El camino del inversor
El inversor comienza a formarse con el ahorro, renunciando a ciertos consumos, pesando su utilidad, valorando superficialidad contra necesidad, la subjetividad juega un papel muy importante y puede hacer que alguien que lo mire desde fuera lo vea excesivamente austero, que renuncia al placer por rácano, que no disfruta de la vida y que algún día morirá y le pesará, sin embargo el juzgado también juzga y verá como otros gastan su vida y su tiempo en comprar su presente malgastando su futuro en bienes que carecen de valor objetivo y que no aportan más allá de un placer momentáneo y pensará que en los funerales se suele pensar más en lo intangible, en lo que no se puede comprar, en la amistad, el amor, la familia… Pasado el tiempo el ahorrador puede llegar a despreciar lo material, pesar cada consumo en su balanza de valor, y poco a poco caer en el minimalismo, y convertirse en inversor con el fin de comprar tranquilidad y no opulencia. Ir recibiendo flujos pasivos de los activos comprados y no saber en qué utilizarlos por no necesitarlos, independizarse pero no de su trabajo que no le parece un castigo sino más bien del estado, de la sociedad, de la esclavitud que algunos se autoimponen al entrar de lleno en el paradigma de que la felicidad está en el consumo, con el pasar del tiempo, si uno no se esfuerza en lo contrario se va polarizando más.
El que os escribe se esfuerza en no irse a los extremos, en vivir una vida razonable, en consumir sobretodo en vivencias y momentos de felicidad, gasta su dinero o deja de ganarlo comprando tiempo personal ante la perplejidad de su entorno que no entiende su falta de ambición laboral, ajenos al plan personal de inversión y de trabajo que ya tiene cierto camino recorrido y pasa tiempo en pensar en estas disyuntivas afectado a veces por la publicidad como ser maleable que es, dándole vueltas a vender algunos activos para comprar imagen, se acuerda de aquel amigo que fue su jefe años ha, que le decía aquello de que “eres lo que aparentas ser” esa frase tan fuera de su modelo mental le hace a veces reflexionar por estar tan presente en la sociedad y por no tener la mente cerrada y le devuelve a la disyuntiva de “tanto tienes tanto vales”…
Pero el que aquí firma intenta mirar siempre a los ojos de los que él tiene la suerte de encontrarse en su camino, ni por encima del hombro ni bajando la cabeza, orgulloso y humilde intenta leer la mirada y el interior de quién tiene enfrente, para aprender y crecer como persona, y a veces cae en la crítica fácil pero también tiene tiempo de juzgarse sobretodo para ser un mejor modelo para sus hijos, los que le han enseñado que éste es su proyecto más ambicioso, ser mejor para que ellos sean mejores y también le han enseñado que el vacío que a veces nos hace sentir esta vida se llena con objetivos y trabajo personal, con amor y comprensión, con respeto hacia quienes inevitablemente nos superarán en el futuro, tanto siembras tanto recoges, y aunque la cosecha no sea buena, el que no siembra la tiene peor, en la familia y en el dinero.
Sembrad y recoged y si no recogéis buena cosecha al menos sentid el orgullo de haber sembrado en base a vuestro conocimiento, en base a vuestros ideales, con la conciencia tranquila, en el rencor y en el odio solo crecen malas hierbas.