos a 350.000 interinos en la administracion, quedan claras las prioridades, ordeñar la iniciativa empresarial privada para mantener una administracion publica de cuya racionalizacion ni se habla (porque digo yo que habra prioridades a reforzar en sanidad, educacion…pero tambien chiringuitos a suprimir…pero ese debate ni existe)…

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No pretendía hacer una valoración (aunque tengo mi opinión), simplemente el ejemplo pretendía dar a entender que la política y la economía no son sujetos independientes, y, en este caso, de como las decisiones políticas y geopolíticas pueden llegar a afectar profundamente a la economía de un país o una región. Pero la relación es bidireccional, y la economía también puede llegar a influir sobre la política.

Gracias a usted por este interesante debate. Solo soy alguien que, con más o menos torpeza y con sus sesgos, intenta entender en la medida de lo posible el funcionamiento de las cosas.

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Gracias por “hacerme” pensar.

Estoy “peleándome” con un libro que Ray Dalio ha publicado en abierto en la red:

*Edito: este es un libro gratis en la red y es de Dalio, pero no es Principios *

Si no lo ha leído se lo recomiendo. En Amazón está en español (no entiendo el motivo que dificulta a El Corte Inglés, La Casa del Libro y demás librerías españolas a ofrecer una comisión por enlazar a su tienda)

Principios - Ray Dalio - En español

En unos días espero publicar una reseña, cuando lo haya acabado.

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Es muy bueno. Lo leí hace tiempo.

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