Hay una de estas verdades general mente asumidas, algo que forma parte de la sabiduría colectiva, que sostiene que el mundo, las empresas, los individuos mejoramos a base de ponernos objetivos, de visualizar un estado en el que nos queremos situar, y luego remar y remar hasta llegar a él. ¿Es esto realmente así? ¿Es tener ambición, pensar en donde quiere uno llegar y luchar por ello recomendable? No vayamos tan rápido. Mucha gente, entre ellos el que suscribe, llevamos años torturándonos con algún que otro objetivo (no trabajar, jeje) sin darnos cuenta de que lo único que estamos haciendo es aumentando nuestra frustración, humillándonos a nosotros mismos, pues lo único que nos ponemos delante de las narices es la imagen de esto es lo quieres ser y no eres
¿Qué podemos hacer para empeorar las cosas? Pues no tener un solo objetivo, sino muchos TODO ES IMPORTANTE, a cuántos blogs estoy suscrito, cuántas cosas quiero aprender, cuántos negocios hay que investigar, cómo convencer al género femeninos de los beneficios de la poligamia asimétrica (ya me entienden), cuántos documentales, cuántas hilos de foros de mediopelo hay que contestar, etc etc etc… Tantas oportunidades, tanto por hacer, tanto, tanto, tanto, seguimos cuál Sísifo con su pedrolo empujando y empujando, pero muchas piedras a la vez muchas cuestas, saltando como locos de la una a la otra.
¿Hemos acaso perdido totalmente el sentido de la perspectiva? ¿Estamos quizá presa de una ansiedad considerable sobre bienes materiales, ridículas experiencias y dejamos de lado lo esencial? Con estas inquietantes ideas, y el nuevo y flamante logo de +Cuarentones les dejo para que reflexionen el fin de semana. Yo mientras tanto me lo pienso pasar reventándome de comer y de beber. Pero comenten, comenten, que siempre hay alguien a quien contestar en Internet.