Hola a todos,
Antes de continuar, me veo en la necesidad de hacerles un aviso de descarga de responsabilidad (aunque ahora para estar a la última hay que decir “Disclaimer”):
“Las opiniones que en este texto se vierten son fruto de la enajenación mental (cada vez menos transitoria) del que las expone, lo cual no quita que en uno de sus pocos momentos de lucidez no se hace responsable de los posibles suicidios, ataques de pánico o episodios de histeria, ansiedad e incluso verdadero terror en los miembros de esta comunidad a los que tanto aprecio”.
Pido especial perdón al promotor de este hilo @diego4444, ya que probablemente mis palabras le turben más que la ayuda que pueden proporcionarle, pero le aseguro que mi deseo es todo lo contrario.
También soy consciente que me salgo de mi zona de confort y que me pongo al alcance de los certeros lapidadores que surcan las tierras de este magnífico foro con los bolsillos llenos de afiladas piedras, pero les pido clemencia para un baby boomer que en su fogosidad comete locuras como este atrevimiento. Consideren que sus pétreas alabanzas castigarán no a un malvado sino a un pobre ignorante de mente enferma e inquieta.
Si a pesar de ello siguen leyendo, avisados están y piensen que leer es una de las pocas libres elecciones que les van quedando.
La verdad es que este “docto” texto no sabía si encuadrarlo en este hilo o en el que participé como artista invitado Málaga Value: Especial Bitcoin con @Sankaku.
Al final ha podido más por su mayor fuerza e importancia la inquietud generada por “Buscando soluciones” que la respuesta parcial que, desde mi punto de vista, ofrece el Bitcoin.
Y entrando en faena, si decimos que el comportamiento del mercado a corto plazo es maniacodepresivo, ¿Cómo nosotros, que somos parte de él, vamos a tener la fortaleza para evadirnos de sentimientos de idéntica naturaleza?
Desde que empezó esta pesadilla pandémica y con el confinamiento cuasi monacal al que se nos sometió, se me acentuó el grave defecto que tengo de obsesionarme con la falta de respuestas a hechos y situaciones que me resultaban y resultan difíciles de comprender. Una cosa es la curiosidad y otra la obsesión.
Como decía Juan de Valera, cuando el hombre no ha sido capaz de encontrar respuestas o bien se cree las de otros (y de ahí la fe y su máxima expresión en los sentimientos religiosos), o bien las ha creado (usando la imaginación y su máxima expresión en las manifestaciones artísticas) o las busca incesantemente (usando la ciencia – el sentimiento filosófico). Valera lo explica mucho mejor que yo y en Lecciones (1859) dice: “La aspiración constante del alma humana a ver y descubrir ese sol es lo que se llama filosofía cuando a ese sol queremos llegar con el entendimiento: religión […] cuando queremos llegar a él con la fe; y arte, cuando por medio de la imaginación”.
Lo peor en momentos como los actuales es mezclar los tres caminos (que por su propio sentido son en su grado máximo totalmente excluyentes) y desconocer que al tomar uno de ellos y llegar a su fin se anulan o desaparecen los otros dos, así la perfección moral absoluta (lo que llamamos santidad) hace innecesarios el arte y la ciencia, mientras que el conocimiento absoluto (la meta final del camino de la ciencia) haría inútiles religiones y artes. Hemos de ser lo suficientemente humildes y conscientes de que no hemos llegado al final de ninguno de los tres caminos y por consiguiente no seguimos solo uno de ellos eliminado los otros dos (humildad y consciencia que en mi caso busco mejorar con la práctica de un arte* oriental).
- término que no me gusta usar pero que he empleado para hacer más comprensible la idea.
Sin querer caer en una posición supremacista y de lo absoluto en mi pensamiento, y mucho menos sin querer imponerlo sino compartirlo con ustedes, tengo el convencimiento de que la época que estamos viviendo es una de las que será estudiada en el futuro como de una trascendencia histórica que hoy somos incapaces de valorar. Y reconozco que es fácil caer en el sesgo de retrospección idílica, viendo un futuro negativo con negros nubarrones comparado con un pasado que hemos idealizado. Ojalá sea solo un sesgo cognitivo y no que realmente están por llegar grandes y graves sucesos.
En cualquier caso, en situaciones como la que se está viviendo, buscando respuestas me tropecé con una de las teorías que hoy está tomando fuerza, la teoría generacional, divulgada por William Strauss y Neil Howe.
