Hay un lugar, mágico.
Hay un lugar, que todos hemos visitado alguna vez en la vida, en lo más profundo de nuestro corazón, cerebro, alma, o…no sé, no conozco la ubicación exacta.
No sé donde se encuentra, me encantaría visitarlo cuando yo quisiera, aunque quizás, si pudiese ir a hacer la visita diaria de 8:00 a 10:00 como al gimnasio, perdería ese halo de magia.
No podemos sentir esa experiencia cuando queramos, le damos al play, y esas vibraciones de entre 20hz y 20khz que nos entran directamente por nuestros receptores auditivos, nos producen unas sensaciones indescriptibles.
En ocasiones, nos elevan a una dimensión increíble, ese sentimiento no podemos expresarlo al exterior de una manera controlada, podemos mostrarlo en forma de lagrimas, bello de punta, sonrisa, alegría o tristeza.
Me encanta cuando esa canción, te tele-transporta a 10 años atrás y recuerdas los viejos tiempos.
Me enamora cuando esa canción te hace volver a tener a tu lado no en presencia, pero si en compañía, a esa persona que te gustaría abrazar en ese preciso instante.
Hay tantos y tan bellos momentos que podemos revivir a través de la música que en ocasiones no se le da el valor que realmente tiene.
Te hace viajar sin medio de transporte, probablemente en los días mas felices de tu vida esté presente, también en los tristes, siempre esta ahí.
Pero hay un momento, me quiero detener en ese momento, en el que ves al intérprete tocando el instrumento y no existe nada a tu alrededor, cada nota que viaja desde él hacia ti, te produce esa sensación de no querer salir de ahí nunca. Es ese momento de sentimientos que incontrolables. Me es imposible describirlo con palabras.
Un estado en el que no te importaría vivir, un estado que no se puede comprar ni vender, un intangible Patrimonio Sensorial de la Humanidad.
Cierras los ojos, y no sabes donde te lleva, montas en esas ondas, y te manejan a su gusto hasta el momento que suena el último acorde y vuelves a la vida. Incluso a veces vuelves, con lágrimas en descenso desde tus ojos de forma totalmente involuntaria.
¿Donde se encontrará ese lugar en el que has estado?
Escuchar música y dedicarle todos nuestros sentidos, es uno de esos placeres de la vida, un placer fácil y sencillo.
No dejen de hacerlo, sigan viajando a través de la música, sigan buscando esos sentimientos no encontrados, sentir es un placer de los más baratos que existen, deep ahorro que le llaman los que saben de esto.
Que suerte poder disfrutar de ello, que suerte que haya gente dispuesta a hacer de su forma de vida el disfrute a los demás de esta manera, no hay aplausos suficientes para ellos.
¡Viva la música!