Hace un par de días, estuve hablando con un amigo sobre modelos de negocio. Uno de sus puntos, en el que hacía más hincapié, era la importancia de la disrupción cuando una nueva tecnología o proceso llegaba con un contenido altamente novedoso. Me comentaba que los “pioneros” eran los que se comían la tostada y que por tanto había que invertir en las compañías que acababan de iniciar la colonización de los verdes prados.
Conforme avanzaba la conversación, yo me daba cuenta de que había oído esa idea en multitud de ocasiones, pero que mi experiencia personal iba en una dirección totalmente contraria, por lo que decidí escribir cuatro líneas para intentar poner negro sobre blanco esto e intentar aclararme un poco…o al menos intentarlo.
Vayamos por partes. ¿Qué es la innovación?
Según la RAE vemos una definición bastante pobre, en mi opinión.
En wikipedia ya empieza a tener algo más de chicha…
Aquí ya se empieza a hablar de aplicación exitosa, lo cual es un punto interesante, porque uno puede crear o modificar un producto, que no aporte valor ninguno e introducirlo en el mercado. Si a partir de ahí no te lo compra nadie y la palabra inventario te pone los pelos como escarpias, ese ya es otro tema…
Veamos ahora cual es mi definición jotavasiana, de andar por casa.
La innovación es el resultado de un proceso que suele quemar caja como si no hubiese un mañana, que tensiona una compañía de manera importante, que tiene una tasa muy elevada de fracasos por cada éxito y cuyo resultado positivo debe ser la creación o modificación de un producto que aporte valor al usuario final, que sea comercialible y tenga un retorno sobre la inversión para el usuario que justifique su compra frente a otros productos existentes.
Así a lo bruto…más o menos.
Sigamos. ¿Qué es más importante, el grado de innovación el grado de aplicación?.
Aquí de nuevo nos movemos en terrenos muy personales y pantanosos, por lo que suelto mi habitual caveat emptor y resalto que todo esto es sólo mi opinión. Usted puede tener la suya, ser radicalmente distinta y estar en lo cierto.
Para mi, de todas, todas, en empresas medianas y pequeñas, o grandes pero en España, no los mastodontes yankees, el grado de aplicación.
Imaginemos que estamos en una zona donde se acaba el alimento, y hay una isla en el medio de un lago a 4.000 metros a nado con una cantidad de recursos ingente. De nada servirá que haya comida como para varias generaciones, si no sabemos nadar, nadamos mal, o nos cansamos y nos ahogamos a mitad de la travesía. Lo importante para innovar es llegar hasta el final, que no es sólo desarrollar un producto, es comercializarlo y hacerlo rentable antes de que te quedes sin recursos. Si te quedas sin pilas por el camino, lo pierdes todo. Punto.
Y aquí vamos a uno de los puntos importantes, y algo contraintuitivo. Cuando pensamos en “the next big thing”, siempre solemos pensar en un par de friquis en un garage, creando cosas maravillosas que nos harán multimillonarios, si invertimos con ellos en el minuto 1.
Bueno, pues en mi experiencia, es que esto es un jugar a un juego con esperanza matemática negativa…pero muy negativa… más que su mujer si decide usted comprarse una moto por la crisis de los cuarenta.
Esta fase tan prometedora, se parece más a esto
Aquí por cada uno que se salva, mueren millones. Todos los días.
Y si no se lo creen, inviertan con ese amigo que tiene una idea ultranovedosa y brutal que lo va a cambiar todo. Y claro, si que lo cambia todo. Empezando por el color de su cuenta corriente, y acabando por la pérdida de la amistad.
Para llevar a cabo una innovación presupuestada en 0,5M €, mejor ves preparando 1,5M € .Y esto queridos amigos, hace que muchos emprendedores con grandes ideas, o pymes con proyectos espectaculares, se queden a mitad del camino y venga luego la multinacional, con sus recursos y sus graneros llenos hasta los topes, a tomar los restos del naufragio y llevarse el éxito.
No voy a entrar en temas éticos. Estamos hablando de inversión, y en la inversión el dinero no le conoce y no tiene ningún problema en abandonarle si no lo trata bien. Invertir en estas fases o negocios rompedores vale la pena, pero preferiblemente con grandes compañías con ejercitos bien entrenados y sobre todo bien avituallados,
Por concluir. En la fase de innovación no se suele ganar dinero. Se suele ganar dinero en la fase de consolidación. Y aquí no es tan importante llegar el primero, como tener las herramientas para explotar correctamente una tecnología.
Si van a invertir, piensen en esto. Es contraintuitivo, pero le ahorrará muchos cacaos.
Habrá quien me dirá que puede invertir en 50 microcompañías y que con que una salga bien, ya le paga la fiesta. Y tendrá razón. Pero ojo que tienes que tener pasta para comprar 50 y aguantar como un campeón las quiebras, los retrasos en los proyectos, y la tardanza en ver que 2 de las 50 han tenido éxito. Si esto lo sabes hacer y lo puedes hacer, puede que sea más rentable.
Si usted es un tío normal, con recursos limitados, piense un poco antes de jugar a Venture capitalist en empresas cotizadas.
El dinero se gana con las cosas aburridas. Cuando la innovación se ha asentado es cuando consolida el sector, y ahí es el punto donde se monetiza fuerte.
En fin, tampoco me hagan mucho caso. Ya ven que las olas de calor no me sientan demasiado bien