Sangre, sudor y... cerveza. Charlando con un pequeño hostelero

Son las 20:00 de una apacible tarde de domingo en Jerez de la Frontera. Tres jóvenes se dirigen bien abrigados a su cervecería de confianza, sita en pleno centro, cerca de la siempre animada plaza del Arenal.

Es el cumpleaños de uno de ellos. Oposita desde hace años para Judicatura, y ese día se da la feliz coincidencia de que le toca descanso. No se hable más, deciden celebrarlo tomando unas cervezas.

Ya en la cervecería, empiezan degustando un par de Budweiser y una Voll-Damm, mientras hablan distendidamente de temas varios. Apuran rápidamente estas y optan por un clásico: unas Estrella Galicia.

La cervecería la tienen entera para ellos. No entra un alma y el dueño del local, Marcos, un serbio enorme de casi dos metros, se acerca a charlar con Javier, con el que comparte afición por los negocios.

– Cómo va la cosa Marcos, tirando, ¿no?

– Fatal Javier. Llego a saber que esto se iba a alargar tanto y de verdad que habría cerrado.

– Ya imagino. Te comen los costes fijos, ¿no?

– Sí. Y eso que no tenemos trabajadores como tales. Estamos como ves solo mi mujer y yo, pero igualmente tenemos que pagar el alquiler, los impuestos, la luz… ya te conté que algunos barriles si no se consumen se echan a perder… un desastre.

– Para los consumidores es un dilema gordo. Se nos anima a no salir de casa para superar esta pandemia, pero si lo hacemos sin hacer siquiera puntuales concesiones los pequeños empresarios como tú estaríais todos quebrados.

– Pues sí, hay que buscar el término medio, dos años sin clientela no hay establecimiento de hostelería que lo soporte, y España es país de hosteleros.

– Además es que tenéis esto muy aireado, con las dos puertas abiertas. Nada de estar en la barra, mesas pocas y muy espaciadas, vigilas que todos cumplan con el tema de la mascarilla, hasta te vi hace unas semanas, un día que había fútbol, en la entrada aguantando a un cliente enfadado que quería entrar cuando ya por aforo no podía … más no podéis hacer.

– Pues sí. Hacemos lo que podemos y desde luego aquí la normativa se cumple a rajatabla.

– Bueno, cambiemos de tema. Ya sabes que tengo cierta exposición a Anheuser-Busch, cómo los ves.

– Les veo bien. Yo con las cervezas hago como tú con las empresas de Bolsa, las investigo y selecciono las que más valor aportan a mi clientela.

– Tienes una barbaridad de marcas por aquí. Pensaba que tenías simplemente todas las que podías.

– No, no. Tenemos una carta muy grande, como sesenta marcas diferentes de todo el mundo, pero hay muchas que las descarto por X o Y.

– ¿Qué te lleva a descartar una marca?

– Bueno, en primer lugar que la calidad / precio sea adecuada. Yo llevo toda la vida en este mundo, sé de cervezas y hay algunas que no me convencen. Además luego hay que negociar con los proveedores, y no siempre llegamos a un acuerdo.

– ¿Qué tal con los Señores de Anheuser?

– Pues bien [ojea su carta]. Como ves por aquí tenemos como diez o doce marcas de Anheuser. Siempre he alcanzado acuerdos con ellos, todo bien.

– En Anheuser son más de precio, marcas premium, y menos de volumen, ¿no? que quizás es más el caso de Grupo Heineken.

– No te creas, hay de todo. Nosotros ahora mismo no tenemos marcas de Heineken, aunque estoy negociando con ellos y estamos cerca, a ver si llegamos a un acuerdo.

– Debe ser complicado negociar en estas circunstancias.

– Pues sí. Normalmente tienen en cuenta el volumen vendido en tu establecimiento. A mayor volumen, mejores precios se logran. Y claro, con el año que llevamos…

– Imagino que utilizaréis las ventas normalizadas, ¿no? Sería de locos utilizar las ventas de este año.

– Eso pienso yo. Todavía tengo que hablar con ellos.

– Volviendo a Anheuser, ¿qué tal ves sus marcas en España? Todos mis amigos conocen p. ej. Budweiser, pero la mayoría no la ha probado, hay muchos sitios donde no la tienen.

– Es la número 1 en Estados Unidos. Aquí antes de la pandemia tenían planificado expandirse a lo grande, pero claro, se truncó todo. Seguramente para 2021 empezaremos a ver esta y otras de sus marcas en muchos establecimientos españoles.

– A veces pienso en lo privilegiados que somos los inversores en empresas cotizadas, frente al pequeño empresario, porque podemos exponernos a economías boyantes viviendo donde queramos. Vender cerveza en una economía tan machacada como la de Jerez debe ser complicado, ¿no?

– Horrible. Llevo años sin poder subir precios, porque mi clientela no se lo podría permitir. Pero mis costes fijos sí que suben, y no me refiero solo a los del negocio, sino también al coste de la vida a nivel personal.

– Entiendo. Bueno, a ver si con poco de suerte vacunamos rápido y los pequeños empresarios aguantáis. Tenéis el cielo ganado, es una pena lo poco que se os valora en nuestro país.

– Ojalá todo el mundo pensase como tú. ¿Os pongo otra cerveza?

– Venga, una última y ya nos vamos. Me comenta el cumpleañero que le gustaría una cerveza inglesa, elige tú.


Debo decir que todo esto os lo cuento de memoria, no es literal. Me pareció por un lado interesante la conversación, y además una oportunidad para acordarnos de los sufridos empresarios de nuestro país, que son los que de manera poco reconocida hacen que la rueda del carro que es la economía siga girando. La cervecería, por si algún día pasáis por Jerez, se llama Dos Deditos (adjunto foto de la misma, el sitio es una pasada y también la comida que sirven para picar está muy bien -muy recomendables p. ej. las croquetas de black angus-).

Cerveceria

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Una empresa que me encanta, la llevo por partida doble contando la parte de Altria.

Tiene un porfolio de grandes marca muy reconocidas a todos los niveles.

Distribución están haciendo grandes inversiones optimizado su flota de transportes no recuerdo si primero con gas y ahora están con camiones eléctricos.

Economia de escala: cuentan con grandes embotelladoras y fabricación muy automatizada.

Me ha gustado mucho su post @Tiedra me a recordado a un reportaje del The new Yorker

Saludos

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@Tiedra gran cervecería. Es usted de la zona?

Vivo en Jerez de la Frontera sí. No sé si se refería a eso o a si vivo en el centro. Lo bueno de las ciudades pequeñas es que está todo cerca paseando.

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