No quiero aquí hacer un ensayo sobre esta teoría, para el que quiera profundizar puede obtener mucha información en internet o leyendo alguno de sus libros:
“Generations: The history of America´s future, 1584 to 2069”, publicado en 1991
https://www.amazon.com/-/es/Neil-Howe/dp/0688119123/ref=sr_1_2?dchild=1&qid=1604052598&refinements=p_27%3AWilliam+%26+Neil+Howe+Strauss&s=books&sr=1-2
“Millennials Rising: The Next Great Generation”, publicado en el año 2000
,https://www.amazon.com/-/es/Neil-Howe/dp/0375707190/ref=sr_1_3?dchild=1&qid=1604052598&refinements=p_27%3AWilliam+%26+Neil+Howe+Strauss&s=books&sr=1-3
Y para mí, el más inquietante:
“The Fourth Turning: An American Prophecy - What the Cycles of History Tell Us About America’s Next Rendezvous with Destiny”, publicado en 1997.
https://www.amazon.com/-/es/William-Strauss/dp/0767900464/ref=sr_1_1?dchild=1&qid=1603996462&refinements=p_27%3ANeil+Howe&s=books&sr=1-1
(Siento no saber redireccionar los libros para ayudar a mantener el foro).
Este último es el libro que ha provocado el interés actual en la teoría, ya que en el Fourth Turning (el cuarto giro) de cierta forma vaticinaron una gran crisis para 2020. Su vaticinio no hablaba de crisis sanitaria sino de una gran crisis económica y política, que producirían una gran convulsión social, y no solo en Estados Unidos. Una calamidad que “podría rivalizar con las pruebas más graves que nuestros antepasados conocieron” y serviría como “la próxima gran bisagra de la historia”. Podía ser una catástrofe ambiental, una amenaza nuclear o “alguna falla catastrófica en la economía mundial”. El Cuarto Giro se vincula a una fase de crisis social y política, cuando la sociedad se reinventa cívicamente para renacer como comunidad.
Y sin que sirva para que caigan en el sesgo de autoridad, decirles que la teoría (recogida en el primero de los libros mencionados más arriba) entusiasmó a políticos estadounidenses relevantes como los expresidente y vicepresidente demócratas Bill Clinton y Al Gore, o a republicanos como el ex presidente de la Cámara de Representantes, Newton (Newt) Leroy Gingrich o Steve Bannon, el controvertido ex estratega jefe y consejero principal de Donald Trump.
Para la comprensión de lo que a continuación diré para aquellos que no conozcan esta teoría, solo comentar que se aproxima de forma novedosa al comportamiento humano de forma que permita el entendimiento de fenómenos complejos. Establece que los cambios importantes a lo largo de la historia se producen con cada cambio de generación.
Strauss-Howe hablan de cuatro generaciones (que coinciden con infancia, juventud, edad adulta y vejez) que aparecen cada 20 años aproximadamente y forman en su conjunto un ciclo (lo que los romanos llamaban “saeculum”, que significa “vida larga” o “siglo natural”).
Como los propios Strauss-Howe dicen: “Cada generación tiene una programación colectiva asociada a las experiencias a las que se ha expuesto durante su formación. Vivencias compartidas como eventos mundiales, condiciones económicas, desastres naturales, héroes, villanos y políticos de esa época, permiten que los miembros de una generación desarrollen características comunes.”
Con cada cambio de generación se produce cambios importantes en la actitud de la sociedad y da lugar a cambios sociales y políticos, siendo los más traumáticos y radicales los que se producen al final de cada ciclo, es decir en cada cambio de “saeculum”, cada 80 o 90 años.
Según ellos, hoy estamos al final del ciclo que empezó en los años 30 del siglo pasado, la generación que concluye el ciclo actual es la que nació entre los años 1982 y 2004 y que bautizaron como los Millennials (término que emplearon por primera vez en 1987).
Los Millennials se verán obligados a liderar el cambio de ciclo. Como dice Howe: “La generación Millennial, que siente que nunca alcanzará el nivel de vida de sus padres, puede, a través del voto, llevar hacia un cambio completo de nuestras instituciones económicas”.
Con datos de 2018 se estima que casi el 24% de la población mundial se encuadra en esta generación, porcentaje superior al 19,5 de la generación X (los nacidos entre 1961 y 1981) y al 17% de los Baby Boomers (nacidos tras la Segunda Guerra Mundial y 1960), que sin embargo copa prácticamente todo el poder político y económico.
