Anoche di forma a este post, cuyo título debería haber sido algo así como “Focus”, o “Concéntrate en lo que conoces”, o alguna derivación políticamente correcta, pero coincidirán conmigo en que no hubiera sido tan divertido, sobretodo teniendo en cuenta que ya estamos prácticamente en fin de semana.
Bien, dichas las presentaciones de rigor, vayamos al fondo del asunto, que no es otro, que la importancia de saber decir que no. Si ustedes me preguntasen las diez lecciones vitales que he aprendido en mi breve paso por el mundo, una de ellas sería esta. No me pregunten las otras nueve, que me llevarán mucho tiempo . En muchas ocasiones, es más difícil, doloroso, antipático e incómodo, decir que no, que decir que si.
Obvio, pensarán ustedes. Y probablemente lo sea, pero para el que escribe estas líneas, históricamente le ha resultado más difícil decir que no, que decir que si.
Como no estamos en un foro de vicios y placeres que nos subyugan, circunscribiré el relato a la parte inversora, que al fin y al cabo es lo que nos trae a todos aquí. En un mundo con una cantidad de información ingente, lo difícil muchas veces es “rechazar” invertir en tesis que parecen de lo más apetecibles, ergo los Tankers de Paramés, los Premium Brands y demás de TV, las fantásticas small caps del blogger Reminiscences y un largo etcétera.
Puede salírle a uno bien, pero en muchas ocasiones, al ser compañías fuera de nuestro círculo de competencia, la probabilidad de salir esquilado o esquilmado, es realmente grande. En ocasiones, únicamente por no saber que uno debe entrar en los tankers cuando pasa “equis” y que debe salir cuando sucede “zeta” (es un ejemplo, no tengo ni la menor idea de este negocio, por lo que no formulo opinión positiva ni negativa) , y en otras, por no aguantar lo que nuestros amigos yankees llaman las agradables estancias en el “house of pain”, perdiendo la esperanza y vendiendo en el peor momento posible.
Mi conclusión, copiada al “grandpa” y sufrida en carne propia, por melón, es que es mejor dejar pasar muchas bolas, y batear únicamente en la que confías, y a ser posible, batear, volver a batear y repetir, tantas veces como sea posible, hasta que el tamaño de la posición sea lo suficientemente grande, en vez de batear una vez, sesgarnos por el alza o la baja y dejar la posición languidecer.
Tan peligroso es para mi quedarte sesgado y no invertir porque la posición ha subido mucho (ojo, que esta a mi me sigue costando mucho), como seguir promediando a la baja una posición de la que no tienes mucha idea.
En fin, ideas peregrinas… ¿y vosotros qué pensáis?