Gran aporte @mt.cygnus
El éxito, ese hito que no ostenta el mismo significado para todo el mundo, puede depender no solo de nosotros, sino del contexto y de terceras personas. Personas que incluso no las conoceremos en nuestra vida.
Les cuento una historia de forma muy resumida.
En abril de 1929 nace el abuelo de mi mujer en algún pueblo del sur de Alemania y en 1945 a semanas de cumplir los 16 años, se libra por el canto de un duro de ser llamado a filas y ser enviado a Berlín a palmarla frente a los soldados de la URSS.
Esa misma suerte no corrieron sus hermanos mayores, ya que habían caído un par de años antes en alguna estepa de Polonia, simplemente por haber nacido antes o no haber estado cojos, mancos o tuertos cuando fueron a reclutarles.
A este señor, igual que a muchos otros chavales, se le alinearon los planetas.
En ese contexto, el mero hecho de estar vivo ya era considerado como un éxito y a la hora de tener la oportunidad de poder tener un futuro y hacer su vida, él no había tenido ninguna influencia.
Todo había dependido de terceras personas que pusieron fin a la guerra semanas antes de que cumpliese la edad para ser llamado a filas.
Bueno, y también hay que atribuirle cierto mérito a sus padres, que no pusieron a funcionar la sala de máquinas un par de semanas antes.