La fricción cada día mayor por las diferencias sociales entre Millenials y Baby Boomers y Generación X hace que Howe pronostique que en los próximos años la situación se irá haciendo más radical y con mayores exigencias a los gobiernos, el conservadurismo radical va perdiendo fuerza mientras que las alternativas más sociales cogen cada día más fuerza. Vaticina un realineamiento generacional acelerado por la incapacidad de los Baby Boomers para sacar a la sociedad del atolladero, algo que no presagia nada bueno para Trump y los republicanos.
Según su forma de ver el futuro, Howe dice que el Cuarto Giro probablemente arrancó con la gran crisis financiera y la Gran Recesión que comenzó en 2008, y ha alcanzado su “climax” en 2020, con el detonante de la crisis provocada por la pandemia y el confinamiento. Desde 2008 las personas van cayendo cada vez más en sentimientos anti globalistas, proteccionistas, populistas, y sufren una mayor desigualdad de ingresos (lo cual guarda similitud con la década de los años 30 del siglo pasado). Cree que hoy el mundo está ya en la segunda mitad del Cuarto Giro, es decir que vienen grandes transformaciones, incluso con acontecimientos bélicos de gran envergadura. Lo que se puede esperar según su teoría es una transformación radical en los próximos años. Como el mismo dice: “No predigo que vaya a ocurrir una guerra total pero sí creo que la guerra expresa o refleja parte de la urgencia comunitaria que típicamente vemos en estas crisis: el populismo se fortalece, la comunidad comienza a exigir mucho más a sus ciudadanos, las libertades individuales se debilitan”.
Durante el Cuarto Giro ninguna estructura global permanecerá inalterable, incuestionable ni indestructible. Caerán y se reconstruirán, a menudo con duras medidas que en el momento parecen justificadas. Pero la realidad es que se produce lo que se conoce como efecto cobra. Cada decisión tiene consecuencias visibles e invisibles (en el sentido del ensayo de Bastiat de 1850 https://mises.org/es/library/lo-que-se-ve-y-lo-que-no-se-ve)
Entre las decisiones que han provocado resultados no deseados (consecuencias invisibles) del Cuarto Giro anterior y que aún sufrimos están:
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El seguimiento de políticas económicas keynesianas que buscaban evitar daños económicos presentes a expensas del mañana. Pero el resultado ha sido un gasto deficitario interminable y un patrón de devaluación de la moneda en curso que podemos ver llegar a un punto crítico en la década de 2020.
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La creación de la SEC y otros reguladores con la intención de “prevenir” la especulación excesiva del mercado y que hoy son solo una extensión servil del poder económico (creando monopolios dañinos que sofocan la innovación).
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El sistema actual de pensiones y seguridad social destinado a sofocar el malestar social, que puede funcionar mientras que los jóvenes producen lo suficiente para pagar los derechos de los ancianos. Hoy con el cambio demográfico los crecientes beneficiados del sistema, los Baby Boomers, han provocado la quiebra del sistema.
¿Pero qué está pasando en el cuarto giro actual (hemos dicho que se producirá entre 2008 y 2030)?
Pues en 2020:
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Se está produciendo la mayor brecha ideológica desde los años 30 del siglo pasado (otra similitud). La brecha está produciendo enfrentamientos entre las personas, las posiciones personales se radicalizan (el “y tu más”) algo que se empeora porque los boomers somos (yo me meto solo por mi edad) los que controlamos política y economía.
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La pirámide de población es inestable. Con la llegada de los Boomers a nuestra edad de jubilación, los costes por pensiones están aumentado constantemente produciendo la quiebra de los sistemas actuales porque los jóvenes no pueden producir suficiente valor para pagar nuestras jubilaciones.
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La confianza en los gobiernos es la más baja desde el anterior Cuarto Giro (nueva similitud). Cada vez más gente (sobre todo en Estados Unidos) cree que la acción colectiva es la única forma del cambio. La búsqueda del consenso (Terrible palabra).
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Los líderes comienzan a exagerar las cosas malas (en lugar de restarle importancia como lo hacen en el Tercer Giro). ¿Les suena el giro tomado por autoridades en la difusión de la pandemia?¿No les parece un arma política el sentimiento que nos están transmitiendo?
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Cada vez más decisiones colectivistas: Renta Básica Universal (RBU), Rescates, Control de tipos con los QE,
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Cada vez una mayor importancia de la Teoría Monetaria Moderna (el canto al déficit de ahí su apoyo creciente por parte de muchos gobiernos).
