El tetraedro regular

Partiremos de dos supuestos que denomino como las dos torres de Hércules de los mercados.

  1. Todo aquel que predice lo que va hacer el mercado es casi seguro que llenara tus oídos con argumentos y recomendaciones pero muy probablemente nunca llenara tu cuenta corriente con rentabilidad o beneficios.

  2. En el largo plazo los principales índices de referencia se comportan o siguen una tendencia creciente, como demuestran numerosos estudios empíricos, aunque también se demuestra la dificultad para anticipar sus movimientos en el corto plazo.

Igual que para los griegos estas dos columnas flanquean los limites de mi entendimiento en el mundo de la inversión.

Dentro de este marco se configura el tetraedro regular del mercado sobre el que se asienta el valor de la compañía en el que vamos a invertir. Como cualquier tetraedro las tres caras visibles que lo configuran serán las siguientes.

  • Cara de renta fija

Existe una relación directa entre la cantidad de recursos invertida en renta fija con los colocados en renta variable ya que se produce un traspaso de recursos desde el mercado de renta variable al mercado de renta fija cuando se incremente la rentabilidad de este último.

Otro aspecto relevante es el efecto que se produce en el coste de financiación cuando aumentan los tipos de renta fija que supondrán un incremento en el coste financiación empresarial con todo lo que representa.

  • Cara de Inflación

Cualquier aumento en los costes de producción que soporta una compañía degrada automáticamente el margen de resultado siempre que no sea capaz de repercutir ese incremento de costes en igual medida a su precio de venta

Invariablemente un mayor nivel de inflación tendrá un efecto negativo en el valor actual de la compañía al reducirse el valor actualizado al periodo actual de todos sus flujos de caja futuros.

  • Cara de cotización

Analíticamente el valor de la compañía esta soportado por su capacidad de generar benéficos así como su capacidad de mantenerlos en el tiempo es decir será tanto mejor cuando comparativamente supere los resultados históricamente conseguidos.

Sucede el mismo efecto cuando la mirada se pone en la capacidad de generar beneficios futuros comparativamente con los obtenidos actualmente siendo más atractivo el valor cuanto más elevadas sean sus expectativas de resultado.

Artículo publicado por http://finanzasconfinanzas.blogspot.com.es

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