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Inundación de liquidez por las autoridades monetarias que no consiguen solucionar los problemas creados por sus propias decisiones (el efecto cobra una vez más).
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Próxima aparición de Monedas Digitales centralizadas que permitan el acceso de mas gente a la RBU, los aumentos de salarios mínimos y pensiones y tejer más y más la telaraña de las subvenciones. El apetito por las limosnas se va volviendo insaciable.
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El socialismo es lo políticamente correcto. Los partidos conservadores tienen que auto llamarse ahora socialdemócratas, algo que hacían los socialistas hacían a finales de los 70, cuando el término “socialista” creaba inquietud y desconfianza en gran parte de la población.
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Debilidad manifiesta del comercio internacional. Dependencia de los grandes países exportadores y lucha de bloques por el predominio económico mundial.
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Dependencia también de una moneda de reserva dominante, el dólar.
Y para mí, por si lo anterior fuera poco, y lo que más me preocupa:
El populismo, y en muchos casos el totalitarismo, está aumentando en todo el mundo. Existe una sincronización preocupante en todo el mundo coincidente con la similitud entre la situación actual y los años anteriores a la Segunda Guerra Mundial.
La desaceleración de los PIB mundiales, el aumento de la deuda y el aislacionismo-proteccionismo en cuestiones de comercio internacional y la quiebra de los sistemas públicos de pensiones crean el caldo de cultivo ideal para conflictos sociales regionales y entre naciones, situaciones cada vez más frecuentes de hiperinflación y avance sin barreras del totalitarismo.
En el aspecto financiero, existe una gran similitud y sincronía entre los ciclos crediticios a largo plazo presentados por Ray Dalio y los ciclos de 90 años del Cuarto Giro. Según argumenta Dalio cada ciclo acaba con el inevitable “reset” monetario (la puesta a 0 de las cuentas de deuda) (algo que cada día estamos oyendo más – nos están preparando el cuerpo).
Tanto tras la Segunda Guerra Mundial, como ahora con la pandemia, la crisis fiscal y de gasto se agrava y los bancos centrales están impotentes para resolverlas, empleando la única opción que conocen (huir hacia adelante inflando la burbuja de crédito) llevando a niveles de gasto público nunca conocido. Si se mantuviese la similitud con el Cuarto Giro anterior es muy probable que esto lleve a un proceso inflacionario con alto riesgo de quiebras, aunque quizás un proceso deflacionario previo.
¿Se podría barajar otras estrategias?: Quizás:
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Un plazo más largo que corto de austeridad (con el esfuerzo de mayores impuestos y reducción radical del gasto público). ¿Creen que hay voluntad política para ambas actuaciones o solo potenciar la primera? Mejor no respondan. El aumento de impuestos a los ricos tiene también similitud con lo sucedido al final del Cuarto giro anterior (en aquellos momentos la justificación fue la reconstrucción). Es una estrategia prácticamente imposible por no solo la intención sino la posición beligerante de los gobiernos frente a ella.
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¿Aumentar el PIB mundial? Si viene cayendo desde 2008, y estamos ante una recesión y presión demográfica enormes, es poco probable.
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Devaluación de la deuda en términos reales (inflación). Mayores emisiones de moneda (QE y estímulos) tanto como sea necesario para mantener bajos los tipos de interés. Seguiremos viendo rendimientos reales negativos (y hasta tipos de interés negativos) durante la próxima década (otra vez como en los años 30 y 40 del siglo pasado, lo cual disminuye la capacidad de los bancos centrales para usar su principal herramienta de manipulación de tipos.
Y tras el ladrillo expositivo (les pido mil disculpas), solo les puedo decir que:
Hay que prepararse para lo peor y esperar lo mejor
¿Hay algo que pueda evitar los efectos del cambio de ciclo?
Desgraciadamente pienso que no, pero quizás podamos hacer algo.
La fricción social ahora es entre individualismo y colectivismo (en el fin de ciclo anterior entre capitalismo y socialismo). Aunque parezcan lo mismo, no lo son. En el ciclo anterior fue la lucha por los medios de producción (Estado o Mercado), hoy es más una pelea cultural, aniquilar o desterrar al individualismo. El colectivismo está ganando la batalla y desgraciadamente abriendo la puerta a un populismo creciente que suele derivar sin remedio en brutales totalitarismos.
Solo podemos cada uno de nosotros comunicar y convencer (aunque lo veo difícil) de la importancia de la libertad, por encima de la igualdad que el colectivismo propone y nunca ha conseguido.
¿Podemos además protegernos del cambio de ciclo?
Es muy difícil hacer predicciones, sobre todo para el futuro. No puedo saber si los próximos años derivarán en una situación caótica, pero si podemos continuar con las buenas prácticas que aconsejan las personas que saben y comparten su saber en este foro.
• Protejan su patrimonio (aquí creo que Bitcoin es algo magnífico para este propósito).
• Mantenga el menor nivel posible de deuda.
• No viva por encima de sus posibilidades.
• Busque fuentes alternativas de ingresos.
• Tenga previsto un plan de deslocalización (para el peor de los escenarios)
• No facilite su sustitución por otro (tanto si es empleado por cuenta ajena como empresario).
• Sea lo más autosuficiente posible.
• Aprendan cada día nuevas aptitudes (por ejemplo, privacidad digital, que le sirvan para defender o mejorar su trabajo).
• Lean, lean, lean (a ser posible cosas mejores que este panfleto catastrofista).
• Escriban, escriban, escriban para no hacerlo tan mal como yo.
Cuanto mejor lean y escriban, mejor pensarán (miren a Charlie Munger y no lo sigan solo por sus inversiones).
• Busquen comunidades de ideas afines (aunque será difícil encontrar mejores que ésta que benevolentemente me acoge). Solos somos vulnerables.
• Sean proactivos y previsores, hagan planes (y lo más difícil, cúmplanlos).
Y como no podía ser de otra manera, una de las mejores propuestas que puedo ofrecerles en el camino de toma de partido por la libertad y también por su propia seguridad y protección, es para mí adoptar Bitcoin (como se dice en ese mundo, acercarse a la madriguera), y no solamente como reserva de valor, propuesta de inversión o herramienta para luchar contra la voracidad del estado. Para mí, hoy por hoy, es el mejor instrumento para facilitar a la sociedad moverse dentro de mercados libres, apartados de la violencia impuesta por los Estados. Cuanto mayor sea su aceptación, las consecuencias negativas y traumáticas del cambio de ciclo serán menores y minimizarán los efectos terribles de los Estados fallidos (que los habrá).
Por supuesto que Bitcoin es la mejor alternativa al sistema Fiat actual, y la mejor herramienta para la transición a un nuevo sistema financiero (que estoy convencido que vendrá), ya que las monedas Fiat nacieron en una época de paz (hablamos de paz mundial) y no están preparadas para cuando se produzcan grandes cambios, como los que predice Howe en el Cuarto Giro. Como ha dicho Paul Tudor Jones: “Bitcoin es el caballo más rápido”. Es curioso que Bitcoin apareciera el 2009, recién comenzado el cambio de ciclo de 2008 y ha crecido durante un período de alta volatilidad y terrorífica expansión monetaria, manteniendo perfectamente el tipo pese a su bisoñez.
¿Confiarán y adoptarán los Millennials (próxima generación dominante) Bitcoin? En principio no de forma masiva, ya que son reacios al riesgo (se han criado entre algodones), pero tampoco querrán ser los últimos o quedarse fuera ¿están la mayoría de ustedes en esa situación? Ya irán cambiando, ya (modo satírico “on”).
Poco a poco irán tomando más convicción, sobre todo al ver cómo es adoptado por prestigiosos gestores de fondos (como Fidelity o el mencionado Paul Tudor Jones), empresas cotizadas como MicroStrategy o Square, y aún más importante cuando sea adoptado por personas cada vez más cercanas a nuestro entorno familar, laboral o social.
Hoy capitaliza 250 Billions, lo cual no deja de ser una anécdota dentro del sistema financiero mundial, pero ya el 3,74% del número de bitcoins está en los balances de empresas cotizadas. Creo que tiene mucho camino por delante y mucho que crecer.
La partida se está jugando, las piezas están en el tablero, prepárense para el cambio sean optimistas (si pueden a pesar de mi visión catastrofista) y ya que nos toca jugar esta partida, repito lo que ya es un mantra de automotivación de que veamos oportunidades donde otros solo ven adversidades.
Gracias y si han aguantado hasta aquí, lo “disfruten”, sean felices, cuídense y no me castiguen demasiado (por mucho que me lo merezca).
Gracias por su atención.